Emmanuel Guigon: "El Museo Picasso es un motor económico para Barcelona"
El director, en el año Picasso, señala que en un museo no caben inventos y que no hará nada que no esté vinculado con el artista y la ciudad de Barcelona
14 febrero, 2023 00:00Noticias relacionadas
Emmanuel Guigon (Besançon, 1959) es doctor en Historia del Arte y director del Museo Picasso de Barcelona desde 2016. El académico está inmerso en los preparativos del Año Picasso --que conmemora los 50 años de la muerte del pintor-- y que incluye una gran exposición en colaboración con la Fundació Joan Miró que reflejará la amistad entre ambos artistas. La pasión que desprende Guigon por el arte es total y así lo expresa en su humilde despacho donde, pregunta tras pregunta, descubre la vinculación de Picasso con Barcelona mientras reflexiona sobre la función del arte en la actualidad. Guigon, además, está entusiasmado después de la visita del presidente español, Pedro Sánchez y del presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, con una "repercusión enorme" en Francia. Guigon tiene claro, al margen de la importancia artística del museo que dirige, lo que supone para la ciudad: "El Museo Picasso es un motor económico para Barcelona". Guigon se explaya en esta entrevista con Metrópoli, desde su despacho en el museo, que cuenta con dos curiosidades: un mapa mundial colocado al revés --o al derecho para un australiano-- y dos volúmenes de un diccionario de Inglés-Euskera.
El pasado 19 de enero, el presidente francés Emmanuel Macron visitaba junto con Pedro Sánchez el Museo Picasso. ¿Qué ha supuesto la visita de ambos presidentes?
Es la primera vez que un presidente francés y un español visitan este museo y es un privilegio. Considero que es muy importante para Barcelona, y sobre todo para el museo, ya que habrá políticos y otras personas de fuera de la ciudad que vendrán a propósito, gracias al efecto mediático que ha provocado esta visita, principalmente en Francia. La verdad es que es un evento importante dentro de la historia del museo y todo el mundo está contento.
Se debe tener en cuenta que también hay un Museo Picasso en París.
El museo de Barcelona es el único de creación propia de Picasso y muestra la vinculación del artista con la ciudad. El de París se creó después de la muerte del pintor y es un museo más completo, pero ha servido para pagar los impuestos a través de la entrega de obras por la negociación entre el Ministerio de Cultura y el de Economía. Nuestro museo es el más importante por voluntad de Picasso y el más visitado, aunque cada uno tiene su propia identidad.
Uno de los grandes cambios que se ha producido a raíz de la pandemia es el crecimiento del interés por parte del público local. ¿Se ha tomado consciencia de la importancia del arte en Barcelona?
En 2022 llegamos a los 800.000 visitantes y un 12% fue público local. Es una buena cifra. La gente tiene que empaparse de su propio patrimonio, pero existe la figura del clásico turista que visita los museos de otros países, pero no los de su ciudad. Considero que la ciudadanía debe implicarse, aunque también es importante crear eventos por parte de los museos para que esto suceda y que los medios de comunicación se hagan eco y convenzan al público para que venga. Por ejemplo, el Museo Picasso se puede visitar gratis los jueves.
¿Iniciativas para atraer al público local?
Estoy en contra de que un museo sea gratuito, pero la oferta cultural es muy importante y se debe romper la idea de que los museos son elitistas.
¿Qué va a suponer el Año Picasso en este 2023?
Tenemos la suerte de contar con la Fundació Miró. Ambos artistas mantenían una gran amistad y la exposición es un relato global sobre esta relación que aportará mucho a la historia del arte. No puedo avanzar mucho más porque es una coproducción. Algo que va a ser importante este año es la publicación de la Guía Picasso Barcelona en diferentes idiomas que va a permitir hacer actividades fuera del museo, como en fiestas populares de barrios o bibliotecas. Espero que sea una iniciativa que perdure en el tiempo. Es cierto que no tenemos mucho presupuesto para financiar todos los proyectos. El Ayuntamiento paga el edificio, pero el personal, exposiciones y actividades se pagan principalmente a través de los beneficios de las entradas.
¿No cree que Barcelona se ha estancado con los principales artistas como son Gaudí, Picasso, Miró o Dalí?
