Valents va cogiendo forma y parece haber entrado en velocidad de crucero. El tiempo dirá si está naciendo un proyecto sólido o es un nuevo experimento. Y los experimentos con gaseosa, en política, no funcionan. Eva Parera sigue siendo la líder de este partido, al menos de momento. En su entorno destacan su trabajo, pero todo indica que un tapado, o tapada, dará un paso al frente en las próximas semanas, coincidiendo con el congreso que la formación tiene previsto realizar en la primera quincena de marzo. O sea, un candidato para la joya de la corona: Barcelona.

Valents explicó su proyecto al PP y en la calle Urgell hicieron oídos sordos. “No nos hicieron ni caso”, apuntan sus dirigentes que no ocultan que “el PP se preocupó cuando tuvieron conocimiento de la presentación del partido e intentaron abortarlo. No lo consiguieron porque no tenemos nada que ver con el PP”. Para marcar distancias, Parera ha dejado el acta de diputada del PP para distanciarse de un proyecto que para Valents es un lastre. El PP apenas tiene una cincuentena de regidores en toda Cataluña, casi la mitad concentrados en Badalona y Castelldefels, por lo que el objetivo de Valents se centra en Ciudadanos.

Se augura un aluvión de bajas en el partido naranja porque la sensación es de descomposición. Castilla y León ha sido el último ejemplo y un dato añadido. Fran Hervías, el otrora secretario de Organización de Ciudadanos ahora con despacho en la calle Génova, desembarcó en Cataluña con el objetivo de que el tránsito de Ciudadanos recalara en el PP. El fracaso parece que ha sido más que evidente. Valents descarta un aluvión de bajas en el PP porque es impensable, ya que los populares catalanes están en horas bajas, muy bajas. Destacan un dato con maldad “el PP solo gana si Casado no aparece. Cataluña y Castilla y León son claros ejemplos en contraposición con Madrid y Galicia”. El momento popular deja de ser el deseable, tanto que pueden perder la representación en Barcelona acosados por dos frentes: Valents y Vox. Josep Bou, el actual representante, logró en las últimas elecciones lo justo para entrar, un 5,1%, algo que se antoja un imposible con un partido ahora liado por la pugna ideológica, pactar o no con Vox un gobierno de coalición, y por una pugna trapera en mano con denuncias de espionaje por parte de Ayuso y con denuncias de corrupción desde Génova con la mirilla puesta en el hermano de la presidenta. Ni el último líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, nada podrá hacer por salvar una marca que se sitúa cerca de la inanición. Bou lo consiguió de la mano de Joan López Alegre, hoy en las filas de Valents.

La nueva derecha quiere desmarcarse de esta deriva minoritaria y se ha fijado como objetivo presentar candidaturas en cien municipios catalanes. Esto no implica tener representación porque PP y Ciudadanos ya se presentaban pero sus resultados estaban lejos de los esperados en el mundo municipal. En el PSC no miran mal a esta formación. Lo hacen con prudencia, pero podrían representar una muleta que ahora no existe, porque las relaciones con el PP eran malas y Ciudadanos solo apoyaba “el mal menor”. Para los socialistas, Valents representa una alternativa que abre el abanico postelectoral. Como lo representa Junts. Desde hace unos meses, Junts y PSC han acercado posiciones. No es que se haya producido un amor espontáneo, sino que ambos tienen el mismo interés: desbancar el poder territorial de ERC y Comunes. Los neoconvergentes están llegando a la conclusión de que ir de la mano de ERC en gobiernos municipales les erosiona más que les beneficia. Por tanto, estos movimientos abren un nuevo escenario político en Cataluña, pero sobre todo en Barcelona.

Valents parece que está cogiendo más ímpetu que Centrem. Angels Chacón tiene abierto un nuevo frente. El 28 de febrero se antoja una fecha clave. Ese día los regidores y alcaldes del PDECat deben decidir si se integran en Junts. Puede pasar de todo, pero el pálpito es que el PDECat no resistirá la nueva OPA de los de Carles Puigdemont y Jordi Sánchez y si no resiste el proyecto de Chacón puede ser una entelequia. Además, el intento de hacer un frente con el PP se ha quedado en agua de borrajas, resucitar el modelo Trias de Bes no ha cuajado ni por parte del PP ni por parte del PDECat. Aquí parece que se pasaron de gaseosa en el experimento. Solo un fichaje de relumbrón podría darles alas, pero solo un fichaje no es garantía de nada.

Por eso Valents ha tomado el camino a la inversa. Primero configurar un partido, una alternativa, trabajando con cualitativos que les permitan afinar un discurso que conecte. Sin conexión con la gente, los proyectos se los lleva el viento. Y a los líderes también. Por eso, tendremos que esperar a ver cual será la sorpresa del liderazgo del nuevo partido empecinado en ocupar un espacio político, el constitucionalismo conservador, que parece en desbandada. Solo Vox desde la extrema derecha parece resistir. El electorado existe pero no hay líderes solventes, y en las municipales además de la marca hay que aportar valor añadido. En Barcelona, esto puede ser harina de otro costal, pero en el resto de Cataluña se abre una batalla por este electorado. No hay que olvidar que hay precedentes como Plataforma per Catalunya, que con un discurso racista y xenófobo entró en los ayuntamientos incluso de la Cataluña interior.

El centro derecha se descompone, y Valents está dispuesto a dar la batalla. No sabemos si solo son balas de fogueo, pero son las únicas que están presentes en un mapa político en constante tsunami de la derecha catalana no nacionalista.