El vecindario olía a marihuana. El ruido de extractores era constante y la luz estaba pinchada. La Guàrdia Urbana no tenía muchas dudas de lo que se iba a encontrar en un local de Nou Barris donde se ha incautado de 505 plantas de marihuana en un avanzado estado de crecimiento.
Los vecinos se habían quejado en reiteradas ocasiones del olor y del ruido que salía del local, por lo que la Guàrdia Urbana pidió una orden judicial para acceder al inmueble. El juez se la concedió el martes y la policía barcelonesa procedió al registro y la confirmación de las sospechas.
Dentro del local aparecieron, además de las 505 plantas y la instalación eléctrica manipulada y pinchada sin medidas de seguridad ni ningún tipo de filtro, 28 lámparas de sodio de alta potencia que servían para que las plantas hicieran la fotosíntesis y que también han sido decomisadas.
Dos personas han sido detenidas acusadas de un delito contra la salud pública, pues se les considera responsables de la plantación. Por pinchar la luz también se les achaca el delito de defraudación de fluido eléctrico.
La cosecha de la plantación superaba los 70 kilos, por lo que la Guardia Urbana calcula que su valor de mercado podría llegar a los 353.000 euros, ya que ese tipo de plantaciones tienen capacidad de generar tres cosechas al año y llegar a los 1.059.000 euros anuales en el mercado ilegal.