Entre los equipamientos municipales con los que cuenta Barcelona se encuentran los denominados Puntos Multimedia. Estas instalaciones se destinan a la formación en el ámbito tecnológico con la organización de todo tipo de talleres teóricos, unas actividades que se complementan con trabajos prácticos de fabricación digital destinados a diferentes colectivos.
Desde clases de informática y uso de smartphones hasta diseño e impresión 3D, estos centros organizan distintas sesiones que requieren la gestión de una compañía externa, adjudicataria del concurso público realizado por el Ayuntamiento para ello.
La gestión para las instalaciones ubicadas en el distrito de Sants-Montjuïc ha quedado desierta después de que la cooperativa Lúdic 3, que forma parte de un holding empresarial consolidado en los últimos mandatos como predilecto de los comunes, no haya cumplido con las exigencias del concurso.
Licitación desierta
El Ayuntamiento licitó, el pasado mes de enero, el servicio de gestión y dinamización de los Puntos Multimedia, apodados formalmente como FABs, de Casa del Mig y Casa del Rellotge. Para estos trabajos, el consistorio reservó una partida económica de 430.683 euros.
A principios de marzo, la licitación quedó oficialmente desierta. Al concurso público solo se presentó Lúdic 3 SCCL, pero el incumplimiento de uno de los requisitos dejó a la compañía fuera del procedimiento.
El consistorio barcelonés excluyó al único licitador participante después de que la cooperativa, que aún gestiona los equipamientos tras hacerse con el último concurso, presentara la documentación requerida fuera de plazo. Fuentes municipales confirman que el Ayuntamiento volverá a licitar este servicio.
Holding predilecto
Lúdic 3 SCCL forma parte del mismo holding que Calaix de Cultura y Relleu Cultural, todas ellas afincadas en el número 5 de rambla de Catalunya y predilectas de los comunes durante los dos mandatos de Ada Colau al frente de la alcaldía barcelonesa.
Estas tres compañías se hicieron con numerosos contratos de gestión en la capital catalana, especialmente relativas a centros cívicos e instalaciones similares. Casa Elizalde, Casa Golferichs, La Sedeta o los casales infantiles de Les Roquetes y Canyelles son algunos ejemplos de ello.
Además de hacerse con las adjudicaciones durante los últimos ocho años, las empresas también declararon sobrecostes derivados de su gestión al frente de estos equipamientos, que inflaron la factura municipal para garantizar el funcionamiento de las instalaciones.