Durante su paso por la alcaldía de Barcelona, Ada Colau ha librado una guerra contra el vehículo privado que no ha hecho más que recrudecerse a lo largo de los últimos años. Los comunes no han dudado en liderar todo tipo de acciones contra el coche, desde las polémicas modificaciones en materia urbanística para asfixiar a los conductores hasta convertirse en los abanderados de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) cuyo futuro se encuentra en manos de la justicia.
Para despejar cualquier tipo de duda, los comunes han dejado claro que su rechazo al vehículo va más allá de cuestiones medioambientales. Las acciones emprendidas en los últimos mandatos no han afectado solo a los automóviles de combustión, sino que también han perjudicado a la movilidad rodada sostenible encabezada por los vehículos eléctricos.
Con la finalidad de ayudarse en su particular lucha contra el tráfico, el Ayuntamiento liderado por Colau ha apoyado en la recta final de su gobierno un informe del Observatori DESC, la oenegé en la que trabajaba la líder de los comunes y que ha recibido un reguero de subvenciones en los últimos años, que demoniza a los turismos eléctricos.
PUNTOS DE RECARGA
Bajo el título ¿Quién se puede permitir un coche eléctrico en Catalunya?, la entidad realiza un análisis sobre la situación actual de estos vehículos en el que pone el foco en la capital catalana. Pese a puntualizar que el texto "no refleja necesariamente la opinión del Ayuntamiento", el escrito explicita que ha contado con el apoyo de esta administración para su elaboración y parte de la hipótesis de que "la clase trabajadora de Barcelona no se puede permitir un coche eléctrico, ni en el ámbito económico ni en términos de logística".
Una de las principales críticas del estudio recae sobre los puntos de recarga. Pese a reconocer que Barcelona es "la segunda ciudad europea con mayor número de puntos de recarga por kilómetro cuadrado", señala que se dispone de "muchos puntos de recarga lentos y pocos puntos de recarga rápidos". La crítica se hace extensiva a los enchufes domésticos, sobre los que el texto asegura que "pueden tardar hasta 11 horas para cargar completamente las baterías de un vehículo eléctrico".
El informe recuerda que actualmente no existe una estandarización de los sistemas de recarga, por lo que conviven diversos tipos de conectores. Como dificultad añadida en su crítica a este sistema, apunta que muchos cargadores abiertos al público requieren de una aplicación móvil para su funcionamiento, lo que puede traducirse en dificultades de uso para algunos usuarios.
COSTE
En sus conclusiones, el estudio asegura la dificultad de acceder a un turismo de esta tipología, también, por su elevado coste y la falta de posibilidades para transformar los vehículos de combustión en eléctricos, además de detallar que el plan de ayudas estatal para la adquisición de estos automóviles puede ir destinado "a personas con un nivel adquisitivo alto".
Respecto a estas ayudas, el documento elaborado por el Observatori DESC indica que pueden chocar con la ley catalana de Cambio Climático, que señala la necesidad de "avanzar hacia un modelo de transporte público, colectivo e intermodal, que no se base en la tenencia de vehículo privado y que fomente el uso generalizado del transporte público y otras formas de transporte sostenible sin emisiones de gases de efecto invernadero".
CHOQUE CON EL PSC
El rechazo de los comunes al vehículo eléctrico choca con el impulso liderado por el PSC en esta materia. El exprimer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha defendido la transición hacia la movilidad eléctrica a lo largo de todo el pasado mandato, una defensa que ha acompañado de acciones concretas. La iniciativa más relevante ha sido la inversión de 12 millones de euros en este tipo de estaciones. Con esta partida, Barcelona alcanzará los 3.300 puntos de recarga el próximo año.
En la capital catalana, los conductores de vehículos eléctricos disponen de ciertas ventajas respecto a los de combustión. A la bonificación del 75% en el impuesto de circulación, se suma la circulación libre por los carriles VAO y el estacionamiento gratuito en las plazas de zona azul.