Ubicado en la periferia de Barcelona, el barrio de Torre Baró se enfrenta a un sinfín de problemas: falta de transporte y vivienda pública, menor inversión y rentas muy bajas entre sus vecinos. En este contexto, los residentes sienten un abandono institucional que les llevó a constituir la Asociación de Vecinas y Vecinos de Torre Baró (AVVTB), cuya razón de ser se basa en luchar por dignificar el barrio y conseguir unos servicios básicos de calidad.

Para esta entidad, disponer de un espacio donde organizar actividades que dan vida a este barrio de Nou Barris resulta fundamental. Precisamente, como fruto de esa necesidad, el Ayuntamiento de Barcelona dio luz verde a la creación de un casal en el número cinco de la calle de Escolapi Càncer. El proyecto se dotó de una inversión de 1,36 millones de euros y supuso un antes y un después para Torre Baró que, por primera vez, disponía de un espacio público para las asociaciones de vecinos, convirtiéndose en la sede de la AVVTB, la Asocciació de Gent Gran, el Club Deportivo y la Zona Nord.

Graves daños en el mobiliario y techo hundido

Seis años después de su inauguración, la AVVTB no puede utilizar su espacio. ¿El motivo? Una fuga de agua que persiste desde principios de 2023. El conflicto no se resume en unas simples goteras: va mucho más allá. Ha provocado graves afectaciones en el mobiliario y el techo ha quedado completamente hundido. Teniendo en cuenta este panorama, resulta imposible que los miembros de la AVVTB puedan reunirse en su sala del casal.

Plaza del Eucaliptus. A la izquierda, el Casal de Torre Baró AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Valeria es miembro de la AVVTB y, en declaraciones a Metrópoli, asegura que el calvario empezó hace poco más de un año. Lo que en un principio parecían unas simples humedades en el techo, acabó destrozando completamente el espacio: "Se mojó todo el material, incluidos los ordenadores. Por nuestra seguridad, no podríamos acceder en su interior, fuimos desahuciados de nuestra propia sala", lamenta.

Unas medidas temporales que se convierten en eternas

Los empleados del casal de barrio intentaron mantener todas las actividades y adaptarse a las circunstancias hasta que se reparara la avería. "Antes nos reuníamos los martes, pero luego lo cambiamos a los viernes para poder cuadrarnos con el resto de asociaciones". Los trabajadores son conscientes de la importancia que tiene para el barrio las actividades de la AVVTB y, en ese sentido, siempre han colaborado para minimizar las consecuencias de la fuga, aseguran las fuentes vecinales. 

Los daños estructurales del casal de barrio de Torre Baró CEDIDA

Unas medidas que tenían que ser temporales se han convertido en eternas. "Hemos enviado varias reclamaciones al Ayuntamiento de Barcelona y nos aseguran que están trabajando para solucionarlo, pero al final nadie hace nada", añade Valeria. Desde el consistorio municipal aseguran que son "conscientes de este problema" y añaden que el foco está en las discrepancias entre los dos seguros privados implicados, "que no se quieren hacer cargo de los costes de reparación". 

Un problema entre dos seguros privados

"A finales del año pasado, los servicios de mediación del distrito consiguieron que se reunieran los dos seguros y se reparó el lugar donde, supuestamente, se originaba la fuga, localizada en una vivienda privada", relatan fuentes del ejecutivo local. Tras resolver la avería, pudieron comprobar que el problema continuaba y, desde entonces, han incrementado la presión sobre los seguros. Todo eso con la voluntad de que se encuentre "una solución definitiva lo más pronto posible", añaden las citadas fuentes, que reiteran su solidaridad con los vecinos que participan en el casal. 

Los vecinos de Torre Baró se manifiestan delante del casal CEDIDA

No obstante, desde la AVVTB tienen la percepción contraria: "En Torre Baró cuesta mucho moverlo todo. No digo que el Ayuntamiento no haya colaborado en otros proyectos positivos para el barrio, pero cuando hay situaciones como esta y duran tanto tiempo, la sensación es de abandono total". Es por este motivo que, hace poco más de una semana, paralizaron todas las actividades del casal a modo de protesta: "Es tirarnos piedras a nuestro propio tejado, pero ya no sabemos que más hay que hacer para que el consistorio dé la cara", lamenta Valeria.

"Es el pez que se muerde la cola"

Un año después de la fuga, siguen sin saber ni la causa ni la solución. "Lo único que sabemos es que hay un problema en las tuberías y a la que empieza a llover, vuelve a entrar agua en la sala, es el pez que se muerde la cola", dicen desde la AVVTB, que van a seguir dando guerra hasta que puedan utilizar el espacio del casal de barrio que legítimamente les corresponde.

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