Xavier Trias durante su intervención en el acto de inico de la campaña / CEDIDA

Xavier Trias durante su intervención en el acto de inico de la campaña / CEDIDA

Información municipal

Xavier Trias, el más querido en la 'operación Luz de Gas' que no ha podido ser alcalde

Trias rechazaba la posibilidad de ser candidato hace justo un año, en una fiesta con su amigo Jordi Hereu, se animó, compitió, ganó, pero no es alcalde

18 junio, 2023 00:00

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Parece un sueño lejano, vaporoso, porque la sucesión de hechos ha sido tan intensa que no es asumible que sólo haya pasado un año. Pero esa es la realidad. Trias no es alcalde, pero ganó las elecciones. No iba a ser candidato, pero se animó, compitió y ganó. Sin embargo, no ha podido ser alcalde.

Es el 16 de junio de 2022, sobre las nueve de la noche, aunque la luz del casi recién estrenado verano es todavía intensa. Hay muchas personas en la puerta, en corrillo, otras van entrando. Y en el local, en Luz de Gas, se produce otra pequeña aglomeración. El protagonista es Xavier Trias. Hay amigos suyos personales, y, de hecho, él ha querido estar al lado de uno de ellos, Jordi Hereu. Es la fiesta del exalcalde socialista, que quiere celebrar los diez años de su consultora Idencity Consulting. Todo son abrazos y sonrisas, porque se celebra, también, una especie de final de la etapa del Covid: hay alegría. Y a Trias le llueven las preguntas: ¿Serás candidato a la alcaldía? Con gesto divertido, halagado, Trias rechaza todos los argumentos: “Estáis locos, para nada, ¿cómo me voy a presentar?, no, no, para nada, ‘res de res’”, asegura, con esa particular pronunciación del fonema ‘r’. Comenta que la situación está muy confusa, que en su partido, Junts per Catalunya, se debería allanar el camino. Que todo es ruido.

Camina, se para, busca a Jordi Hereu, se abrazan, toma una copa, habla de todo y nada, y sus interlocutores llegan a la conclusión de que Trias ya está para otras cosas, para saborear la vida, para jugar al golf, para hacer comentarios y para expresar esa perplejidad que siempre le ha caracterizado: ¿pero, cómo es posible tal y cuál cosa? Lo mira ya todo desde la barrera, pero alberga un deseo, un imposible que hace que sus pequeños ojos brillen. ¿Y sí…?

El socialista Jaume Collboni (c) flanqueado por el candidato de JxCat, Xavier Trias (3d), y la candidata de BCNComú, Ada Colau (2i)

El socialista Jaume Collboni (c) flanqueado por el candidato de JxCat, Xavier Trias (3d), y la candidata de BCNComú, Ada Colau (2i)

Justo un año después de la fiesta de Luz de Gas con su amigo Jordi Hereu, Trias ha estado a punto de ser alcalde de Barcelona, como jefe de filas de la lista más votada, con once concejales, y, después de un pacto con ERC.

Trias nunca ha sido un político sofisticado. Sabía gestionar en su parcela, el sector sanitario, y siempre ha admirado a Jordi Pujol. Estuvo a su lado, como consejero de Salut y de Presidència. Y también interiorizó que podía jugar un papel central en la política española, como jefe de CiU en el Congreso. Pero llegó demasiado tarde. La mayoría absoluta de José María Aznar en 2000 le dejó sin margen de maniobra. Y colaboradores suyos, como Heribert Padrol, que se había incorporado para gestionar la Agencia Tributaria de Catalunya, regresaron a Barcelona casi de inmediato. Trias aprendió en Madrid, pero también se aburrió. La coalición CiU ya no ejercía de bisagra en Madrid.

COLABORAR CON COLLBONI

Su hora llegó en 2011 como candidato a la alcaldía de Barcelona. Y le tocó algo que nunca habría pensado: una crisis económica de espanto y el inicio de un proceso independentista en el que él nunca creyó. Sin embargo, “no supo ir en contra de la ola que se originó y claudicó, tampoco podía hacer otra cosa”, señalan colaboradores suyos de aquella época. Acabó el mandato, hasta 2015. Y en ese lapso se había creado un intenso movimiento de carácter populista, pero con argumentos factuales, debidos a la crisis financiera y económica que había arrancado en 2008, que acabó con el nacimiento de los comunes.

Trias, gestor, amable, siempre con empatía, enemigo del lío y de los enfrentamientos, también se dejó ir cuando en 2015 quedó por debajo de una activista llamada Ada Colau. En la misma noche electoral felicitó a la nueva alcaldesa y se marchó, pensando que ya había culminado su carrera política. Fueron cuatro años de alcalde uno tanto anodinos, aunque haya quedado la imagen de un enorme gestor. De hecho, fue continuista con todo lo realizado por su amigo Jordi Hereu. Y tuvo algunos importantes ‘líos’ con okupas y anti-sistema, en Can Vies y en Gràcia. Ante la duda, su lema: mejor dejar hacer, algo similar al talante de Mariano Rajoy. Como le gusta repetir, con un latiguillo: “A la vida el que no es pot fer mai….” Sus interlocutores habituales podrían completar la frase: no se puede cabrear a ningún colectivo, sí, realmente, no hay una gran causa para hacerlo. Y Trias no suele ver muchas ‘grandes causas’.

El candidato de ERC, Ernest Maragall, y el alcaldable de Junts, Xavier Trias / EUROPA PRESS

El candidato de ERC, Ernest Maragall, y el alcaldable de Junts, Xavier Trias / EUROPA PRESS

Pasaron los años. Buenos para la práctica del golf y la vida en familia y con amigos. Trias, siempre referente para los convergentes, comenzó a pensar que podían recurrir a él. Su lema es que, “a la política” nunca hay que ser demasiado contundente, y que eso permite una larga carrera, pactando con unos y otros. Sin entorpecer.

Con las expectativas por los suelos de Junts per Catalunya, con Elsa Artadi de candidata, comenzaron a pasar muchas cosas en Barcelona. La figura de Trias fue creciendo, como ‘una posibilidad’ para una operación: lograr que JxCat creciera electoralmente, a costa de ERC, y facilitar, en paralelo, que el socialista Jaume Collboni pudiera ser un ‘valor refugio’ para un cambio en la alcaldía de Barcelona, dejando en la estacada ‘por fin’, a Ada Colau.

Y esa operación salió ‘tan bien’ –o tan mal, depende de lo que se quisiera realmente hace justo un año—que Trias ganó las elecciones, aunque no ha podido ser alcalde, ni pactar, como era su objetivo, con los socialistas

Trias presentó la campaña con pocas ideas, pero con una sola le ha sido suficiente: Trias no es Colau. Y arrasó en los distritos de más renta de Barcelona, que votaron más que el resto de distritos de Barcelona. El independentismo de su partido no se pone en cuestión. La pretensión de que la ciudad pueda ser una plataforma del independentismo, con ERC como socio, está en el horizonte. Trias lo sabe. Pero él ha cumplido ya lo que se le pedía. Ganó las elecciones frente a Colau. Y no ha podido ser alcalde porque se ha considerado que su partido puede cometer los mismos excesos que en el pasado. Él lo lamenta. Y por eso en el pleno de investidura explotó: Que us bombin, (que os den). Él ya lo ha hecho todo en la política.

Otra cosa es lo que ha pasado en las últimas horas. Una operación que ha impedido que sea alcalde de Barcelona.