Ernest Maragall está pagando su inanición y en ERC se han encendido todas las alarmas. Las últimas encuestas publicadas alejan del primer puesto a la formación republicana en Barcelona. Por un lado, porque Jaume Collboni está consolidando posiciones al desmarcarse de Ada Colau y Xavier Trias le ha segado la hierba en el electorado independentista, y veremos también cuál será el efecto judicial del expresidente Puigdemont si es capaz de volver a España. Ernest Maragall, y su partido ERC, habían puesto todos los huevos en la misma cesta confiando en que el apellido Maragall arrastraría votos de todos los sectores, pero no cayeron en la cuenta de que Ernest no es Pasqual por mucho que compartan apellido, y que ser el líder de una oposición desaparecida tiene consecuencias.

Es en este contexto donde hay que leer el hábil movimiento de Xavier Trias y Ada Colau. Comieron en un céntrico restaurante barcelonés y se fotografiaron para la ocasión. Objetivo: hacer luz de gas a Collboni y a Maragall intentando polarizar las elecciones entre sus dos formaciones, entre sus dos modelos de ciudad. Colau salió entusiasmada del encuentro y como siempre fue la novia en la boda.

Casi se presentó como la nueva alcaldesa después de conseguir sentarse con mesa y mantel con su enemigo íntimo. Sin embargo, el gran triunfador de esa foto fue Xavier Trias porque se erigió en el líder del independentismo y así poner cemento en los pies de Maragall. De hecho, no es el primer movimiento curioso del exalcalde. Por ejemplo, se presentó en una conferencia de Jaume Collboni en un conocido foro de debate en el que el candidato socialista no hablaba del sexo de los ángeles, sino que hablaba de elecciones y de su candidatura. Porque Trias tiene claro que nunca pactará ni con Maragall ni con Colau. Por diferencias políticas y de modelo de ciudad, pero sobre todo porque en las elecciones de 2015 Maragall y Colau se ensañaron con la corrupción de Trias que resultó agua de borrajas. A día de hoy, ni Maragall ni Colau han pedido disculpas a Trias. Suponemos que el tema de marras tuvo su protagonismo en el Racó d’en Cesc.

Mientras Maragall sigue desnortado y Colau ha abandonado toda intención de entonar el mea culpa y hacer algún tipo de autocrítica, el candidato socialista va centrando su actividad en el ámbito de ciudad con la presentación de sus propuestas, tanto de forma más o menos mediática, como ante los diferentes colectivos ciudadanos a los que además escucha. Las acciones histriónicas de ERC con Aragonés acudiendo a la cumbre de Pedro Sánchez y Macron mientras que Junqueras irá de “mani” para sacar músculo patriótico no solo no ayudan a los republicanos sino que consolidan la marca PSOE. La posición firme y no histriónica de Salvador Illa en la negociación presupuestaria ayuda a consolidar la marca PSC. Dos elementos a tener en cuenta porque la movilización aumenta a medida que se acerca la fecha electoral.

Este dato no es menor. Tras el encuentro con Trias y en una entrevista en TV3 la señora alcaldesa se mostró preocupada por la abstención. Tiene razón porque el electorado está adormecido, pero algunos más que otros. Las víctimas de esta abstención son republicanos y comunes porque Trias ha generado esperanza entre los suyos y Collboni está haciendo agujero.

Ernest Maragall (ERC) en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

Ernest Maragall (ERC) en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

En términos de estricta comunicación política, Trias ha ganado por la mano a Maragall esta semana pero no está todo dicho. Falta mucho tiempo pero en la calle Calabria, sede de ERC, se escuchan todas las alarmas y el grito de mayday, mayday, porque han perdido un liderazgo que ostentaban desde las elecciones de 2019 y tienen una lista por Barcelona por hacer y con el viento de cara su elaboración será más compleja, porque si Maragall pierde en la lista tiene que figurar la alternativa para 2027. De momento, la casa por barrer.