Los ‘fogoneros’ de Colau: los que forman el laboratorio de ideas de la líder de los comunes
Un equipo formado por dirigentes de BeC y de ICV generará las principales ideas de la campaña de Ada Colau en las municipales de 2023
10 octubre, 2022 00:00Noticias relacionadas
La Fundación Sentit Comú, que pretende ser el mayor think tank de Ada Colau y de los comunes, comenzó este viernes la campaña electoral con la presentación de un libro con un trasfondo político de indudable calado: Ciudades sin Miedo, políticas municipalistas en acción. Esta fundación será uno de los principales instrumentos de la candidata de Barcelona en Comú a la alcaldía de la capital catalana, el laboratorio de ideas de la nueva izquierda que marcará no sólo la estrategia política a aplicar en el gobierno municipal sino que nutrirá de contenido el ideario intelectual de la formación y del programa electoral de las elecciones de 2023.
El hecho de que Sentit Comú esté presidida por el ministro de Universidades, Joan Subirats, antes el principal apoyo de Colau en el consistorio por su labor al frente del área de cultura, es sólo una anécdota. Subirats, por su condición de ministro, no puede formar parte de ninguna entidad, pero fue presentado a bombo y platillo como ‘presidente honorífico’ en Sentit Comú, con lo que soslayaba cualquier encontronazo con las normas legales. Sin embargo, en ese buque ideológico hay todo un equipo que aportará su experiencia en la labor de nutrir de contenido la propuesta de los comunes para la próxima legislatura. El grupo está dominado por fieles colauistas y miembros de la dirección de BeC, aunque también existe un cierto equilibrio con pensadores y dirigentes de la antigua ICV, que contrarrestan el peso que pudieran tener los incondicionales de la candidata a la alcaldía.
UN TESORERO CON MUCHO PESO
La presidenta ejecutiva de la entidad es Sara Moreno, doctora en Sociología de la UAB. Es, además, vicerrectora de Alumnado y Empleabilidad de esta universidad, investigadora del Institut d’Estudis del Treball (IET-UAB), editora de la revista Papers, integrante del consejo de redacción de la Revista Barcelona Metrópolis y pareja sentimental de Carles Spa Novellas, asesor del Ayuntamiento. El tesorero es el funcionario de Hacienda y miembro de la dirección de Barcelona en Comú Ximo Balaguer. En el partido forma parte de la comisión de Logística, Administración y Finanzas, aunque ya en Guanyem, el embrión inicial creado por Colau, era uno de los responsables de la tesorería y la transparencia económica. Se trata, pues, de uno de los dirigentes más cercanos a Colau.
Pero junto a Balaguer asoma otra de las caras con más peso en el círculo más próximo a Colau: Tània Corrons, economista que pasa por ser la gurú económica de la alcaldesa. Desde enero de 2020, es miembro de la dirección de BeC y desde semanas más tarde es asesora de los comunes en la Diputación de Barcelona. El salto a un cargo público, pues, fue automático tras su ascenso en el partido. Entre marzo de 2018 y marzo de 2020, había trabajado como responsable económica, administrativa, de compras y gestión de personas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en Barcelona. Su papel de “asesoramiento especial” en la Diputación le reporta unos 70.000 euros anuales, aunque, como los altos cargos de este partido, tiene limitado el salario y sólo puede embolsarse 2.200 euros netos al mes. El resto ha de donarse a la formación.
EXCONCEJALES COMO AYUDA
En la máquina de Sentit Comú se ha incorporado también la exconcejala Gala Pin, otra de las más cercanas a Colau, que levantó agrias polémicas durante el primer mandato de Colau como regidora de Ciutat Vella. Pin, que como Colau provenía del Observatorio DESC antes de dedicarse a la política, había sido también una antigua okupa. Tras dejar la política de primera línea en 2019, fue fichada por Goteo, una plataforma de micromecenazgo que había recibido subvenciones públicas de su mano cuando aún era concejala.
