Una usuaria de bicing circulando por Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ

Una usuaria de bicing circulando por Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ

Movilidad

Avalancha de críticas contra las bicis eléctricas del Bicing de Barcelona: "Son un peligro"

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Aluvión de críticas contra el Bicing de Barcelona. El desgaste prematuro con las pastillas de freno, unido a unos neumáticos con un agarre "insuficiente" al asfalto, convierten al servicio de transporte municipal en algo "caro e innecesariamente peligroso".

Así lo han asegurado multitud de usuarios en conversación con Metrópoli, que añaden que el peligro se multiplica en los días de lluvia. "La falta de agarre --o grip-- de las ruedas al asfalto cuando este está mojado provoca muchas caídas", explica Jan Colmado, usuario del servicio.

Falta de agarre

Este mismo "peligro", como lo definen, es todavía mayor en aquellas zonas en la que el asfalto tiene pintura. Es el caso de señalizaciones en carretera, las marcas de colores en zonas peatonalizadas y también algunos tramos en los carriles bici, añade Albert Sánchez, otro usuario.

Bicicleta eléctrica del servicio de Bicing / AJ BCN

Bicicleta eléctrica del servicio de Bicing / AJ BCN

"Cuando llueve es peligro de muerte", sentencia, por la facilidad de que se produzcan siniestros en "un vehículo que puede alcanzar en llano entre los 30 y los 35 kilómetros por hora", asevera.

Frenos desgastados

Peligro para los usuarios, pero también para los peatones. Circular con vehículos eléctricos cuyas pastillas de freno, "pensadas para unos 4.000 usos, se desgastan a los 400", apuntan los usuarios, supone también un riesgo para los vecinos de la ciudad que, yendo a pie, pueden cruzarse en la trayectoria de una de las bicis.

Bicicletas del Bicing / B:SM

Bicicletas del Bicing / B:SM

"Un peatón que no te ve a tiempo al doblar una esquina, uno que está caminando o puntualmente cruza un carril bici o una persona que va a tirar la basura y hay, justo delante de los contenedores, una de estas ciclovías. Todos ellos corren cierto riesgo", critica Ricardo Mateo, otro usuario del servicio, en declaraciones a este digital.

Tarifas engordadas

Las carencias que los usuarios experimentan chocan de lleno con un sistema tarifario que "obliga a pagar un extra por el uso de bicicletas eléctricas a pesar de que cada vez hay menos mecánicas", comentan.

"Hay días que en la aplicación marca que he de caminar hasta 20 minutos hasta el primer aparcamiento en el que encontrar una bici mecánica", dice Colmado. Calculando "dos viajes diarios para ir y volver del trabajo en los cinco días laborables de la semana, he de pagar un extra de 185 euros anuales", afea.

"Por lo menos, se debería garantizar el acceso a bicicletas mecánicas y que las eléctricas funcionaran de forma segura", sentencia ante este medio.

A la edición de este artículo, el Ayuntamiento de Barcelona no ha dado respuesta a las preguntas formuladas por Metrópoli.