No al Four Seasons, no a la ampliación del Aeropuerto, no al Hermitage, no a los JJOO de invierno con Aragón... La política del no está implantada en nuestros gobiernos, tanto en el Ayuntamiento de Barcelona como en el Govern de la Generalitat.
Pero por si no fuese suficiente, la bancada de la oposición sigue la misma estela. No a negociar por miedo a sentarse en una mesa con quienes gobiernan, no a los presupuestos por miedo al qué dirán, no a votar favorablemente a propuestas de tus adversarios, simplemente porque son tus adversarios.
Con inmadurez política, complejos y egocentrismos sólo abocamos Barcelona y Cataluña a la decadencia y a la irrelevancia. La política es pacto y diálogo, y requiere de líderes políticos responsables, valientes y desacomplejados.
El pasado sábado presentamos Valents en el Born. Porque ningún lugar de Cataluña es coto privado de los independentistas, y porque los catalanes necesitan compromiso y lealtad en la defensa de sus intereses y anhelos. Hoy, muchos nos sentimos ciudadanos de segunda, invisibles a los ojos de nuestros gobernantes, sistemáticamente traicionados por aquellos que en campaña prometieron no abandonarnos.
Muchos son los que teorizan sobre cuál es el espacio político huérfano en Cataluña. No es difícil de responder. El de la verdad, el de la responsabilidad, el de la capacidad de pacto y el de la valentía desacomplejada. En resumen: el de la madurez política que nos saque del pozo de la demagogia, populismo, simbología vacía y absoluto desdén por la verdad y el compromiso con el votante en la que estamos inmersos. Y sobre todo el de la política del sí.
Sí a políticas útiles, sí a sacrificarse para evitar gobiernos independentistas, sí a perder el miedo a gobernar, sí a dar la cara por todos aquellos que hoy son señalados y acosados simplemente por defender sus derechos ante gobiernos que no dudan en pisotearlos.
Desde Valents hemos demostrado una y otra vez nuestro compromiso con las políticas útiles por encima de siglas y, sobre todo, por encima de campañas de acoso y desprestigio. Porque por algo somos Valents. No sólo pedimos valentía a los demás, sino que predicamos con el ejemplo. Ni Barcelona ni Cataluña pueden esperar mucho más. Hemos tocado fondo, social, económica y moralmente y ya no hay margen para seguir contemporizando o seguir mirando hacia otro lado. O somos todos muy conscientes de qué nos reclaman millones de ciudadanos pisoteados por el independentismo, o la decadencia será irreversible.
Desde Valents hemos escuchado ese ruego y hemos dado un paso al frente. Esperemos que muchos se unan en este camino que debemos recorrer juntos.