El fantasma del ‘no’ a entrar en el Gobierno de Collboni lleva a ERC de Barcelona a frenar la votación
Los partidarios de Marta Rovira, que lidera la dirección de ERC a nivel catalán, se han movilizado con gran presencia de militantes de las juventudes para impedir los planes de Elisenda Alamany y Eva Baró
13 junio, 2024 22:30Sorprendida y perpleja. Así se ha quedado la dirección de Esquerra Republicana en Barcelona ante la gran movilización de la militancia para decidir la entrada en el gobierno de Jaume Collboni. La directiva del partido se ha visto obligada a aplazar el congreso que se iba a llevar a cabo este jueves, 13 de junio, en el Orfeó Martinenc por falta de espacio. Alrededor de 600 personas se han congregado a las puertas del centro, que tiene una capacidad de tan sólo 270 personas aproximadamente. Pero más allá del éxito de participación, que fuentes cercanas al partido describen de "histórica", se palpaba en el ambiente un posible rechazo al acuerdo con el PSC que ha llevado a frenar la votación. El fantasma del 'no' resonaba en las paredes del orfeón hasta que se ha decidido aplazar la decisión definitiva, con grandes repercusiones en la política catalana y en el seno de ERC.
En las largas colas que se han formado ante la puerta del Orfeó Martinenc había una gran cantidad de jóvenes. Un perfil de militante que no se puede pasar por alto, porque las juventudes republicanas, las JERC, habían llamado a tumbar el pacto entre ERC y PSC. Su posición es que Esquerra no debe facilitar la investidura de Salvador Illa en el Parlament, ni tampoco entrar en el Gobierno de Collboni, a menos que el PSC se comprometa con la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Ante un escenario inesperado, cancelar la votación ha resultado ser una salida fácil para la federación de Barcelona de ERC, que se reunirá en los próximos días para valorar los siguientes pasos.
Entre los militantes había dos tipos de perfiles. Los jóvenes, que se han mostrado con una actitud más activa y enérgica, con ganas de "cambiar las cosas", según se ha escuchado entre la multitud. Y los más veteranos, aquellos que ya llevan a sus espaldas muchos congresos, conscientes de lo que podía pasar, traían caras más largas, aunque no han abandonado la esperanza. "Ganaremos", ha replicado un militante a la llegada de Elisenda Alamany, quien ha respondido "siempre, ganamos siempre". En el ambiente también se palpaba la llamada a filas de los dos sectores de ERC: por un lado los partidarios de Marta Rovira, quienes querían dinamitar el acuerdo para entrar en el goberno de Collboni. Por otro los pragmáticos de Elisenda Alamany y Oriol Junqueras, defensores del pacto. Éstos últimos han hecho correr la consigna estos últimos días de que la política barcelonesa no podía venir condicionada por la agenda catalana. Sin embargo, el ambiente que se palpaba iba en la dirección contraria.
Entre los asistentes también cundía la incertidumbre. A escasos minuto de entrar, pocos sabían cómo votarían, si a mano alzada o en sobre. "Yo he traído mi DNI y mi carnet del partido por si acaso", ha explicado un militante de edad avanzada a este digital. "No sabemos nada. Nos lo explicarán todo al entrar", ha asegurado otro.
Después de una hora esperando, de pie y sin poder sentarse, las especulaciones han aflorado entre los militantes. Mala organización, han apuntado algunos. Más tarde, la dirección del partido ha anunciado que se cancelaba la votación. "Nosotros, que venimos siempre aquí, ya avisamos que no cabíamos", ha señalado un asistente a Metrópoli.
Tras esperar varios minutos, los asistentes se han ido marchando poco a poco. "Bueno, ¿vamos a cenar o no?", con esta frase, los militantes han abandonado el lugar, dejando a los grupos de periodistas a las puertas, esperando una explicación por parte de la dirección, que no llegó.
Tensiones en ERC
El problema es que se ha producido una gran divisón interna. La federación del partido de Barcelona se ha caracterizado por no ir en sintonía con la ejecutiva nacional. Si bien las conversaciones con Collboni se venían gestando desde hacía meses, en las últimas semanas se aceleraron hasta cerrar un preacuerdo el pasado martes. Unas negociaciones encabezadas por la líder del grupo municipal, Elisenda Alamany, y la presidenta de la federación barcelonesa, Eva Baró. Ambas figuras muy interesadas en un acuerdo. Un 'sí' hubiera avalado la estrategia de Alamany y Baró, las dos partidarias de pactar con los socialistas. De hecho, Baró aseguró hace uno días que el proceso de conversaciones había sido “impecable” y que la dirección nacional del partido había estado informado en todo momento. Un dirigente de ERC lo señala con claridad: "Había ganas de participar en la votación, por parte de todos, y los partidarios del 'no' se han movilizado". Con ello, se indica que los partidarios de Marta Rovira han reaccionado en las últimas horas para intentar frustrar la operación de la federación de Barcelona de Esquerra.
Tras el aplazamiento de la votación, la dirección de Barcelona se ha reunido en la propia sala del Martinenc, según ha podido saber Metrópoli. Sin embargo, hay una cuenta atrás. La decisión de la dirección de ERC no se puede alargar mucho, ya que el próximo 26 de junio está previsto el primer debate de investidura en el Parlament de Catalunya. Aunque siempre se han querido desligar las negociaciones del consistorio con las negociaciones en el Parlament, lo cierto es que el panorama actual en el seno de ERC puede influir mucho sobre la formación del Ejecutivo de la Generalitat.
El papel de Jaume Collboni
En un segundo plano está Jaume Collboni. Dando por hecho el 'sí' de ERC para participar en el gobierno municipal, el alcalde socialista deberá replantearse si es conveniente o no hacerlo ahora. Ante una ERC muy dividida y con tensiones internas, Collboni podría decantarse por aplazar el acuerdo hasta que no haya un liderazgo claro en las filas republicanas. El PSC gobierna en solitario, pero tiene aprobados los presupuestos para este año gracias a una moción de confianza. Los concejales socialistas van ahogados por la asunción de muchas áreas, pero Collboni ha señalado en los últimos meses que puede continuar. Y necesita, en todo caso, la seguridad de un socio que sea estable.
El liderazgo de Esquerra no se definirá hasta noviembre, cuando los dos bandos, los partidarios de Oriol Junqueras por un lado y los de Marta Rovira por otro, se enfrenten en un congreso que deberá elegir una nueva dirección. Los llamados junqueristas siempre se han mostrado partidarios de negociar con los socialistas. Los de Rovira, más radicales, se han negado en todo momento a pactar al creer que no era el momento de entrar en el gobierno de Collboni porque les debilitaría en las negociaciones en el Parlament.
Tras el anuncio de Pere Aragonès de abandonar la primera línea política después del batacazo en las elecciones catalanas, el partido se encuentra en un debate interno sobre quién debe liderar la formación justo en un momento en que los republicanos son clave para la formación del gobierno en Catalunya: aliarse con el PSC o con Junts. En caso de no llegar a un acuerdo, los catalanes estarían llamados otra vez a las urnas.