Un cambio de rumbo, con un objetivo muy claro: no perder la cara, tener visibilidad en las instituciones, y acercar posiciones con otros grupos políticos. Es la decisión de Junts per Catalunya en Barcelona. Su equipo municipal, --cinco concejales—está a la espera de que Xavier Trias presente su candidatura como alcaldable, pero en ese lapso había que tomar una decisión sobre los presupuestos de la ciudad para 2023. Y con el empuje de Trias y la propia convicción del grupo municipal se ha visto claro: abstención en la aprobación inicial del presupuesto, lo mismo que ha hecho ERC, y que premite a comunes y socialistas tramitar las cuentas.

En los años anteriores no ocurrió, precisamente, lo mismo. Solo en 2020, y por la pandemia del Covid, JxCat optó por votar a favor, con Elsa Artadi como jefa de filas. En los años posteriores el voto en contra fue rotundo y preciso. Pero a pocos meses de las elecciones de mayo, y con Trias como alcaldable –a falta de que lo comunique de forma oficial--- lo que se desea es tener “visibilidad” y dejar constancia de que JxCat puede y debe ser un grupo político útil en Barcelona.

JXCAT Y ERC, CONDICIONADOS

Eso no implica, insisten las fuentes consultadas, que se aprueben, finalmente, los presupuestos de Colau y Collboni para 2023, pero sí se permite que sigan adelante, con el objetivo de presentar alegaciones y esperar si alguna de ellas es aceptada. En todo caso, “ya habrá tiempo para rechazarlos”, y ahora Junts aparece como una fuerza política capaz de dialogar y ser útil en Barcelona.

Esa actitud constrasta con la que practica Junts en el Parlament, con una dura oposición al Govern en solitario de ERC y con el rechazo total a aprobar las cuentas de la Generalitat de 2023, a pesar de que fue el consejero de Economía de JxCat, Jaume Giró, quien los elaboró. En Barcelona, curiosamente, JxCat está en línea con los republicanos de Ernest Maragall, que también ha decidido abstenerse. En el caso de ERC la lógica es aplastante y la comprobó en sus carnes el propio Maragall: si ERC necesita a los comunes en el Parlament, los hombres y mujeres de Pere Aragonès en Barcelona se deben a Ada Colau. Maragall se descolgó el año pasado, anunciando que votaría en contra de los presupuestos de Barcelona y a las dos semanas Pere Aragonès le ‘aconsejó’ que debía aprobarlos o, por lo menos, facilitar su aprobación.

Los comunes han comenzado a buscar esas contradicciones en JxCat, porque saben que el partido que liderará Trias en Barcelona tiene unos intereses muy claros: dejar a Colau en la oposición. Facilitar los presupuestos de 2023 es un guiño claro a los socialistas de Jaume Collboni. Si los números lo permiten, JxCat intentarará un gobierno municipal con el PSC, con el objetivo de estar presente en las instituciones, y en el contrapeso –en función de cómo se utilice— a la Generalitat, que dirige ERC.

Jaume Collboni y Xavier Trias, en Barcelona / TWITTER JAUME COLLBONI

Por eso la pieza de Barcelona se ha convertido en central en el tablero de la política catalana. Trias es consciente de ello. Buscará el veterano dirigente todos los huecos posibles, entre la gestión y la fidelidad a un proyecto independentista que tiene un claro adversario: Esquerra. Trias ha ido aceptando en las últimas semanas circunstancias que no deseaba, como la salida del Govern de los consejeros de JxCat, o la todavía preponderancia en las decisiones del partido de Laura Borràs, lo que ha significado el declive del secretario general, Jordi Turull, muy tocado tras la consulta a la militancia por la que ésta decidió salir del Ejecutivo.

En las negociaciones de estos días, para preparar la votación inicial de los presupuestos en la comisión de Economía del Ayuntamiento, los socialistas no han buscado ese acercamiento con Trias. Y tampoco Junts. Se ha tratado de una decisión “por pura convicción”, que demuestra ese deseo de visibilidad. El PSC, protagonista en el área económica del consistorio, no tenía tampoco claro qué podía hacer ERC. Y, hasta el último minuto, Jaume Collboni pensó que los republicanos votarían en contra.

¿CÓMO VOTAR EN CONTRA?

Pero el juego entre los partidos independentistas, que se miran de reojo de forma constante, ha dado lugar a esa doble abstención. Uno –ERC—más condicionado que el otro, pero los dos con el ánimo de no perder la cara.

Los beneficiados, por ahora, son Colau y el propio Collboni. El presupuesto, el más expansivo de los últimos años, alcanza los 3.600 millones de euros, un 5,6% más con respecto a 2022. En contra, votaron en ese primer trámite Cs, PP y Valents.

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