Carlos Sotelo

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¿Quién hace Barcelona?

Carlos Sotelo

8 marzo, 2024 23:30

El CEO de Silence, Carlos Sotelo (1965), dirige la compañía especializada en baterías y vehículos eléctricos que recientemente ha anunciado que llevará a cabo un ERTE que afectará, presumiblemente, a una parte mayoritaria de sus 300 trabajadores. Tras este movimiento empresarial por el que la plantilla reducirá parcialmente la jornada hasta el 30 de junio --disminuyendo también su salario--, se esconden una serie de malas decisiones empresariales.

Piloto profesional de motor, Sotelo participó en el Rally Dakar en su juventud. Con el tiempo, ha llegado a apostar el todo por el todo en un mercado todavía embrionario en Barcelona, el del vehículo eléctrico. Fuentes del sector han explicado a este medio el imprudente movimiento de maximizar la producción de motos. Cuando el mercado ha sufrido una contracción, la compañía se ha visto obligada a mantener almacenados unos 4.000 vehículos en sus almacenes.

La plantilla está conformada por unos 300 empleados, más de la mitad de ellos operan en el departamento de producción y, aproximadamente un tercio, son trabajadores 'rescatados' de la antigua Nissan. De hecho, la contratación de estos profesionales fue una conditio sine qua non para que la empresa pudiera establecerse en la Zona Franca. Fuentes internas, sin embargo, han explicado a este medio que desde el verano hasta finales de 2023 se produjo un goteo constante de despidos.

Ahora, durante unos cuatro meses, verán mermado su empleo y salario, pasando a depender también del Estado mientras que la compañía ha recibido 22 millones de euros por parte de Acciona, el grupo matriz, que servirán para diversificar las líneas de negocio, como la reutilización de baterías o la apertura de estaciones de intercambio de las mismas.

La gestión de Sotelo, con un plan ambicioso en sus inicios, ha hecho aguas por aparentemente un factor externo como es el comportamiento del mercado. Sin embargo, desde la competencia vieron la apuesta un tanto arriesgada desde el inicio y ahora Sotelo está experimentando las consecuencias en primera persona de una apuesta arriesgada.