Barcelona y sus accesos se han convertido en toda una pesadilla para los conductores durante los últimos meses. Las horas punta son una auténtica tortura para centenares de conductores que ven como se quedan atrapados en la carretera a diario.
La vuelta de la temporada estival ha significado, anualmente, un incremento del tráfico en la capital catalana y su área metropolitana. Este año, además, el mes de septiembre vino acompañado de una significativa reducción de las restricciones hasta entonces vigentes para paliar la pandemia de coronavirus.
¿Han sido estos dos motivos los causantes de los atascos o existen otros factores? Diversos expertos desgranan las claves que han llevado a la ciudad y sus accesos a este caos circulatorio.
AUMENTO DE INCIDENCIAS
Ramon Lamiel, director del Servei Català de Trànsit (SCT), explica que "el volumen de vehículos que circulan por la red viaria es muy similar al de hace dos años", pero apunta que "ha aumentado el tiempo de las retenciones" y, por lo tanto, "se ha alargado la hora punta".
El director del servicio afirma que "el motivo principal de este hecho es el aumento de las incidencias en la red viaria". "Hay más accidentes, más vehículos averiados, más incidencias. El motivo no solo tiene que ver con factores de tráfico", señala.
Respecto a las vías con mayor incremento de circulación, destaca la "C-58, B-23, B-30, y la A-2", a la que se suma la "C-33" tras la liberación del peaje. "Esta autopista, que enlaza con el Nus de la Trinitat y la Meridiana, es la que más ha visto aumentado su volumen de tráfico y sus retenciones", señala Lamiel. Además, subraya que "muchos de estos nuevos vehículos vienen de la C-17, que en cambio ha visto reducido su volumen de tráfico diario".
ZONA DE BAJAS EMISIONES
El director del SCT cree que la afectación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en la afluencia de tráfico "es difícil de valorar", pero apunta un dato interesante al respecto: "Estos últimos dos meses, en la AP-7 han aumentado los casos de incendios o averías de vehículos, un aumento que no se ha producido en el primer anillo. Puede tener relación con vehículos más antiguos o sin un buen mantenimiento que, precisamente por la Zona de Bajas Emisiones, no tienen permitida su circulación en el primer anillo".
Lamiel asegura que, para reducir la congestión en los accesos a Barcelona, se necesita una "recuperación del 25-30% de viajes en transporte público que se han perdido con la pandemia", mediante el aumento de "frecuencias, convoys y carriles bus". Mejorar la "información a los conductores para que valoren las diferentes opciones de viajes", así como para que los conductores no se concentren a la misma hora en la carretera es otra cuestión señalada por el director de Trànsit.
Finalmente, remarca la importancia de "mantener una parte del teletrabajo o hacer una apuesta por la flexibilización de los horarios" para reducir las retenciones.
MALA PLANIFICACIÓN
Paco Narváez, exconcejal de Movilidad con el PSC, apunta a una "mala planificación" que ha desembocado en graves retenciones, y lamenta la falta de una buena campaña para que los ciudadanos "ganen confianza en el transporte público" después de los momentos más difíciles de la pandemia. "Se asustaba a la población con el contagio en el transporte público, pero ahora tenemos mascarillas, medidas de prevención y la gente está vacunada. Hay que hacer una campaña de confianza que no se ha hecho y por eso hay gente reticente".
El exregidor señala que "se han producido dos cosas contrarias". Pese a que la reducción del "aparcamiento libre" ha ido acompañada de una menor entrada de "coches en Barcelona", existe un "colapso" en diversas vías de la capital catalana. Y, para Narváez, el urbanismo táctico tiene buena parte de culpa de ello.
"Consell de Cent es el mejor ejemplo. Se ha reducido de dos carriles a un carril de circulación, creando un colapso permanente. Han provocado que, en una calle que se circulaba relativamente bien ahora, con menos tráfico, esté colapsada y con más polución", subraya el exconcejal socialista.
CONGESTIÓN INNECESARIA
Jaume Roura, presidente de Fecavem y el Gremi del Motor, destaca que "la distribución del tráfico y los sistemas que ha implantado el gobierno municipal crea una gran congestión innecesaria por no haber estudiado las consecuencias" de las medidas que se han tomado. "No se puede reducir el espacio circulatorio para dárselo a la bicicleta mediante carriles que no se utilizan, crean accidentes innecesarios y restan espacio a la calzada", afirma.
El líder de la patronal incide en que, "si se quiere descongestionar el centro de la ciudad", se deben ubicar "zonas de estacionamiento" en las entradas de la captial catalana y disponer de "lanzaderas" que trasladen a los conductores hasta el centro de Barcelona.
Respecto a los atascos en los accesos a la ciudad, Roura remarca que están motivados por la "pandemia de covid", ya que la gente apuesta más por la "movilidad privada que la pública" al ser "más segura".
SATURACIÓN
Evaristo Magaña, presidente de la Asociación de Transportistas Agrupados Condal (ASTAC CONDAL), asegura que estos profesionales están "saturados". "En Barcelona hasta que no pasa la Diada la maquinaria no se activa, pero este año ha sido una saturación desde principios de septiembre", explica.
El presidente del colectivo apunta a la vuelta de la actividad tras la pandemia y al "aumento del consumo", así como a la carencia de "infraestructuras". "La actividad y el consumo se han incrementado mucho. La gente aún tiene respeto para coger el transporte público. Tenemos AP-7 o la B-30, que son tapones cada mañana. Hay una falta de infraestructuras y no se toman medidas, y tampoco en la regulación del tráfico", relata.
Magaña recuerda que en la capital catalana hay importantes puntos como "Mercabarna y el ZAL del Puerto", y urge a que se tomen medidas para "garantizar la distribución de mercancías" y "acabar con el calvario de entrar y salir de Barcelona en horas punta".