Joan Laporta se presenta como salvador de todas las causas. El Barça, la primera. Luego pasa lo que pasa casi siempre con los populistas, que hunden lo que tocan y se van dejando los rincones de la casa llenos de palabrería hueca (que no pocos compran con entusiasmo) y alguna araña que teje su tela en las grietas que prometieron arreglar y que sólo han agrandado. Las últimas cuentas del club, de las que se pueden decir muchas cosas menos que son claras, ya apuntan a que los socios van a seguir sufriendo. Y ahora no se salvan ni los símbolos supuestamente más preciados por el independentismo al que se apuntó durante un rato el actual presidente. Por ejemplo, el idioma.
Es el caso que el actual entrenador, Hansi Flick, quien responde a los periodistas en inglés. ¿Por qué? ¡Cualquiera sabe! Ésa, desde luego, no es su lengua materna y, seguramente, tampoco la habitual, dado que es alemán y ha vivido casi siempre en Alemania. Puestos a poner traducción, ¿no será más lógico que utilizara su propio idioma, en el que puede ser más preciso? Igual el asunto es que un traductor de inglés es más barato que uno de alemán y, tal como están las cosas en Can Barça, se han puesto a ahorrar en el chocolate del loro. ¡Habría que ver y oír qué ocurriría si, en vez de expresarse en inglés lo hiciera en castellano! A buen seguro que esos defensores de una Cataluña monolingüe, que no existe, estarían ya amenazando con quemar el estadio. Claro que, para eso haría falta que el Barça tuviera un estadio propio, lo que, de momento, no es el caso.
Como tantos barceloneses, está reformando sus viejas instalaciones y vive provisionalmente de alquiler en la zona de Montjuïc. Las obras, dicho sea se paso, costarán un potosí y supondrán, como para tantos barceloneses, otra vez, un montón de años de pagos hipotecarios. Pagos complicados para una entidad que vive inmersa en la deuda y gestionada por alguien que ni siquiera se ha enterado de que la tiene, vistos los números que ha presentado.
Lo dicho, el Barça es un compendio de la ciudad que lo acoge: un gran pasado, un espléndido futuro, pero un presente que acongoja.
Esa relación entre una entidad y su entorno no es una novedad. Ya decía Ortega que uno es quien es y su circunstancia. Hoy los historiadores se empeñan en explicar lo que sea (un personaje, una obra de arte, un hecho más o menos insólito) en base al “contexto” ¿histórico?. Bueno, vale, aunque ese adjetivo se ha convertido ya en epíteto. Porque todo es histórico. Cada día hay un centenar de hechos históricos. Naturalmente: nada se da fuera de la historia. Cosa distinta es que, como pretenden los abonados a la hipérbole, el resultado de una competición deportiva vaya a figurar de verdad en los libros de historia que se escriban dentro de dos siglos (si la humanidad llega hasta esa fecha).
De momento, obras que se anunciaron en su día como inmortales están ya reclamando parches. Por ejemplo, el Aeropuerto de Barcelona. Su arquitecto, Ricardo Bofill, lo presentó como un legado para futuras generaciones, pero con apenas 20 años ya da muestras de insuficiencia y exige una reforma a fondo. Está visto que nada es lo que era: hasta la eternidad encoge.
Con todo, hay que reconocer que Laporta ha ido perdiendo discurso independentista en la misma medida en que se iba evidenciando que los protagonistas del procés iban perdiendo poder. Se apuntó hasta a ser comparsa del Madrid en la hipotética liga europea. Y eso que el nacionalismo es uno de los elementos más relevantes del deporte.
Recuérdese que durante los Juegos Olímpicos los medios no daban información sobre las competiciones, a no ser que participara en ellas algún compatriota. Y ahora acaba de montarse un pollo en Inglaterra por haber fichado nada más ni nada menos que a un entrenador alemán (Thomas Tuchel) al que algún periodista ha preguntado ya si piensa cantar el himno inglés antes de los partidos (God shave the King, en la primera edición de Mr. Witt en el cantón, la espléndida novela de Ramón J. Sénder). ¿Debería Hansi Flick cantar el himno del Barça? En caso afirmativo, ¿puede hacerlo en inglés?