Hablamos de genios y que tienen autoridad e influencia. Es evidente que faltan sitios donde exponer otras técnicas. El problema radica en que hay artistas con poca visibilidad por la falta de espacio. Es un debate que tenemos los que nos dedicamos al mundo del arte.
A través del museo se puede tener una visión de los últimos años en Barcelona. Últimamente se habla de una Barcelona decadente, pero hay quienes sostienen todo lo contrario. ¿Cómo se percibe la ciudad desde el privilegio de ser el director del Museo Picasso?
He tenido una primera vida en Barcelona, en la época anterior a los JJOO de 1992. Aunque siempre hay cosas que mejorar, no nos podemos permitir tener una mirada nostálgica o reaccionaria.
Barcelona sigue en el mundo de una forma muy potente.
La ciudad es muy atractiva y siempre ha sido internacional.
¿Hay mucho ciudadano francés que viene a ver el museo de Barcelona conociendo el de París?
Sí, pero volvemos al problema de antes. Los franceses visitan el Museo Picasso de Barcelona pero no el de su propia ciudad.
Picasso se considera casi francés por los franceses. Es una gran figura para Francia.
El artista mezcla catalán, castellano y francés, pero al final termina hablando y escribiendo 'picassiano'. Picasso era andaluz, pero un andaluz también muy marcado por Barcelona y este museo es la prueba. El pintor nació en Málaga, por lo tanto tenía nacionalidad española. Sin embargo, se instaló en París y, tras la llegada de Franco al poder, solicitó la nacionalidad francesa, seguramente por temor a represalias políticas. No obstante, su solicitud fue rechazada.
Aun así no volvió a España. Los franceses le hubieran dado la nacionalidad encantados.
París era la capital universal de las artes. De hecho, los escritores y artistas catalanes de finales de siglo XIX no iban a Madrid, sino a París. Si bien es cierto que actualmente el mundo del arte es más abierto --con capitales como Berlín o Londres-- hasta hace relativamente poco la capital francesa era el principal polo de atracción de los artistas.
Usted ha estado al frente de varios museos. ¿Qué le atrajo del museo Picasso y de Barcelona?
En mis planes no entraba ser director de museos. Quería ser académico, ser profesor de universidad. Pero por casualidades de la vida empecé a hacer exposiciones y he terminado dedicándome a la dirección museística y me atrae mucho. Me gusta ver cómo el público reacciona ante las obras, sonríen, miran, dudan... Esto no lo tienes como profesor. Soy feliz en Barcelona y en el Museo Picasso.
Según el exdirector del Museo Picasso de París, Jean Clair, el arte ha muerto porque se ha separado de lo sagrado.
Es un gran intelectual. Está muy bien la retórica y las frases ‘a lo Jean Clair’, pero no corresponde a la realidad. El arte nos permite reflexionar sobre la actualidad, pero pienso que hay cosas más importantes para un museo, y saber cuál es su función. Quizá en otra generación los museos sí que estaban dirigidos a profesionales, pero hace tiempo que no es así.
Al lado del Museo Picasso está el Moco. La entrada es cara, pero está lleno de jóvenes. ¿Qué significa este choque? ¿Se estimula el arte de otra forma?
El Moco si está aquí es por la atracción, en parte, del Museo Picasso. No tiene la misma misión. No tengo nada en contra, pero lo virtual o las exposiciones inmersivas no son la realidad de las obras de arte. Si se aporta algo me parece bien, pero no tiene nada que ver. Nosotros tenemos una función social, educativa, científica. Además, hay que pensar que el Moco funciona gracias a su apuesta por la publicidad.
Por ilustrarlo mejor, ¿quién provoca hoy más, Picasso o Banksy?
En mi caso, poner algo provocativo en el museo no pinta nada. Me niego a hacer cosas que no tengan que ver con Barcelona y Picasso. Considero que todo debe tener un sentido, sino no funciona.
¿Si alguien está interesado en Picasso debe venir a Barcelona?
Si alguien está interesado en el arte o la poesía debe venir a Barcelona. Más allá de lo científico y lo patrimonial, tenemos una función económica. Es evidente. Un millón de visitantes en el museo supone un impulso económico. Este barrio en particular donde nos encontramos (La Ribera), sin Picasso no existiría de la misma forma.
El museo es un motor económico potente.
Sí, no hay que olvidarse de eso. El Museo Picasso es un motor económico para Barcelona, de primer orden.