El tono ha mejorado, el diálogo es “agradable”, pero poco más. Los intereses de la alcaldesa Ada Colau están muy definidos y quiere defender los proyectos que ha impulsado, sin modificarlos ahora a poco más de un año y medio de las elecciones. Colau se aferra a sus ‘superilles’, con las indicaciones de la concejal de urbanismo, Janet Sanz, a pesar de que sus relaciones en el consistorio se han deteriorado. Y esa posición quedó clara en su reunión con la cúpula de Foment y con los representantes de los distintos gremios, como apuntan fuentes empresariales. Diálogo sí, pero poco más. Por ahora.
El diálogo es un método imprescindible para llegar a acuerdos, pero puede constituir también una actitud para que Colau no sea vista continuamente como la “alcaldesa del no”. En la reunión con Foment, su presidente, Josep Sánchez Llibre, presentó una auténtica enmienda a la totalidad al programa de los comunes, con buenas formas –las que caracterizan al que fue portavoz de CiU en el Congreso—que Colau iba asumiendo, pero con la determinación de cumplir sus propósitos.
ACEPTAR EL ERROE EN POBLENOU
La imagen la protagonizó Janet Sanz, con un bolso para la ocasión, en el que se plasmaba la apuesta por las superilles. Para que no quedara ninguna duda, Sanz llegó a la sede de Foment pertrechada con su bolso-emblema, un mensaje que quedó muy claro para los directivos de la patronal, que querían, precisamente, forzar un cambio en el urbanismo del consistorio. Pese a todo, “algo sí ha cambiado y es la idea ahora de dialogar, de consultar, aunque eso no quiere decir que Colau cambie o modifique de forma sustancial sus apuestas de ciudad”, señalan las mismas fuentes. Colau ha admitido a sus interlocutores que el ayuntamiento sí se equivocó en la construcción de las superilles en Poblenou, y que no tuvo en cuenta de forma suficiente a las entidades y a todos los implicados en esas modificiones urbanas. Pero el proyecto se mantiene.
La superilla que proyectan los comunes en el Eixample es la joya del proyecto de Colau, pese a las críticas recibidas por el RACC, que considera que aumentará la contaminación por las retenciones de tráfico que comportará.
Foment, pese a todo, ha logrado lo que quería: una vía de diálogo, una interlocución, que ahora se plasmará en reuniones bilaterales entre los responsables municipales y los distintos gremios que se integran en la patronal. Pacificación, sin campañas agresivas en ninguna de las dos direcciones, pero cada uno en su posición de salida.
CAMBIOS EN ROCAFORT, COMTE BORRELL Y GIRONA
La patronal pidió a Colau y Sanz que se paralice el proyecto de superilles, especialmente en la calle Consell de Cent y que se revise el proyecto de Via Laietana “a la espera, primero, de un estudio serio y riguroso de sus impactos económicos, sociales, medioambientales y de movilidad, y de forma especial, la superilla del Eixample; y, segundo, del necesario consenso con los sectores económicos afectados”. En el segundo caso, el de Via Laietana, Foment considera que provocará “un aislamiento del frente marítimo del Litoral y la Barceloneta con el centro de la ciudad”.
Colau ofreció “buenas palabras e interlocución, pero no parece que quiera cambiar nada”, indican las fuentes consultadas. El proyecto se mantiene y pasa por intervenciones en Consell de Cent, en Rocafort, Comte Borrell y Girona, que podrían finalizarse en 2023, coincidiendo con las elecciones municipales. Los comunes tienen claro que su electorado –concentrado no tanto en los barrios más populares como en el Eixample, jóvenes y maduros con conciencia social más estética que efectiva—valora esas superilles y ese supuesto esfuerzo por aminorar los niveles de contaminación.
¿Y BARCELONA ES IMPARABLE?
La interlocución con Foment sirve a la alcaldesa para lograr, sin embargo, una “pax” política, que evite nuevas movilizaciones en contra de sus políticas. La entidad Barcelona imparable logró reunir a más de 1.000 personas en la plaza Sant Jaume con un claro denominador común: un ‘no’ rotundo a las formas y políticas de Colau en ámbitos como el comercial o el urbanístico. Las entidades convocantes y las que respondieron de forma favorable eran gremios, los que están integrados, precisamente, en Foment del Treball.
De aquella movilización apareció un rostro, el de Gerard Esteva, que ejerció de portavoz. Presidente de la UFEC (Unió de Federacions Esportives de Catalunya), Esteva mantiene ahora una posición más discreta.
Para Foment, en todo caso, la reunión, --el partido de vuelta tras la entrevista de hace unas semanas en el Ayuntamiento de Barcelona—sirve para encauzar un diálogo institucional. Todos se comprometen, ahora, a mantener los puentes de diálogo.