Las campañas electorales nos regalan momentos extraños. Si abrimos un poco el foco y miramos campañas de diferentes ciudades encontraremos a varios ex alcaldes reivindicando el pasado como si no existiese el futuro y a otros reivindicando el futuro como si no existiese el pasado. Y ambas estrategias se revelan nefastas por diferentes motivos.
En el caso de Barcelona tenemos un ejemplo claro de ex alcalde anclado en un pasado que dista mucho del presente que nos ocupa. El previsible eslogan de Junts lo deja claro. “Torna Trias”. Un Trias que evoca su figura de ex acalde como si la mera condición le hiciera valedor de una capacidad de gestión ahora supuestamente perdida. Un candidato que busca únicamente polarizar con la alcaldesa. Que busca aquello que le retroalimenta. Y es que sin Trias no habría habido Colau, y sin Colau ahora no hubiera podido volver a aparecer Trias.
Y si nos preguntamos por el proyecto de ciudad de Trias, no lo encontraremos. La alcaldesa lo explicó de forma muy sencilla hace unas semanas. Afirmaba que ella tenía proyecto de ciudad, y que el único proyecto de Trias era desmontar el suyo. Y no le falta razón. Atendiendo a las declaraciones del candidato de Junts uno se da cuenta de que el proyecto de futuro brilla por su ausencia. Todo son quejas sobre el pasado. Parece estar repitiendo su campaña de 2015. No habla de futuro. No hay proyectos actualizados. Su única obsesión es confrontar con Colau y volver al 2015 como si nada hubiera pasado. Y para bien o para mal, ni Barcelona ni Cataluña se encuentran en el mismo punto en que se encontraban en 2015.
Trias reivindica el pasado sin ser capaz de actualizar su propuesta de futuro. En Badalona sin embargo, encontramos todo lo contrario. Observamos a un ex acalde incapaz de reivindicar su obra de gobierno. Permitidme usar este caso como un ejemplo de todo lo contrario de la campaña de Trias. De hecho, lo único que comparten es haber sido alcaldes y su obsesión por esconder las siglas. El candidato de Puigdemont trata de ocultar las siglas de Junts y el candidato del PP en Badalona trata de tapar las suyas. En todo lo demás la campaña no se parece en nada. Albiol juega un papel totalmente distinto al de Trias en el uso de su condición de ex alcalde.
Es muy difícil encontrar una reivindicación concreta más allá de su objetivo de volver a ser alcalde. La campaña está basada en propuestas genéricas de futuro como acabar con la inseguridad. Sin embargo, hay pocos elementos objetivos en la campaña que reivindiquen su acción de gobierno. Si uno está orgulloso de su gestión, lo lógico es reivindicarla. Pero en este caso parece que prefiere apuntar al supuesto desastre en que vive instalado la ciudad sin el más mínimo punto de autocrítica.
Vuelve a presentarse como si nunca hubiera gobernado. Prácticamente como si fuera una especie de nouvingut que reaparece cual mirlo blanco para arreglar los problemas endémicos y enquistados de la ciudad.
Lo curioso de este planteamiento para mí es el hecho de vociferar como si sus acciones como alcalde no hubieran sido determinantes en la situación en la que se encuentra la ciudad. De los últimos diez años Albiol ha sido alcalde cinco, otros tres años lo ha sido Guanyem-CUP y otros dos el PSC.
Escuchar a alguien al que se le caducó el contrato de limpieza prometer arreglar los supuestos problemas de limpieza es un despropósito. Oír a alguien prometer que resolverá los problemas de seguridad si vuelve a ser alcalde cuando en su último año y medio de mandato fue incapaz de incorporar un solo agente de la Guardia Urbana es desternillante. Volver a escuchar las mismas promesas de 2014 es una tomadura de pelo. Más de 20 años prometiendo el canal del puerto, desde 2014 prometiendo la Piscina Olímpica, más de 10 años prometiendo nuevos usos para la CACI, más de dos años prometiendo arreglar el Pont del Petroli… Promesas muchas, memoria poca.
Entiendo que con semejantes hitos de gestión sacar pecho de su etapa de gobierno sea complicado, pero me parece muy atrevido prometer todo aquello que has sido incapaz de hacer ejerciendo como alcalde la friolera de cinco años de los últimos diez.
No podemos permitir que quienes teniendo responsabilidades de gobierno han fracasado aparezcan de nuevo como si el pasado no existiese y como si no tuviesen responsabilidad sobre el presente de las ciudades.
Barcelona, Badalona, y muchas otras ciudades de Cataluña necesitan abrir nuevas etapas con nuevos liderazgos. En Barcelona las encuestas dibujan un escenario en que Collboni puede ganar la alcaldía de la ciudad, y en Badalona, el alcalde Gujarro está haciendo un buen trabajo y estoy convencido de que será capaz de seguir poniendo a Badalona en el mapa tal como lo ha hecho este pasado fin de semana con la Copa del Rey de baloncesto si la ciudadanía le da su confianza.