Collboni se alinea con JxCat para limitar el plan de usos de Colau en el Eixample
Los socialistas marcan otra vez perfil propio y plantan a la alcaldesa en uno de sus proyectos estrella
15 marzo, 2022 18:54Noticias relacionadas
Nuevo choque de intereses entre los dos socios del gobierno de Barcelona, comunes y PSC. Y ya van dos el mismo día. Después de que este martes por la mañana, el primer teniente de alcaldía Jaume Collboni discrepara de la intención de Barcelona en Comú de ampliar la Zona de Bajas Emisiones a los vehículos con la etiqueta amarilla, esta tarde los socialistas se han alineado con JuntsxCat en la comisión de Ecología Urbana y Urbanismo para limitar el plan de usos del Eixample (para restringir determinadas actividades comerciales) exclusivamente a las calles y plazas de la primera fase de la superilla.
La proposición del grupo de Elsa Artadi ha sido pactado con el PSC y ha contado, además, con los votos favorables de Ciutadans, PP, Valents y la regidora no adscrita, Marilén Barceló, mientras que Barcelona en Comú y ERC se han posicionado en contra, es decir 21 ediles a favor y 20 en contra. Una vez más, los socialistas han querido desmarcase de sus socios de gobierno y, según han explicado fuentes del PSC a Metrópoli, estas situaciones se darán cada vez más. Otro ejemplo reciente es el proyecto para eliminar la losa de la ronda de Sant Antoni y urbanizar la calle. El riesgo de ruptura del gobierno municipal está encima de la mesa, pero difícilmente se producirá.
SIN MAYORÍA NI CONSENSO
Según el texto que JuntsxCat ha llevado a la comisión de Ecología Urbana y Urbanismo, el plan de usos de Barcelona en Comú no tiene la mayoría ni el consenso para salir adelante. Artadi ha pactado con Collboni un texto que propone limitar la implantación a aquellas zonas donde se hizo la suspensión de licencias para ejes verdes de 2021 (es decir a aquellas calles en las que se construirá la superilla Barcelona entre 2022 y 2023: Consell de Cent, Rocafort, Comte de Borrell y Girona) y que se amplíe el plazo de alegaciones a cuatro meses.
La idea de Colau es retringir en todo el distrito los bares y negocios orientados al turismo para proteger al comercio de proximidad y evitar la gentrificación. El plan de usos ya recibió la luz verde inicial en la comisión de gobierno con el voto a favor del partido de Colau (mayoría) y la abstención del PSC, el pasado 3 de marzo, pero como la proposición presentada en la sesión de Ecología Urbana y Urbanismo no es vinculante, el texto aprobado queda por ahora como una discrepancia más entre socialistas y comunes. Más adelante, Colau, probablemente, sí que se verá obligada a ceder para sacarlo adelante y quela iniciativa sea ratificada por el pleno.
EL EIXAMPLE, UN TERRITORIO DEMASIADO AMPLIO
Según la regidora del PSC, Laia Bonet, el plan de los comunes necesita de "más tiempo, más acuerdos y más consensos". Los socialistas no ven claro que se tenga que aplicar el mismo plan en todo el distrito. "Estamos de acuerdo en el plan de usos como herramienta". Bonet ha citado los de la calle de Girona y Sant Antoni, pero opina que el Eixample es un territorio demasiado amplio y heterogéneo para aplicar un plan de usos general. La regidora ha defendido la necesidad de hacer un estudio económico para evaluar el impacto.
La impulsora del plan de usos, la teniente de alcaldía de Ecología Urbana y Urbanismo, Janet Sanz, ha acusado a JuntsxCat de presentar la proposición únicamente con la idea de mostrar las diferencias entre los partidos de gobierno. Para la edil, rechazar un plan de usos único para todo el Eixample significará que haya calles de primera y calles de segunda, y lo ha vendido como muy necesario para evitar perder el comercio de proximidad en el distrito. Sanz ha reconocido que la propuesta todavía está en una fase inicial y que el debate está abierto para alcanzar acuerdos para la elaboración del texto definitivo.
Una vez haya pasado el periodo de alegaciones, la propuesta de los comunes deberá pasar de nuevo por la comisión de gobierno, la comisión de Ecología Urbana y Urbanismo y finalmente por el pleno, donde se deberá hacer la aprobación definitiva. "Este martes lo que se ha hecho patente es que ahora Barcelona en Comú no tiene la mayoría para sacar adelante el plan de usos", apuntan fuentes municipales.