El túnel de las Glòries en una imagen de archivo

El túnel de las Glòries en una imagen de archivo EUROPA PRESS

Movilidad

Barcelona adjudica el control de sus 36 túneles hasta el 2030 por un millón al año

De todas las vías soterradas solo hay 10 que no tienen cámaras de control de tráfico, pero en la Ronda Litoral las tienen todos los túneles

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Barcelona es una ciudad tunelada. O sea, llena de túneles. En total, tiene 36 vías subterráneas tanto en el centro de la ciudad como en la circunvalación.

Esta realidad obliga al Ayuntamiento a desplegar un esfuerzo extraordinario para controlar estas zonas, dada la peligrosidad que pueden suponer en caso de un incidente grave en su interior.

De hecho, la normativa europea exige contar con un “servicio de operación con personal que controle y opere el equipamiento y actúe ante incidencias y emergencias”.

Control las 24 horas del día

El sistema de vigilancia viaria funciona de forma ininterrumpida: 24 horas al día, los 365 días del año.

La labor consiste en monitorizar todo lo que ocurre en estos túneles —desde una posible parada de vehículos hasta accidentes, fallos eléctricos o incendios— y activar los protocolos correspondientes para su resolución.

Además, los operadores deben centralizar y coordinar cualquier emergencia que se produzca, aplicando las medidas previstas, cuya ejecución es responsabilidad de la empresa adjudicataria.

Túnel de la Rovira

Túnel de la Rovira AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

A millón por año

Recientemente, el Ayuntamiento ha adjudicado el contrato de gestión a la unión temporal de empresas Operadors Túnels BCN II, integrada por Alumbrados Viarios (Aluvisa) y Aerco.

El contrato tiene una duración de tres años y un importe de 3.056.222 euros, con opción de prórroga por dos años más, hasta 2030, lo que elevaría el coste total a 5,1 millones de euros.

En resumen, supervisar estas infraestructuras cuesta a los barceloneses más de un millón de euros anuales.

36 pasos subterráneos

La red de pasos bajo tierra en Barcelona alcanza las 36 unidades: 13 en la Ronda de Dalt, 8 en la Ronda Litoral y el resto en diversas arterias de la ciudad, como la Gran Via, la Ronda del Mig o la plaza de las Glòries.

Entrada al túnel de Glòries desde la calle de Padilla / METRÓPOLI - PABLO MIRANZO

Entrada al túnel de Glòries desde la calle de Padilla / METRÓPOLI - PABLO MIRANZO

Nuevas galerías en el horizonte

A esta extensa red podrían sumarse más en los próximos años. Están en estudio ampliaciones, nuevas cubiertas en tramos de las rondas y los futuros accesos a la macroestación del AVE de La Sagrera, que incluirán tramos subterráneos.

El contrato prevé que, si la carga de trabajo aumenta por la incorporación de nuevos tramos bajo tierra, “se valorará objetivamente para determinar la posible modificación del contrato”.

Vigilancia desde Gràcia

El centro de control se sitúa en la calle Torrent de l’Olla, en el barrio de Gràcia, dentro de una oficina blindada y de aspecto futurista. Una de sus paredes es un panel gigante donde se proyectan las imágenes de las cámaras repartidas por toda la ciudad.

En situaciones excepcionales, la actividad puede trasladarse a la Sala Conjunta de Mando, en la calle Lleida, que cuenta con una réplica exacta del sistema de Gràcia.

Un informe municipal detalla las características de cada paso subterráneo: de los 36 existentes, 24 son bidireccionales y 12 unidireccionales. Todos los de la Ronda Litoral permiten doble sentido, mientras que en la Ronda de Dalt hay tres con un solo sentido de circulación.

Los más largos… y los más cortos

El tramo bidireccional más extenso es el de la Guineueta (Ronda de Dalt), con 987 metros, seguido por el de la Vila Olímpica (814 metros) y el de l’Oreneta (786 metros).

Los más cortos en esta categoría son los de Cervantes (94 metros), plaza Cerdà (129 metros), Miramar e Illa (ambos de 120 metros).

Entre los unidireccionales, el más largo es el de Badal, en la Ronda del Mig, con 2.197 metros, seguido por los de la Rovira (1.306 metros en sentido descendente y 1.294 en el ascendente) y el de Glòries (958 metros).

El más corto, con diferencia, es el del Nus de la Trinitat, en la Ronda de Dalt, con apenas 154 metros.

El Nus de la Trinitat en una imagen de archivo

El Nus de la Trinitat en una imagen de archivo ARCHIVO

Una decena sin cámaras

Solo una decena de estos pasos carece de cámaras de control de tráfico.

En la Ronda Litoral, todos están completamente monitorizados. En cambio, en la Ronda de Dalt hay cuatro sin cámaras: Cervantes (en la B-20), el Ramal IJ, el Nus de la Trinitat y el Ramal de la Maquinista.

El Ramal IJ es un desvío del paso de Borràs que permite la conexión directa desde Vallvidrera hacia la Ronda de Dalt en dirección al Besòs.