Flecha y barriles de petróleo
¿Ha encontrado suelo el petróleo o se prepara para una caída mayor?
Analizamos el comportamiento de las variaciones de precio del petróleo y las previsiones a corto y medio plazo
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Llevo una década observando los gráficos del precio del petróleo y, si hay algo que el mercado energético nos enseña una y otra vez, es que cuando crees que sabes lo que va a suceder, algo viene a sorprendente de la nada.
Al mirar el comportamiento del crudo West Texas Intermediate (WTI) en este cierre de noviembre de 2025, la sensación predominante es de pesadez. No estamos viendo el pánico de una caída libre, pero tampoco la euforia de una recuperación en V. Estamos en un territorio de consolidación donde los alcistas y los bajistas están midiendo fuerzas en una guerra de trincheras, y donde el nivel de los 60 dólares está actuando como una barrera psicológica para ambos.
Para entender lo que está sucediendo, debemos alejarnos un poco del ruido diario de los inventarios semanales y mirar la foto completa. El mercado ha estado batallando con una narrativa macroeconómica compleja durante todo el año. Hemos pasado de temores inflacionarios a preocupaciones sobre el crecimiento global, y eso se refleja perfectamente en la acción del precio. Es en este contexto, el precio del petroleo se ha convertido en el termómetro más fiel de la actividad industrial global.
A diferencia del oro, que se mueve por miedo, o de las acciones tecnológicas, que se mueven por expectativas de beneficios futuros, el crudo se mueve por la realidad física de la oferta y la demanda. Y esa realidad, al observar el gráfico actual cotizado en torno a los 59,32 dólores, nos sugiere que el mercado está percibiendo un exceso de oferta estructural o una debilidad de la demanda que no se está solucionando tan rápido como la OPEP desearía.
La desconexión entre la geopolítica y los fundamentales
Históricamente, cuando teníamos conflictos geopolíticos latentes o tensiones en rutas comerciales clave, veíamos una "prima de riesgo" añadida al barril. Sin embargo, en este 2025, parece que el mercado se ha vuelto insensible a los titulares políticos.
¿Por qué? Porque los fundamentales están pesando más. La capacidad de producción de los países fuera de la OPEP, especialmente la eficiencia del shale estadounidense y los nuevos proyectos en Latinoamérica, ha creado un colchón de oferta que ha reducido la relevancia de sustos repentinos.
Por otro lado, tenemos el eterno dilema de la demanda asiática. Durante años, el salvavidas del crudo fue el hambre insaciable de energía de China e India. Pero al analizar los datos recientes, vemos una transición energética que, aunque lenta, está empezando a erosionar de a poco la demanda de combustibles fósiles tradicionales.
EMA 200 Se Mantiene Como Resistencia Clave
Pasando a un visión técnica del gráfico , lo primero que salta a la vista y que no podemos ignorar es la influencia de la media móvil exponencial de 200 periodos (la línea naranja), que actualmente se sitúa en los 64,55 dólares.
Movimientos de precios del barril de petróleo
Sabemos que la EMA 200 es la línea divisoria entre un mercado alcista y uno bajista a largo plazo. El hecho de que el precio esté oprando consistentemente por debajo de ella desde hace meses, y que cada intento de acercamiento haya sido rechazado con fuerza (fíjense cen la acción del precio de julio y luego en septiembre), confirma que los vendedores tienen el control institucional. Cada subida es vista como una oportunidad de venta, no de compra.
Actualmente, el WTI cotiza en 59,32, atrapado en una estructura de máximos y mínimos decrecientes. Sin embargo, hay un matiz importante: la zona de los 56,50 - 57,00 dólares está actuando como un soporte de hormigón. Hemos visto al precio rebotar en esa zona varias veces en las últimas semanas, lo que podría sugerir una acumulación o la formación de un posible "doble suelo". Pero cuidado con anticiparse. Hasta que no veamos una ruptura con volumen, esto es solo una pausa en la tendencia bajista.
Estrategia y niveles a vigilar para el cierre de 2025
El escenario base, observando la distancia entre el precio actual y la EMA 200, sigue siendo bajista. La tendencia es la amiga de los operadores hasta que se demuestre lo contrario, y aquí la tendencia principal apunta al sur.
Para los alcistas, la misión es clara pero difícil: necesitan reconquistar primero la zona de los 61,50 (máximos recientes de corto plazo) y, fundamentalmente, atacar esa EMA 200 en los 64,55. Solo una ruptura clara y un cierre semanal por encima de los 65 dólares cambiaría la perspectiva macro de "vender en los repuntes" a "comprar en las caídas". Hasta entonces, cualquier subida es sospechosa. Por el lado bajista, el nivel clave es el soporte de los 56,00 - 56,50.
Si el mercado pierde ese nivel con fuerza, estaríamos entrando en un vacío de liquidez que podría llevarnos rápidamente a testear la zona psicológica de los 50 dólares. Dado el contexto macroeconómico de desaceleración y la estructura técnica actual, este escenario no es descabellado si la demanda no da señales de vida pronto.
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Artículo elaborado por Riley Cooper