Barcelona ha vivido una semana aliviada sin escuchar las memeces cotidianas de Ada Colau, que se ha ido de bolos a visitar a sus amistades populistas de países populistas como Chile y Argentina. Sin importarle la contaminación ni el dispendio causado por sus vuelos, dietas, hoteles y banquetes, la alcaldesa se ha llevado a su guardaespaldas Pisarello y a su asistenta comunera Candela López. Objetivo oficial, según mentira habitual, fue: “a reforzar las alianzas históricas”. Sin especificar si son las alianzas del general Perón, el general Pinochet y el general Valera con el generalísimo Franco. Aprovechando su paseo por el Museo de la Memoria de Chile, pudo asesorar sobre cómo borrar todo vestigio del colonialismo español en museos, plazas, calles y zoos, hasta ver qué les queda. Como ella hace en Barcelona para ser el hazmerreír del populacho internacional no populista.

Colau ha calificado de “semana histórica” su asistencia a la toma de posesión del presidente Gabriel Boric. Populista comunista de manual, soltó un discurso plagado de verborrea inclusiva aparentemente progresista y de “proyectos participativos”, pasando por el feminismo y el LGTBI entendidos a la latina manera, ya que por allí hay un arraigado sentido del honor lavado a machetazo limpio. También pudo charlar con la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, judía hija de empresario de origen suizo y madre brasileña. Educada en el elitista colegio suizo de Chile, se alistó en la Juventudes Comunistas y ganó las elecciones con una cosa llamada Apruebo Dignidad. ¿Trabajos anteriores? No los hay o no constan. Otra dama de alto copete es María Elisa Quinteras Cáceres, presidenta de la Convención Constitucional. De profesión dentista, surgió de asambleas populares, dice ser defensora de la naturaleza, feminista y salubrista. De ella, quizás, es la idea de Colau de instalar un dentista de barrio en cada esquina.

Prosiguió el tour histórico de Colau por Argentina, donde la alcaldesa y su edecán Pisarello hablaron con el presidente de país, Alberto Fernández, quien un mes antes declaró en un juicio por corrupción relacionado con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Alberto Ángel se presentó con otro mejunje llamado Frente de Todos y basado en la “movilización democrática de sectores populares”. ¿Les suena? Populista veterano, se amamantó de los mil y un peronismos para todo. Siempre en el poder o aledaños, dio asilo político al camarada aborigen Evo Morales. Se lleva bien con el régimen cubano y a veces da la vara con las Malvinas, donde Su Graciosa Majestad enseñó que no se defienden unas islas con reclutas hambrientos, cientos de políticos comprados y música de tango. La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, es otra populista que de nepotismo sabe mucho desde que su marido fue presidente.

Desde que mandan semejantes personajes, la diáspora argentina se ha incrementado y nunca se había visto ni oído a tanto argentino en Barcelona, quizá por el efecto llamada de Messi y Pisarello. Sea como fuere, Colau ha justificado su periplo para encontrarse “con alcaldes y experiencias municipalistas hermanas, otras delegaciones internacionales y liderazgos sociales del proceso constituyente que está enviando un poderoso mensaje de esperanza democratizadora en el mundo”. O sea, que vuelve entrenada para soltar rollos más soporíferos y hacerse más pesada que cualquier cantautor argentino. ¿Viste, boluda*?

* Boluda: necia o estúpida en Argentina y República Dominicana.