Jaume Collboni, en la FIL de Guadalajara
Narrar Barcelona
"No es excluyente ni incompatible dar dinero para que escritores latinoamericanos escriban sobre Barcelona y que el Ayuntamiento dedique dos millones de euros para potenciar el catalán entre los jóvenes"
El alcalde Collboni ha lanzado una idea y se ha liado. La idea la definía así nuestro director, Manel Manchón: “Una apuesta clara, sin matices, por Latinoamérica, con la idea de que Barcelona no puede ni debe renunciar a su propio legado literario. El Ayuntamiento, junto con el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona y Casa América Catalunya, impulsa una residencia literaria para autores latinoamericanos, con una beca de 80.000 euros –de las más altas en este tipo de proyectos culturales—durante tres meses”.
Tras el anuncio, las críticas. La mayoría consecuencia de un sarpullido de odio e intolerancia. “Subvencionando el provincianismo” o “Son militares franquistas disfrazados de civiles socialistas”, era el nivel de quienes protestaban en las redes sociales por no subvencionar la lengua catalana.
¡Error! No es excluyente ni incompatible dar dinero para que escritores latinoamericanos escriban sobre Barcelona y que el Ayuntamiento dedique dos millones de euros para potenciar el catalán entre los jóvenes más tres millones de euros para una "casa de influencers" destinada a frenar el uso del español en redes sociales. Eso sin contar con otras iniciativas.
Mezclar la velocidad y el tocino es lo que tiene. Además, un detalle: los escritores catalanes pueden escribir en catalán o castellano cuando les plazca. Esta iniciativa es para extranjeros que quieran escribir sobre Barcelona en castellano. Solo así, en castellano, haremos la idea internacional. Hemos de dejar de mirar con los ojos vendados. Así no se ve y es lo que les pasa a todos aquellos que siempre han retozado en la subvención.
Otro detalle, ese gasto que se lo “daremos a otros”, como braman algunos en las redes sociales es una miseria en el maremágnum del presupuesto municipal. Si se destinaran a esta beca ocho millones de euros, a cien personas, cosa algo improbable, solo significaría el 0,19138 del presupuesto barcelonés. Esto responde por sí solo a la Asociación de Escritores de lengua catalana que ha pedido la retirada de la beca por considerarla “injusta, unilateral y perjudicial” para los escritores de los Països Catalans.
Es una forma de ver la realidad. Desde el odio y la negación de la diversidad. Y ante esto nada mejor que disfrazarse de víctima. El escritor mallorquín Melcior Comes ha dicho “ya era más fácil ser escritor en castellano en Barcelona que serlo en catalán”. ¿En serio? Nada más fácil que preguntárselo a Eduardo Mendoza cuyo crimen es no ser independentista y no escribir en catalán.
Ante tamaño insulto se ha rechazado que una biblioteca lleve su nombre. Algo así le pasó a la actriz Loles León cuando se la propuso como medalla de oro de la ciudad. Los votos de Junts, ERC, Comunes y PSC -sí como lo leen, el PSC- se unieron para impedir que el autor de La verdad del caso Savolta, de la Ciudad de los Prodigios o de las aventuras del innombrable detective loco de varias de sus novelas, pudiera tener una biblioteca en Barcelona.
No es tan fácil escribir en castellano en Barcelona. Este es el pago que recibe el que ha llevado el nombre de Barcelona por el mundo. ¿A dónde lo han llevado los que ahora protestan como zarinas ofendidas? A ningún lado, así “ras i curt”. Narrar Barcelona no es una pérdida de tiempo, no es una afrenta, no es un gasto superfluo, no es menospreciar el catalán frente al castellano.
Es una oportunidad para internacionalizar Barcelona. Dicen que es una subvención al provincianismo. Y lo dicen los provincianos que no ven más allá de sus narices. Esos que no han sabido narrar Barcelona como se les pedirá a los becados.
Esos que ahora berrean contra el castellano como se le diera un plus frente al catalán. Los mismos que han puesto el grito en el cielo contra Rosalía. Los mismos que no se han enterado de que Barcelona y Cataluña es bilingüe. Mal que les pese. Por cierto, Ayuntamiento y Generalitat también anunciaron un Fórum de Traductores del catalán. De eso, las zarinas ofendidas no han dicho una palabra.