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Autobuses y motocicletas pueden convivir. Y mejorar, incluso, la seguridad de los motoristas. Este es el planteamiento en el que, por primera vez, coinciden el Servei Català de Trànsit (SCT) y el Departament de Territori para su aplicación en el área de Barcelona.

Ramon Lamiel, director del SCT, y David Prat, Director General de Infraestructuras de Movilidad del Departamento de Territorio, han confirmado que se está trabajando en esta posibilidad, cuya aplicación se prevé en el futuro carril bus de la B-23, entre otras vías, un punto de vista que no comparte el consistorio barcelonés.

Accesos a Barcelona

Mediante el anuncio relativo a la B-23, Lamiel ha rescatado una propuesta que lanzó hace un año, y que no obtuvo el beneplácito del Govern de Pere Aragonès. Trànsit apostó por permitir la circulación de motos en los carriles bus-VAO de la C-31 hasta plaza Espanya por el sur, y hasta la plaza de les Glòries por el norte de la ciudad.

Para aquellos que accedieran a Barcelona por la avenida Meridiana (C-58), el SCT defendió que los motoristas pudieran circular por esta vía hasta la altura del paseo de Fabra i Puig. Respecto a la B-23, la idea de Lamiel pasó por permitir el tráfico de motocicletas en el carril bus hasta la plaza de Francesc Macià.

Territori comparte, con el actual Govern, esta planificación. Prat ha afirmado este miércoles, en la presentación de la 23ª edición del mapa de riesgo de la red viaria catalana realizada en la sede del RACC, que estos cambios supondrían “una buena idea para reducir la accidentalidad” de estos vehículos. A día de hoy, el área de Barcelona concentra los ocho tramos con más accidentes de ciclomotores y motocicletas de Catalunya.

El Ayuntamiento, en contra

La alineación de Territori y Trànsit choca con la oposición del Ayuntamiento para facilitar la circulación de motos en los carriles bus. El último rechazo del gobierno municipal a esta cuestión se produjo en octubre del año pasado, tras una petición articulada por Daniel Sirera, líder del PP en Barcelona, quien reclamó la realización de una prueba piloto para evaluar la medida.

La concejal de Movilidad, Laia Bonet, señaló que esta implementación “provocaría un incremento de la siniestralidad”, especialmente en el "adelantamiento de motos a buses en parada". "No es oportuno abrir este debate ni tan siquiera en prueba piloto”, sentenció.

Seguridad del motorista

La plataforma Motoristes per Barcelona no ha dejado de trabajar, en los últimos años, para lograr la circulación de estos vehículos en carriles bus de la capital catalana y en aquellos que dan acceso a la ciudad. El colectivo valora positivamente el anuncio de Trànsit y Territori, y reclama que el consistorio barcelonés también autorice esta medida.

“Queremos que se haga una prueba de seis meses en carriles como los de la Gran Via y la calle de Aragó, donde solo pasa un bus”, apuntan, tras lo que señalan que “el gobierno de Barcelona está esponjando, poco a poco, la ciudad tras años de pinzamiento arterial”.

Motorista circulando por un carril bus en la ciudad RACC

La plataforma incide en la importancia de “velar por la seguridad del motorista” y asegura que, según los informes con los que cuentan, la circulación de motocicletas por los carriles bus conllevaría un descenso de un “20% de la accidentalidad en Barcelona”.

Otras medidas

Al margen de la prueba piloto, los motociclistas barceloneses reclaman circular por otros carriles bus en “horas punta” y en otras situaciones de elevada densidad de tráfico.

Motoristes per BCN también aboga por el incremento de “zonas avanzadas para motos” en la capital catalana, una medida con la que se podrían evitar accidentes por alcance.

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