Jaume Collboni afronta un reto en Barcelona. El Consejo Municipal de la ciudad pondrá a prueba la capacidad de pacto del socialista, que se ha hecho con la alcaldía sin disponer de una mayoría cómoda que sea sinónimo de estabilidad. El nuevo alcalde de la capital catalana es consciente de que necesitará tocar distintas teclas para consolidar pactos con los grupos de la oposición, pero no deja de lado el objetivo de fortalecer su gobierno con un socio predispuesto y con una notable representación en el pleno, como los comunes.

A la espera de la llegada de los comicios generales, cuyo resultado deberá interpretarse por el PSC de forma certera para la articulación de futuros acuerdos en la capital catalana, el nuevo gobierno barcelonés deberá impulsar algunas iniciativas con el único apoyo de una decena de concejales, los de su partido. Para otras cuestiones, estará obligado a sumar con otras formaciones con las que deberá entenderse para no encallar la acción de gobierno en Barcelona.

DECRETOS Y BANDOS

El alcalde dispone de dos mecanismos sobre los que tiene plenas competencias. Uno de ellos son los decretos de alcaldía, unas disposiciones que son de naturaleza organizativa y de ordenación social. En el primer caso, que se puede ejemplificar en los nombramientos del personal adscrito a los grupos municipales, Collboni no depende de un trámite anterior para su firma. En el segundo supuesto, los decretos se realizan en ejecución de los reglamentos y ordenanzas aprobados que anteriormente han pasado por el Consejo Municipal.

Los bandos de alcaldía dependen de la misma figura. Estas disposiciones se emiten en situaciones excepcionales o de urgente necesidad, así como en ocasiones en los que se den acontecimientos de especial relevancia. Collboni tiene total potestad sobre dichas resoluciones, que son actos administrativos que carecen de valor normativo.

El Consejo Municipal de Barcelona tras la investidura / EFE

COMISIÓN DE GOBIERNO

La Comisión de Gobierno es la herramienta con mayor fuerza de la que dispone Collboni sin depender de otros partidos. Presidida por el alcalde, está conformada exclusivamente por miembros del Ejecutivo local, y cuenta con múltiples atribuciones. En materia de gestión y administración financiera, se incluye la autorización de gastos cuyo valor oscile entre el medio millón y los 6.010.121,04 euros, a excepción de los desembolsos por concesión de subvenciones directas a partir de un importe de 50.000 euros y las derivadas de expedientes de contratación. Este órgano también puede concertar determinadas operaciones de crédito a largo plazo por valor igual o superior a medio millón de euros.

Entre las competencias de la Comisión en materia de patrimonio, se engloba la adquisición de bienes por una cuantía comprendida entre los 500.000 y los 6.010.121,04 euros, la aceptación de bienes y derechos a título lucrativo y las alienaciones patrimoniales cuyo valor se encuentre en la citada horquilla económica. En cuestión de inversiones, la Comisión dispone de competencias para la aprobación de líneas básicas de la política de inversiones y subvenciones, mientras que en materia de contratación este organismo es el responsable de los actos de preparación, adjudicación, modificación y otros, siempre bajo el mismo margen económico.

Collboni, con la Comisión bajo control, tiene potestad sobre la aprobación de convenios y de subvenciones directas, siempre que estas alcancen o sobrepasen los 50.000 euros. La oferta pública de ocupación y los acuerdos finalizadores de los procedimientos judiciales.

URBANISMO Y PROYECCIÓN DE LA CIUDAD

Este órgano integrado exclusivamente por cargos socialistas también cuenta con importantes responsabilidades en materia urbanística. Las obras, siempre cuyo importe se encuentre en el mismo margen que los casos anteriores, es una de las aprobaciones enmarcadas en este ámbito. Las aprobaciones iniciales de modificaciones, de proyectos de urbanización y la suspensión de licencias también recae sobre el PSC. Las expropiaciones y el establecimiento de convenios urbanísticos también pasan por este órgano.

Jaume Collboni, en su despacho del Ayuntamiento / AJ BCN

En materia de vivienda, la Comisión puede aprobar convenios para la construcción de vivienda social, así como domicilios destinados al realojo de afectados urbanísticos y rehabilitación de viviendas que sean competencia de la alcaldía, y cuyo coste no supere los 6.010.121,04 euros ni cuatro años de duración.

Collboni y sus nueve concejales, que conforman la totalidad de este órgano municipal, también disponen de competencias para la proyección de la ciudad mediante la autorización de participación del Ayuntamiento en eventos nacionales, estatales o internacionales. 

PLENO

En las sesiones plenarias es donde Collboni encontrará mayores dificultades. Con una decena de concejales, el PSC necesita la colaboración de otros grupos mediante votos favorables o abstenciones para aprobar las proposiciones que los socialistas trasladen al pleno. Estas complicaciones ya las vivió Colau durante el último mandato, con cuestiones que llegaron a la máxima polémica y contaron con una negativa mayoritaria en el plenario, como el Plan de Usos del Eixample que fue tumbado en el pleno ordinario del pasado mes de enero pero que contó con luz verde una semana después, en una sesión extraordinaria en la que ERC y el propio PSC dieron su aprobación.

El mismo problema se encuentra en sentido contrario. Con acuerdos entre los grupos que conforman la oposición, el pleno puede dar su beneplácito a todo tipo de proposiciones pese al rechazo de los socialistas. Pese a ello, cabe recordar que estas iniciativas no son vinculantes, por lo que el gobierno municipal no tiene la obligación legal de ejecutarlas.

PRESUPUESTOS

El escollo de los presupuestos pondrá a prueba la capacidad negociadora de Collboni. Si las cuentas no disponen de una aprobación anual, se puede frenar el avance y los proyectos de ciudad, lo que puede acelerar el desgaste del gobierno municipal durante el mandato. Del PSC dependerá, si no cuenta con un acompañante en su Ejecutivo a finales de año, la consecución de una mayoría que le permita sacar adelante los presupuestos y tributos para poder desarrollar el proyecto socialista en Barcelona.

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