Esa circunstancia levantó ácidas críticas que fueron minimizadas, matizadas y, en ocasiones, negadas por los comunes. La realidad, sin embargo, era muy objetiva. Gala Pin y Colau se dejaron ver juntas la pasada semana paseando por las fiestas de la Barceloneta, visualizando de esa forma la fortaleza de una relación que nunca se tambaleó pese a las crisis políticas sobrevenidas por las actuaciones de Gala Pin.
Dos exconcejales más forman parte de este núcleo intelectual de los comunes: Ricard Gomà, profesor de Ciencia Política en la UAB y exconcejal de ICV entre 2003 y 2015, y Laia Ortiz, licenciada en Ciencias Políticas en la UPF. Ortiz fue también concejala en Barcelona (entre 2015 y 2019), diputada en el Parlament (2006 a 2011) y diputada en el Congreso (de 2011 a 2015). Se trata, pues, de dirigentes experimentados que conocen los entresijos de la administración pública. Pero tiene una particularidad importante: ambos provienen de ICV, los socios ecosocialistas de BeC, por lo que equilibran la balanza interna de influencia política en las propuestas.
ESPECIALISTAS UNIVERSITARIOS Y ACTIVISTAS
El exdiputado de los comunes Marc Parés (que entre 2003 y 2007 fue concejal por una plataforma independiente en Figaró-Montmany), miembro de la ejecutiva de BeC es otro de los integrantes del equipo de fogoneros. A la Fundación se incorporó, asimismo, un peso pesado de la economía: Joaquim Brugué, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Girona, licenciado en Ciencias Económicas por la UAB y diplomado en Análisis de Datos por la Universidad de Essex. Brugué fue director general de Participación Ciudadana de la Generalitat entre 2004 y 2008 y entre 2009 y 2014 ejerció como director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP). Entre 2015 y 2017 presidió la Asociación Española de Ciencia Política. Forma parte de la cuota ecosocialista en el equipo.
Colau cuenta también como fogonera en la fundación con Lucía Artacoz, una doctora que es directora del Observatorio de la Salud Pública de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, además de ser profesora asociada de la UPF. Otro profesor, Ramon Arnabat, especialista en Historia Contemporánea en la URV, forma parte de este elenco de cerebros en la sombra. Arnabat es concejal de los comunes en Vilafranca del Penedès desde el 2015 y es miembro de la ejecutiva del partido. Encarna Bodelón, profesora de Filosofía del Derecho en la UAB se suma al carro de Sentit Comú. Esta jurista es miembro de la junta de la Associació de Dones Juristes.
LA SEÑA DE IDENTIDAD DEL PSUC
En el equipo no faltan los elementos populares: la activista argentina Lucía Morale, miembro del Eje de Seguridad de Barcelona en Comú, aportará su grano de arena en las políticas de seguridad y criminalística. Morale, que es de las veteranas del partido y está especializada en políticas públicas de seguridad, fue colaboradora del excomisionado de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Amadeu Recasens. Beatriz Martínez, por su parte, es una activista vecinal (y social, puesto que estuvo en la vanguardia de las protestas contra el Plan Bolonia), miembro de la dirección de BeC, exasesora de los comunes en el distrito de Horta-Guinardó y ahora asesora en la Diputación de Barcelona, junto a Tània Corrons. Es licenciada en Derecho, en Ciencias Políticas y tiene un master en Gestión y Resoluciòn de Conflictos.
Por último, Teresa Fortuny, una veterana sindicalista de CCOO proveniente del histórico PSUC, que a raíz de la escisión a comienzos de los años 80, pasó a militar en el Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), los conocidos como ‘prosoviéticos’ o del ala dura del comunismo, que actualmente está integrado en Esquerra Unida i Alternativa (EUiA). Se trata, por tanto, de otra componente de la cuota de los socios ecosocialistas.