Las personas que leen y entienden lo que leen, las que escriben con corrección y las víctimas del catecismo lingüístico de la izquierda ignorante están de enhorabuena. El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, se ha pronunciado contra el llamado lenguaje inclusivo y el parlamento galo se dispone a prohibirlo en el ámbito educativo. Francia se suma a la Sección Filológica del Institut d'Estudis Catalans, que ha determinado que el atentado inclusivo contra la lengua y la cultura es "excesivamente redundante", que "el masculino es un género no marcado y engloba al femenino", que "el uso del femenino como genérico contraviene la normativa", que totis (en castellano todes) "dificulta la lectura", que es una "manipulación de la lengua", que "crea problemas de ambigüedad, fluidez o complejidad", que son "innecesarias o artificiosas", que "no se ajusta a la gramática catalana", y que el embrollo y el ridículo causados "son de carácter político o social". Más en Cataluña, tercera comunidad autónoma por la cola en compresión lectora en catalán y en castellano, solo por delante de Ceuta y Melilla.

Por su parte, la Real Academia Española, que limpia, fija y da esplendor a la lengua, se muestra más flexible que el gobierno francés. Recuerda que la RAE "sólo sugiere y no impone ni obliga", y no es partidaria de prohibir una moda condenada al fracaso por sí sola. Los académicos consideran, no obstante, que desdoblamientos como niños y niñas, trabajadores y trabajadoras, compañeras y compañeros son "artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico", que "van contra el principio de economía del lenguaje", que "se fundan en razones extralingüísticas", que "generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos".  Coincide con la Academia Francesa en que "dificulta la lectura y el aprendizaje del lenguaje". Además, "el lenguaje inclusivo constituye una amenaza para la lengua francesa" y un "peligro mortal" originado por la moda woke estadounidense. De momento, Francia se vacunó en 2021 anulando la validez de cualquier documento oficial que utilice el lenguaje inclusivo.

Vista la posición común de Francia, España y Cataluña, el intento de degradar las lenguas puede traducirse como agresiones a la inteligencia y conjuras contra la capacidad de aprender para conseguir sociedades más ignorantes y manipulables. Porque de progresismo nada y de retrógrado mucho. En 2019, una profesora escribió: en las redes sociales una carta que fue viral. Preguntaba a políticos y periodistas si "¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española"” Y se respondía: "creo que por las dos razones". Bromeaba con paradojas de nuevos géneros como "el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el turisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el policío del esquino y, sobre todo, con ¡el machisto!" Concluyendo que: "no es lo mismo tener un cargo público que ser una carga pública". Luego pasa que estas cargas públicas redactan mal leyes que tienen efectos malignos. Se escribió sobre el Quijote que "el lenguaje lo hace el pueblo". Pero estas cargas públicas iletradas o no son pueblo, o engañan al pueblo o ambas cosas. Y los millones despilfarrados en sus tonterías, en sus pervertidores lingüísticos y sus guaridas subvencionadas los paga el pueblo.