Las estrategias han cambiado por completo. La irrupción de Xavier Trias como alcaldable de Junts per Catalunya, que aparece como ganador o empatado, en la práctica, con Jaume Collboni, en diferentes encuestas, ha obligado al republicano Ernest Margall a reorientar su campaña. Descolgado en tercera o cuarta posición en los últimos sondeos publicados, Maragall ha colocado ahora el foco en el PP. Y sostiene que “no vale democráticamente que Trias o Collboni se apoyen en el PP” para poder ser alcaldes.

¿Cómo se sostiene esa posición? Maragall, en una entrevista en el programa Converses de la Cadena Cope, entiende que el PP, cuyo alcaldable es Daniel Sirera, puede cobrar un protagonismo excesivo. En una situación complicada, en la que el ganador de las elecciones en Barcelona necesitará pactar con una segunda fuerza y, tal vez, con una tercera, Esquerra Republicana ha formalizado un acuerdo para “vetar” a fuerzas políticas “conservadoras”. En esa relación de partidos se incluye a Vox, pero también a Valents, Ciudadanos o el PP, al entender que la ciudad no debería depender de fuerzas que queden en las últimas posiciones electorales.

Aunque Maragall reitera en cada ocasión en la que tiene oportunidad que fue “inaceptable” que lo excluyeran a él –que ganó las elecciones en 2019—por su condición de candidato independentista –tras el acuerdo entre Manuel Valls y el PSC para elegir a Ada Colau como alcaldesa—ahora la exclusión se centraría en el PP. “Yo mencioné la posibilidad de que una alianza conservadora pueda inclinar la alcaldía de Barcelona, y tanto Trias como Colllboni no se dieron por aludidos, y creo que tengo el derecho de pedirles que no lleguen a ser alcaldes gracias a un partido que expresa cosas contraductorias como es el PP”, asegura Maragall.

Ernest Maragall, en la entrevista con la Cadena Cope 

El argumento se remacha a partir de lo que representa el PP en la ciudad de Barcelona, a juicio del alcaldable de ERC. Tras criticar a Trias, por “esconder” las siglas de su propio partido, JxCat, Maragall insiste. “No podemos plantearnos que una quinta fuerza –en alusión a los dos o tres concejales que le asignan las encuestas al PP de Daniel Sirera—sea decisiva, cuando no es dominante ni sociológicamente ni políticamente en la ciudad. No vale democráticamente”, ha incidido, con esa advertencia tanto a Trias como a Collboni.

ROMPER EL EQUILIBRIO DE FUERZAS

Maragall ha reclamado que la campaña se base en la gestión de la ciudad, en abordar el urbanismo y sus necesidades económicas y sociales, desde la convicción de que “se deben dejar a un lado las quejas y defender más lo que somos y nuestra potencialidad”. Eso permitiría, a su juicio, devolver el orgullo a la ciudad y reconectar a los ciudadanos con lo que representó Barcelona en sus mejores años, cuando Maragall, de hecho, era uno de los dirigentes del PSC en la capital catalana, junto a su hermano, el alcalde Pasqual Maragall.

Precisamente, marcado distancias con ese pasado personal, Maragall sostiene ahora que se debería romper el “tópico” de que en la plaza Sant Jaume, sede del Palau de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, se debe mantener un “equilibrio de fuerzas”. Es decir, lo que reclama el alcaldable republicano es que Esquerra “pueda gobernar” en las dos instituciones, como ya pasa en la Generalitat, con el presidente Pere Aragonès.

Sobre el urbanismo y la ampliación del aeropuerto, el candidato de ERC mantiene una cierta ambigüedad, al reclamar un marco global que tenga en cuenta todas las necesidades de la capital catalana. Aunque en los dos ultimos meses los republicanos han marcado distancias con los comunes de Ada Colau, durante todo el mandato se ha mantenido una cierta complicidad, que les ha llevado a votar numerosas cuestiones en las comisiones del consistorio. Respecto al aeropuerto, Maragall ha rechazado que fuera su partido, en la Generalitat, el que se mostrara en contra de la ampliación del aeropuerto. “Lo que dijo la Generalitat es que se debía hablar del tema y ver cómo abordarlo, y lo que se presentó, por parte de Aena es que o se tomaba o se dejaba el proyecto que se envió”.

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