La limpieza en Barcelona, o más bien su ausencia, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los barceloneses durante los últimos años. El último barómetro de la capital catalana, correspondiente al pasado mes de junio, confirmó la cronificación de esta problemática en la ciudad. Los encuestados tan solo consideraron la inseguridad y el acceso a la vivienda como asuntos a solventar de mayor gravedad.
Hace justo un año, el entonces primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, fue tajante cuando se le preguntó sobre la suciedad en la ciudad. "No tenemos que negar que hemos tenido un problema con la limpieza", aseguró. Estas declaraciones llegaron después de que la exalcaldesa, Ada Colau, afirmara que "a rasgos generales, la ciudad está limpia".
Tras su llegada a la alcaldía, el líder socialista se reunió con representantes de las empresas concesionarias del contrato de limpieza, a las que anunció que sancionaría en caso de que se produjeran incumplimientos en este acuerdo. El nuevo gobierno también informó que triplicaría las inspecciones a las adjudicatarias con las que se habían firmado los contratos.
AUDITORÍA
Con la finalidad de llevar a cabo el control de calidad de los servicios prestados por las compañías de limpieza, el consistorio ha iniciado el expediente para la contratación de una empresa que audite estos trabajos en la capital catalana y garantice, así, el correcto estado de la ciudad en esta materia.
El presupuesto base de licitación marcado por el Ayuntamiento para estos trabajos es de 4.382.235 euros, pero el valor estimado del acuerdo alcanza los 7.756.594 euros. El futuro contrato se mantendrá vigente hasta 2025.
CONTRATA RÉCORD
La deficiente limpieza en el espacio público de Barcelona obligó al anterior gobierno municipal a firmar una contrata récord para poner fin a esta problemática. La inversión municipal sumará 2.300 millones de euros desde el año pasado hasta 2030, unos 122 euros por año y habitante, además de cientos de operarios y vehículos nuevos para dar cumplimiento al servicio.
En marzo de 2022, se iniciaron los trabajos correspondientes a los distritos de Ciutat Vella, Eixample y Gràcia, adjudicados a FCC, así como los relativos a Sant Andreu y Sant Martí, que dependen de Urbaser. Seis meses más tarde, el nuevo acuerdo se activó en Sants-Montjuïc, Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi, dependiente de Corporación CLD, al mismo tiempo que en Horta-Guinardó y Nou Barris, distritos que corresponden a la compañía Valoriza.
En octubre, y ante los escasos resultados que no resolvían el problema de suciedad en la ciudad, el Ayuntamiento añadió brigadas de refuerzo en el Eixample, Gràcia y Ciutat Vella, tan solo unas semanas más tarde de hacer lo propio en el resto de distritos. De nuevo, la cuestión quedó sin resolverse.
INSPECCIONES Y SANCIONES
En el citado encuentro que el alcalde mantuvo con las compañías adjudicatarias del servicio de limpieza días después de tomar posesión de su cargo, Collboni mostró su firmeza al anunciar los controles a los que se expondrían las empresas para garantizar un mantenimiento adecuado en Barcelona, y que podrían traducirse en sanciones de entre 400 y 2.400 euros en caso de incumplimiento.
Las 600 inspecciones semanales actuales han pasado a ser 1.800, con la posibilidad de imponer multas en caso de resultar necesario. A ello se ha sumado el refuerzo de las brigadas de barrio con nueve equipos nuevos, con un total de 4.400 trabajadores dedicados a la limpieza de la ciudad.
Las primeras multas a las compañías de limpieza no tardarán en llegar. La concejal de Urbanismo, Laia Bonet, explicó este jueves que el Ayuntamiento reclamará cerca de 300.000 euros a estas empresas tras detectar 269 incumplimientos por parte de las adjudicatarias entre julio y agosto. Las penalizaciones llegarán después de que se hayan realizado más de 16.000 inspecciones en los últimos meses.
PLAN ENDREÇA
Este control de la limpieza en la capital catalana se enmarca en el plan Endreça, una estrategia municipal desarrollada en tres fases para lograr el mantenimiento integral del espacio público. En la primera etapa, que se está desarrollando desde el pasado mes de julio y finalizará en octubre, el Ayuntamiento está realizando acciones de limpieza y mantenimiento, además de aumentar la presencia de la Guardia Urbana en la calle para contar con una mayor capacidad sancionadora en materia de convivencia.
Hasta marzo del próximo año se desarrollará la segunda fase, en la que Collboni incrementará los precios de las multas reguladas por la Ordenanza de Convivencia y creará la Oficina del Plan Dirección para la gobernanza de este plan. Finalmente, a partir del mes de abril se desplegarán los planes de mantenimiento integral en toda la ciudad, se reforzará la coordinación de los servicios y los agentes implicados, al mismo tiempo que se evaluarán los resultados de esta iniciativa municipal.