Una combinación de intereses cada vez más difícil. El secretario general de JxCat, Jordi Turull, quiere que Laura Borràs se queme por sí sola, pero la presidenta del Parlament, suspendida en funciones, resiste y se niega a salir del escenario. En la práctica, eso supone que Turull se ata a la suerte de Borràs, --pendiente de una posible reprobación en el Parlament-- y su renuncia a trazar una línea clara y contundente frente al ‘trumpismo’ que se hace fuerte en JxCat crea desesperación en el entorno de Xavier Trias, que puso como condición para presentar su candidatura a la alcaldía de Barcelona la ‘pax’ interna y la apuesta por una vía pragmática que deje de lado de una vez el populismo independentista. Trias, además, no soporta la forma de entender la política de Borràs, y su primer plano continuo le desquicia.

Distintas voces dentro de JxCat piden a Turull un movimiento claro frente a Borràs, que no acaba de llegar. Turull, al contrario, mantiene la misma tesis que la presidenta de su partido, sobre “las dudas” de los atentados del 17A. En las redes sociales, Turull se hace suyo el posicionamiento del exconcejal y exconsejero de Interior, Joaquim Forn, sobre los reproches a los servicios de inteligencia del gobierno español, y se esquiva por completo las aseveraciones del ex Mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, en las que constata que los agentes del CNI fueron los “más leales” con los Mossos y con el gobierno catalán.

No hay una línea nítida entre la máxima dirección de JxCat y el ‘trumpismo’ de dirigentes como Borràs, que, lejos de pedir perdón por utilizar el acto de conmemoración del cinco aniversario del 17A para mayor gloria de su figura, insistió este miércoles en “conocer la verdad”. Con ello se alienta el flanco más irredento del independentismo que considera que el gran adversario es España, y que no habrá ningún avance para Catalunya si no se produce un “embate democrático”, en palabras de la propia Borràs.

Fotomontaje de Ernest Maragall (I), Xavier Trias y Jaume Collboni (D) con Barcelona de fondo / METRÓPOLI

En lo que deba consistir en ese “embate” ya no se sabe ni se quiere esclarecer nada más. Borràs, preguntada en una entrevista en Rac1 por esa cuestión, no quiso ir más allá. “Hacer efectivo el 1 de octubre, que se ganó”, se limitó a contestar. Y eso es lo que irrita al entorno de Xavier Trias, que prepara con mimo su candidatura, pero asiste con perplejidad y enojo ante la falta de un golpe de timón, de un cambio de rasante, cuyo gran responsable debería ser Jordi Turull.

LA LIBERTAD QUE BUSCA TRIAS

Borràs no quiso enfrentarse frente a la dirección de JxCat –ella, de hecho, es la presidenta—que difundió un comunicado en el que se alejaba de lo que había sucedido en la conmemoración del 17A. “Estaba fuera de lugar interrumpir el minuto de silencio”, señaló, dejando claro que ella se limitó a saludad, después del acto, a los manifestantes que pedían saber “la verdad” de los atentados terroristas de ahora hace cinco años.

Guante de seda, por ahora, por parte de Borràs y también de Turull. Pero esa especie de acuerdo de no agresión no es suficiente para Trias, que quiere tener toda la libertad para trazar su estrategia municipal, con un partido que sepa movilizar a una gran parte de los barceloneses que están hartos del ‘trumpismo’ independentista y que quieren políticas concretas que sean alternativas al proyecto de los comunes de Ada Colau.

Turull disimula. Apoya a Forn, no desafía a Borras y se dedica a difundir los mensajes de Carles Puigdemont, en los que incide en dejar a “España” como el gran satán capaz, incluso, de favorecer atentados terroristas en Barcelona. La cuestión es que, además, ese mensaje no es una exclusiva del mundo de JxCat y algunos referentes de ERC, como el exconsejero Josep Huguet, también abrazan los postulados que presentan a España como un estado capaz de todo para desestabilizar al independentismo.

¿QUIÉN APARTA A LOS 'TRUMPISTAS'?

Pero Trias quiere otro escenario. Por ahora, madura su propuesta, y hasta mediados de septiembre no anunciará cómo y con qué elementos está dispuesto a competir por la alcaldía de Barcelona.

Turull, en todo caso, no se lo pone fácil. Nadie, dentro de JxCat, es capaz con voz clara y contundente de enviar a paseo a todos los ‘trumpistas’ que se mantienen en el partido y a todos los influyen desde la órbita mediática, como Pilar Rahola, la primera en sostener que los servicios de inteligencia de España son sospechosos y en señalar que la posición ahora de Trapero es “lamentable”.

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