La limpieza en Barcelona ha sido objeto de críticas en los últimos años. El deplorable estado de la vía pública, opinión prácticamente unánime durante el último mandato de los comunes en la ciudad, forzó al Ejecutivo local a adjudicar una nueva contrata en 2021, a razón de casi 300 millones de euros anuales.
La adjudicación de estos trabajos, que se aplicó un año más tarde, supuso un incremento superior a los 200 trabajadores, y una duración prevista del contrato de ocho años y opción a otros dos años de prórroga.
Con motivo de la cobertura total del servicio en 2024, el consistorio barcelonés ha abonado partidas económicas a las diferentes empresas adjudicatarias que superan los 3,5 millones de euros.
Contrata
A finales de 2021, el Ayuntamiento formalizó la contratación de los servicios de limpieza en cuatro lotes. El primero se destinó a los distritos de Ciutat Vella, Eixample y Gràcia, y recayó sobre FCC Medio Ambiente por una cuantía de 930.710 euros.
Sustitución de un contenedor en Barcelona
En la zona oeste, comprendida por Sants-Montjuïc, Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi, la partida adjudicada a Corporación CLD alcanzó los 568.743 euros, mientras que para Horta-Guinardó y Nou Barris (zona norte) se otorgaron 415.418 euros a Valoriza.
Finalmente, para la zona este de la ciudad (Sant Andreu y Sant Martí), el consistorio destinó 541.722 euros en trabajos de limpieza, a cargo de la compañía Urbaser.
Ampliación
Para cubrir los trabajos realizados el año pasado, el Ayuntamiento ha asignado partidas económicas adicionales a todas las adjudicatarias. La ampliación de crédito ha alcanzado 1,7 millones de euros para FCC Medio Ambiente y los 498.990 euros para CLD.
Trabajadores de la brigada de limpieza en Barcelona
El consistorio ha asignado una cantidad de 245.996 euros a Valoriza, mientras que Urbaser se ha hecho con una partida de 1,1 millones de euros.
“Residuo cero”
Con esta inversión, canalizada especialmente mediante el desarrollo del Pla Endreça, el consistorio se ha propuesto avanzar hacia el “residuo cero” en la capital catalana.
Además de impulsar la mejora del servicio de limpieza en todos los barrios de la ciudad, el gobierno municipal también se ha marcado el reto de alcanzar el 60% de recogida selectiva de residuos en 2030 mediante el despliegue del puerta a puerta en nuevos territorios, un sistema rodeado de polémica en barrios como Sant Andreu de Palomar.