Menos de un mes es el tiempo que ha tardado el RACC en hacer su primer encargo al nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Con el cambio de gobierno en la capital catalana, el club automovilístico ha reclamado una revaluación de algunos carriles bici de la ciudad con la finalidad de eliminarlos si resultan deficientes, al aportar más perjuicios que beneficios a la movilidad barcelonesa.
El presidente del club, Josep Mateu, y el Director del Área de Movilidad de la organización, Cristian Bardají, han presentado este martes el quinto Barómetro RACC de la movilidad ciclista en Barcelona y sus accesos, donde han expuesto esta petición. Mateu ha defendido la revaluación de las ciclovías con una escasa utilización en la capital catalana, como la ubicada en la calle de Ganduxer, y ha recordado que, aunque los viajes en este modo de transporte han crecido, solo representan un "3% de los desplazamientos en la ciudad".
Sobre el caso del polémico carril bici de vía Augusta, el presidente del RACC ha afirmado que está "afectando a la movilidad y creando más congestión y contaminación", tras lo que ha valorado positivamente el compromiso de Collboni para estudiar su viabilidad y funcionamiento, una medida con la que se tomará una decisión definitiva sobre esta vía.
CONDUCTAS DE RIESGO
Del estudio se desprende que los ciclistas realizan numerosas conductas de riesgo al circular. Según el barómetro, un 95% de usuarios de la bicicleta admiten que no respetan la velocidad en paseos compartidos, el 71% afirman que se saltan semáforos en rojo y el 66% aseguran que hacen uso del teléfono móvil mientras circulan por las vías barcelonesas.
Las conductas incívicas que reconocen los propios encuestados van aún más allá. Un 61% de ciclistas señalan que utilizan auriculares, mientras que la mitad de los preguntados apuntan que no señalizan las maniobras con el brazo. Estos comportamientos se dan al mismo tiempo que un 34% de quienes se desplazan con este método de transporte desconocen la normativa de circulación.
VULNERABILIDAD
La percepción de inseguridad es generalizada entre los ciclistas barceloneses. Hasta un 60% de los encuestados aseguran que se sienten vulnerables cuando circulan por Barcelona. Las mayores preocupaciones de los afectados son el diseño de las rondas y los cruces y el deficiente mantenimiento de los carriles bici existentes.
La circulación por el carril bus, impulsada por el anterior gobierno municipal, tampoco convence a aquellos que se desplazan en bicicleta por la capital catalana. El 67% de usuarios rechaza esta opción que se está llevando a cabo en calles cuya velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora.
Las vías pedaleables más inseguras para los ciclistas son las de Gran Via en su conexión con Hospitalet (con una nota de 4,6 sobre 10), Rambla Catalunya (5) y la calle de Provença (5). En global, los usuarios aprueban por la mínima (5,4) la seguridad de la red barcelonesa.
PERFIL DEL CICLISTA
Según indica el barómetro, el 71% de los ciclistas de Barcelona tienen entre 21 y 40 años, un 61% se desplazan con bicicleta propia y el 56% circulan por movilidad obligada. El 96% de los ciclistas combinan la bici con otro método de transporte, mientras que la mitad de los usuarios del Bicing aseguran que realizarían viajes metropolitanos si el servicio lo facilitara.
Respecto a la siniestralidad, un 17% afirman haber sufrido un accidente en alguna ocasión. Sobre estos, un 39% asegura que tuvo el accidente él solo, sin vehículos adicionales implicados.