El Ayuntamiento de Barcelona presentó, en enero de 2021, la iniciativa de construcción de dos nuevas comisarías para la Guardia Urbana, ubicadas en los barrios de Sarrià (avenida de J.V: Foix, 103-109) y Sant Andreu de Palomar (calle del Potosí, 1-3).

La previsión municipal pasaba por tener lista la redacción del proyecto el pasado año para su licitación en 2022, lo que permitía la finalización de estos equipamientos no más allá de 2024. Según datos a los que tuvo acceso este medio, se proyectó una instalación de 5.858 metros cuadrados para la instalación de Sarrià, mientras que en la edificación de Sant Andreu la superficie se estableció en 4.496 metros cuadrados.

Los plazos esperados no se cumplirán. Fuentes municipales apuntan a Metrópoli que aún no hay fecha de inicio para la construcción de los nuevos cuarteles, un retraso que lamentan desde sindicatos de la policía barcelonesa.

SIN PRESUPUESTO

Jordi Rodríguez Lima, portavoz del sindicato de la Guardia Urbana SIP-Fepol (antiguo SAPOL), lamenta la "paralización" de estos proyectos debido a la retirada de la partida presupuestaria para trasladarla a otras cuestiones no concretadas.

"No nos han dicho nada, ningún responsable da la cara y en la Jefatura no saben nada", explica Rodríguez Lima tras garantizar que a estas alturas "es inviable que se cumplan los plazos".

El portavoz sindical recuerda que también está prevista la apertura de un centro de formación para la policía barcelonesa en el Poblenou, pero lamenta que siga el mismo camino que los cuarteles en lo que a los plazos se refiere: "No han empezado casi nada", apunta.

Comisaría actual de la Guardia Urbana en Sarrià / SERGI CALAFF

¿CAMBIO DE GOBIERNO?

Eugenio Zambrano, secretario de Organización de CSIF, critica el "retraso" en la edificación de las nuevas comisarías, y asegura que la administración "se cierra a dar más información" sobre las futuras instalaciones y sus tempos. Además, insiste en que no se sabe como "impactaría un cambio de gobierno" en el proyecto.

El portavoz lamenta que la policía barcelonesa no disponga de un "modelo homogéneo" para sus cuarteles, como sí lo tienen los Mossos d'Esquadra, e insiste en que los edificios deben cumplir con los "requisitos de una comisaría" y no ser "sedes administrativas", con las necesidades de "ubicación y estacionamiento" que ello conlleva.

Desde el CSIF también se muestran en contra del traslado de las dependencias de la Unidad de Investigación del cuerpo policial a la comisaría de Ciutat Vella, ya que actualmente se encuentra ubicada fuera de la zona de trabajo con la finalidad de garantizar la "discreción" para el correcto desarrollo de las operaciones. "Tener ubicadas las dependencias en las zonas de trabajo pone en grave riesgo las operaciones que llevan a término, ya que los agentes han de salir de la comisaria a pie o con los vehículos camuflados, lo que puede llevar a que se les haga seguimiento a los propios agentes", explica el sindicato. Zambrano, que insiste en este rechazo al traslado, apunta que se trata de una decisión propia de un "burócrata disfrazado de policía".

Espacio en el que se construirá la comisaría de Sant Andreu / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

CENTRO DE EMERGENCIAS

Al mismo tiempo, el centro de emergencias de Barcelona continúa sin solución pese a contar con más de una veintena de casos de cáncer entre los trabajadores que realizan su jornada en esta instalación ubicada en la calle de Lleida.

Pese a que ya existe un compromiso para su traslado por parte de la consejería de Interior, el Ayuntamiento sigue sin mover ficha pese a la amenaza que supone este equipamiento para la salud de los empleados.

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