La mano derecha de Trias, el más ‘exigente’ ante la investidura de Pedro Sánchez

El debate interno en JxCat es intenso ante la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Uno de los dirigentes en los que más ha confiado Xavier Trias –que aspiraba a la alcaldía de Barcelona, y que perdió la elección en el úlimo momento—es Joaquim Forn, su mano derecha cuando fue alcalde y referente para todo el grupo municipal de JxCat. Y Forn reclama ahora duras condiciones para los socialistas si quieren el apoyo de los post-convergentes. ¿Cómo? Señala que la amnistía que se reclama para los dirigentes independentistas –como el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont—sea sólo un primer paso: “La amnistía no es el punto de llegada, sino el de partida”, asegura.

Se trata de una apuesta ideológica que es la contraria a la que defendió Xavier Trias durante su campaña electoral. Trias, tras verse fuera de la alcaldía –con la elección del socialista Jaume Collboni con los votos de los comunes y del PP—afirmó que ni el PP ni el PSOE habían entendido su misión de “paz”. La idea de Trias era lograr la alcaldía como un primer paso para que JxCat consolidara un aterrizaje que permitiera volver a la política de la negociación y el pacto, sin posiciones maximalistas.

Sin embargo, el apoyo del PP y de los comunes a Collboni se justificó, en gran medida, como el dique necesario para que el independentismo más duro no se hiciera con el gobierno de la capital catalana. Y ahora la posición de Joaquim Forn podría avalar esa tesis. Forn, que fue consejero de Interior de la Generalitat durante el referéndum del 1-O, fue juzgado e inhabilitado para cargo público. No quiso implicarse directamente en la campaña de Trias, ni formar parte de la lista electoral, --aunque ya estaba habilitado-- pero ha sido y es uno de los grandes referentes de Trias y de buena parte de los integrantes del grupo municipal de JxCat.

Xavier Trias y Joaquim Forn

EL GOBIERNO EN BARCELONA

Forn, en una entrevista en Catalunya Ràdio, ha considerado que una posible ley de amnistía para que Puigdemont pudiera volver a España y para que no se juzgaran a diversos cargos independentistas todavía pendientes de juicio, sólo sería un primer paso, para nada algo que pudiera asegurar la investidura de Pedro Sánchez. “Es, ha señalado, con la idea de que se debe resolver la cuestión política. "El 1 de octubre la gente no fue a votar para la amnistía, sino para otra cosa", añade Forn, con la idea de que es necesario que Catalunya ejerza el hipotético derecho de autodeterminación.

Pese a todo, esa posible ley de amnistía que se ha situado sobre la mesa, por parte de JxCat, sí se valora en el caso de que ofrezca una solución “a los más de 4.000 encausados que hay en este momento”. Según Forn, lo importante es saber “quién es el responsable de todas aquellas agresiones a la ciudadanía".

Trias quería cambiar el rumbo de JxCat en el caso de haber sido alcalde. Pero los dirigentes más cercanos a él piden la máxima dureza en la negociación con el PSOE para que Pedro Sánchez pueda ser, de nuevo, presidente del Gobierno. Esa negociación, además, será determinante para que se resuelva la incógnita en Barcelona, donde el PSC gobierna con sólo diez concejales. El alcalde Jaume Collboni no se cierra las puertas a pactar con JxCat, pero el camino está más allanado –ahora—con los comunes y con ERC, socios necesarios de Sánchez para que el PSOE pueda mantener el Gobierno.