La obsesión de Colau: entrar en el gobierno antes que aprobar los presupuestos para Barcelona
El equipo de Collboni prevé una fuerte inversión en políticas de vivienda y urbanismo, pero los comunes no lo ven suficiente para votar 'sí' sin condiciones
25 febrero, 2024 23:30Los comunes dan una última oportunidad a Jaume Collboni. Una oportunidad para sacar adelante unos presupuestos que suponen aprovechar una partida muy elevada, de unos 777 millones de euros, destinada a inversiones. Pero para aprobar las cuentas municipales, Collboni debe ceder a la condición de los comunes: que entren a formar parte del gobierno. Aunque su posición está clara: no incorporará a nadie de Barcelona en Comú a su equipo.
Ya lo señaló la concejal Janet Sanz y lo han vuelto a reafirmar fuentes de los comunes a Metrópoli: “La generosidad tiene un límite. Los presupuestos se deben ejecutar por parte de un gobierno amplio y progresista. Si no hay negociación, votaremos 'no' el 22 de marzo”. Con este gesto, los comunes anteponen su puesto en el Ejecutivo local a tirar adelante unos presupuestos que se consideran los mejores que ha tenido Barcelona, con especial atención a políticas de vivienda y con grandes reformas de urbanismo.
Los comunes, abanderados en políticas sociales
La propuesta presentada por el gobierno de Collboni para 2024 plantea 777 millones de euros en inversiones, con un presupuesto que suma 3.807 millones, un 5,9% más que el año pasado.
En el ámbito de vivienda, uno de los problemas más cronificados de Barcelona, Collboni quiere destinar una inversión de 153 millones de euros, con actuaciones destacables como la construcción de 1.000 viviendas en el parque público. Si se comparan con los presupuestos de 2019 --prorrogados de 2018-- cuando los comunes gobernaban en solitario, se destinaron 72,7 millones de euros.
Colau prometió la construcción de más de 8.000 viviendas públicas, una promesa que no ha cumplido. La normativa de destinar un 30% de los pisos a vivienda social tampoco ha funcionado. A la espera del resultado del informe encargado a la experta Carme Trilla sobre esta cuestión, Collboni ha presentado un presupuesto con una fuerte inversión en vivienda para revertir el fracaso del anterior equipo municipal. Los comunes deberían reconocer que Barcelona necesita esta inyección de dinero en materia de vivienda, ya que ha sido su seña de identidad durante todos sus mandatos.
Otro punto fuerte de la propuesta tiene que ver con urbanismo. Con una inversión de más de 100 millones de euros, se incluyen actuaciones importantes como el Plan de Barrios, con 30 millones de euros. Se trata de actuaciones que atienden a reivindicaciones vecinales, en una planificación que nació en 2016 con el gobierno de los comunes. Collboni ve este plan como un proyecto “vital” para los próximos años, y prueba de ello es la inversión que destina, que supera la del mandato de 2018/2019, cuando los comunes dedicaron 27,4 millones de euros. No obstante, ambas inversiones quedan lejos de lo presupuestado en 2020/2024, cuando se destinaron 150 millones de euros.
Avance en grandes obras
A este Plan de Barrios se suman grandes obras como la reforma de la Rambla, con una inversión de ocho millones de euros, o la cobertura de la ronda de Dalt, con seis millones. Grandes proyectos que fueron víctimas de la “falta de voluntad política” del anterior gobierno de los comunes y que Collboni pretende que marquen un antes y un después.
La reforma de la Rambla ha sido una de las reivindicaciones históricas de los vecinos. El alcalde socialista anunció en octubre de 2023 el avance del calendario de las obras. Tras reformular el plan de Colau, los trabajos están previstos que terminen en 2027 en lugar de 2030. Unos plazos que, según la Asociación Amics de la Rambla, supondrían un gran logro para el gobierno socialista después de la “mala gestión” de los comunes.
El proyecto de la ronda de Dalt acumuló años y años de retraso. Según aseguraron fuentes vecinales a este digital, la exalcaldesa de Barcelona bloqueó de forma sistemática su remodelación, fundamental para reducir los efectos de la contaminación y el ruido de los vehículos. Del mismo modo que la reforma de la Rambla, la previsión es que los trabajos terminen en el segundo trimestre de 2027.
Dos grandes obras que necesitan dinero y recursos, y para que salgan adelante se debe tener presupuesto. El propio Collboni señaló que debe primar "la responsabilidad", ya que hay muchos proyectos en marcha que dependen de estas cuentas. Ya no sólo la Rambla o la ronda de Dalt, también la estación de la Sagrera, la reforma en Zona Franca, con la construcción de viviendas en La Marina del Prat Vermell, la ampliación de la Fira de Barcelona o el Nuevo Port Olímpic.
Cuestión de prioridades
El presupuesto de 2024 prevé invertir casi 271 millones de euros en materia de vivienda y urbanismo, unos 76 millones más que lo propuesto en 2018/2019 (alrededor de 194 millones) y casi nueve millones más respecto a lo proyectado en 2023 (unos 262 millones). Los comunes son conscientes de estas mejoras, pero el hecho de que pongan como condición entrar en el gobierno municipal para aprobar las cuentas prioriza sus intereses al beneficio de los barceloneses. Si no entran, están dispuestos a hacer una “oposición muy dura”, por lo que muchos de los proyectos estarían en riesgo, y Barcelona se jugaría mucho como ciudad.
Pero Collboni se mantiene optimista ante la idea de que los grupos podrían aprobar los presupuestos porque "son una herramienta fundamental", sobre todo cuando se inicia un mandato, y admitió que pactarlos "requerirá acuerdos, generosidad, diálogo, ceder cosas y pensar en el interés general y el bien común de la ciudad".
Su idea no es recurrir a su última carta: la cuestión de confianza. De momento ya tiene el voto a favor de Esquerra Republicana y el de los comunes, aunque el futuro de este último dependerá de cómo avancen las negociaciones y si, finalmente, Collboni accede a incluirlos en el gobierno. Colau le dio 30 días para pactar un tripartito, y el reloj ya ha empezado a correr.