Óscar Pierre
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Al cofundador y CEO de Glovo, Óscar Pierre, que convirtió una idea en una empresa de 2.300 millones de euros, se le complican cada vez más cosas. La última piedra en el zapato y otra muesca en su currículum empresarial y su imagen ha sido que la firma de publicidad Sioux&Cyranos, con sede en Madrid, ha rechazado a Glovo por “sus vergonzosas condiciones económicas”. La idea, que nació en un McDonald's junto a su socio Sacha Michaud y su primer empleado Dilmer Alvarado, ha perdido el control de la empresa, que fundaron en Barcelona en 2015, a manos de la alemana Delivery Hero, un gigante en el sector de las entregas a domicilio, que valoró Glovo en 2.300 millones de euros sin incluir deuda.
Según el empresario Roberto Lara Portillo, las “vergonzosas condiciones económicas” se deben a que Glovo le propuso realizar un proyecto por 7.000 euros que considera “inaceptable" y un atentado contra la “industria de anunciantes, agencias y sus propios clientes”. Por ello, pretende que la Asociación Española de Anunciantes y a la Asociación Española de Transformadores tomen “medidas oportunas” que no concreta aunque, según él, está en juego el futuro de su profesión. Por su parte, Óscar Pierre es miembro de una saga de empresarios barceloneses y gerundenses que se remonta al siglo XIX, cuando su tatarabuelo Pablo Pierre Zwilling creó una empresa textil. Ingeniero aeronáutico de carrera, Óscar trabajó seis meses en el desarrollo de Airbus 350, hasta que decidió volar más alto sin estar entrenado para las presentes turbulencias.