La opinión de los intelectuales barceloneses sobre el referéndum del 1 de octubre ha llegado con cuentagotas. A nadie se le escapa que, digan lo que digan, se ganarán enemigos a uno u otro lado de la trinchera. Que se lo pregunten a Joan Manuel Serrat, que se ha convertido esta semana en el blanco de las críticas independentistas por tildar el referéndum de poco transparente.
Sin ánimo de crear dos bloques, y con la voluntad de incidir en los matices (tan necesarios estos días), repasamos lo que han dicho algunos nombres ilustres del mundo de la cultura barcelonesa. La lista, sin duda incompleta, pretende ser equilibrada y recoger voces dispares sobre el monotema político que impregna nuestra ciudad.
EDUARDO MENDOZA
El autor de La ciudad de los prodigios fue acusado en el mes de julio de estar en contra del referéndum por haber dicho, en una entrevista, que el procés había “descarrilado”. En un artículo publicado este miércoles en El País, Mendoza lamenta que se simplificaran sus palabras y rechaza de lleno que le encasillen en uno de los bandos. Así, asegura que el nacionalismo “tuvo su momento” y tilda el desafío de Junts pel Sí de “irresponsable”. Al mismo tiempo, sin embargo, habla de un déficit democrático en el Estado español y arremete contra el Gobierno de Mariano Rajoy, quien “regaña, llama al orden y amenaza”, consiguiendo todo lo contrario a lo que debería buscar: resolver el conflicto catalán. La amenaza, dice, “de poco sirve frente a la irresponsabilidad”.
EDUARDO PUNSET
“Quiero que me dejen votar”. Con una carta al presidente de la Generalitat, publicada en Público en julio pasado, el divulgador científico se declaraba “completamente” a favor de celebrar el referéndum del 1 octubre “por el simple hecho democrático que tenemos todos los ciudadanos de Catalunya a ejercer nuestro voto”. El ex ministro de la UCD y padre de Carolina Punset (Ciudadanos) defendía una segunda Transición española, con el objetivo puesto hacia un futuro “mucho más abierto y no como un espejo permanente del pasado”.
ISABEL COIXET
A través de sus artículos en El País y Crónica Global, la directora de 'Mi vida sin mí' se ha convertido en una de las voces más críticas con el procés, haciendo un alegato a favor de los catalanes que no son independentistas. Coixet, que aboga por el pacto y el diálogo para resolver el conflicto, firmó el manifiesto de intelectuales en contra del referéndum del 1 de octubre. Exige a los políticos “tender puentes”, defiende la vía federalista y asegura que hay “temor” a manifestarse contra los independentistas. Estos días en el Festival de San Sebastián ha pedido un referéndum pactado con el Estado y que se acaben las “amenazas” desde ambos lados.
JAUME CABRÉ
El autor con más proyección internacional de la literatura catalana nunca ha escondido su posicionamiento a favor de las tesis independentistas. En la reciente Setmana del Llibre, justo después de la Diada, se mostró así de contundente: “Lo conseguiremos, aunque ahora es momento de batacazos, luego, vendrá la calma”. El autor de Jo Confesso siempre ha defendido que con la independencia no se resolverán todos los problemas, pero “dependerá de nosotros dignificar y dar a conocer el catalán”. Cabré, que dice buscar “la normalidad de vida y de acción de nuestras instituciones”, firmó el manifiesto en favor del referéndum junto a más de 650 escritores catalanes, como Albert Sánchez Piñol, Sergi Belbel, Quim Monzó, Perejaume o Sílvia Soler; entre otros.
JUAN MARSÉ
El escritor barcelonés no se prodiga en los medios, y menos para hablar de banderas, pero sí quiso dejar clara su posición en un artículo publicado en El País en julio pasado: “Lo que propone el Govern es rigurosamente incompatible con un Estado de Derecho. No necesito otro argumento para rechazar tal propuesta. Yo no soy nacionalista y todas las banderas me repugnan. Soy más bien provinciano, incluso comarcal. Soy pueblerino, digamos que hortelano. Con el huerto me basta”, afirmó Marsé, quien firmó hace 15 días el manifiesto de personalidades de la izquierda contra el referéndum; junto a Javier Cercas, Rosa Maria Sardà, Joaquín Oristrell, Javier Marías o Rosa Montero; entre otros.
JUAN ANTONIO BAYONA
Nadie se escapa del tsunami del 1 de octubre. Tampoco el cineasta Juan Antonio Bayona, a quien este miércoles en San Sebastián le han preguntado si haría una película sobre lo que está pasando en Catalunya: “No me parece nada interesante, al revés, me da un poquito de miedo”. El director de Lo imposible, que actualmente reside en Londres, ha reconocido que vive el conflicto “con mucha intensidad” y que le preocupa Catalunya porque “se está produciendo una fractura”. El ganador de tres goyas ha reconocido que en su casa tiene que parar las discusiones, ya que “se altera mucho el ambiente”. Sigilosamente, ha evitado pronunciarse sobre si está o no a favor del referéndum.
QUIM MONZÓ
Desacomplejadamente independentista, Monzó no es de esos que quiera dar sermones sobre los supuestos beneficios de un nuevo estado. "¡Votaría que sí! Clarísimamente. Lo que pasa es que con el culo prieto, calculando qué ineptos nos caerían encima entonces.", afirmaba Monzó en una entrevista en Jot Down. Hace poco más de dos semanas, en un artículo en La Vanguardia, declaraba que nada le daba más urticaria que los artículos preceptores: "Yo, que soy poco mitinero, no sé escribir con la fe y la convicción necesarias para contagiar a los lectores fervor por ir a votar sí, que es mi opción. Pero ¿por qué tendría que hacerlo y cómo podría convencerlos si ya me cuesta Dios y ayuda mantener la convicción que me hace falta sólo para mí?".
MARUJA TORRES
A Maruja Torres no hay nada que le interese “menos que las patrias” y observa el conflicto catalán “como reportera”, como cuando era corresponsal de guerra en Oriente Próximo. “Aceptaré lo que se acuerde, pero en un referéndum normal, no en este cambalache, con trampas”, ha afirmado en una reciente entrevista para la revista Pikara. La periodista, retirada del circo mediático, reconoce haber perdido conocidos por el procés y que la vida “se ha hecho incómoda porque tienes que hablar del tiempo”. En esta misma entrevista, ve con preocupación que la gente “se desmande y todo se vaya a la mierda”. En una hipotética Catalunya independiente, dice que podría vivir aquí “con mi pasaporte español” y “como extranjera”, pero que no le pidan que sienta “simpatía por lo que está pasando”.
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