La Torre del Fang de la Sagrera es un edificio catalogado, con siglos de historia, que lleva una década cerrado y abandonado. A finales de diciembre, Metrópoli Abierta denunció la total dejadez de la finca, considerado Bien de Interés Local, y hace un par de semanas el concejal del PP, Alberto Fernández, reclamó la recuperación del edificio y darle un uso social. Ahora, al grave deterioro del inmueble se añade un nuevo problema. La Torre del Fang ha sido okupada.
Varias de las puertas de la torre, que con anterioridad se encontraban tapiadas, ahora están abiertas, al igual que una de las ventanas en la que se han colocado unas macetas. Junto a la puerta principal hay un bicicleta bastante nueva y un par de carritos de supermercado que se utilizan para recoger residuos de los contenedores. En uno de los muros de la casa se pueden ver decenas de libros, probablemente recogidos de la basura. Todo el entorno de la casa está lleno de suciedad y se pueden ver ratas.
Este medio ha visitado el edificio este sábado y ha podido comprobar que en el interior de la Torre del Fang se escuchaba música. Según algunos vecinos, los okupas entran y salen y es difícil determinar cuántas personas viven. "Que yo sepa hace como mínimo un par o tres de meses que están. He visto entrar hasta 15 personas. Parecen de nacionalidad rumana", dice Javier, nombre ficticio de un vecino de la zona.
GESTIÓN DE SANT ANDREU
La Torre del Fang se encuentra en la esquina de las calles del Clot y de Espronceda, muy próxima a la futura estación del AVE de la Sagrera. Está en la frontera entre Sant Martí y Sant Andreu. Sentimentalmente, la torre está más unida a Sant Martí, pero administrativamente la gestión ahora se lleva desde Sant Andreu.
La finca está totalmente deteriorada, llena de grafitis y pintadas, con la mayoría de las ventanas tapiadas y parte de ella recubierta con una malla para evitar desprendimientos. La cubierta se encuentra en estado ruinoso.
De momento, el Ayuntamiento no tiene ningún proyecto para el inmueble. La degradación continuará, seguramente, algunos años más, hasta que se terminen las obras de la estación del AVE, ya que buena parte de la zona se tiene que urbanizar.
La Torre del Fang, una construcción hecha con arcilla, albergó los servicios de normalización lingüística y el centro de recursos pedagógicos y los archivos de Sant Martí, pero ahora lleva cerrada alrededor de 10 años. De hecho, la torre, de titularidad municipal desde 1984, estuvo a punto de ser derribada a a causa de la construcció del túnel del AVE, que debe unir las estaciones de Sants y la Sagrera.
Por aquel entonces, mandaba en la ciudad el PSC de Jordi Hereu, pero la fuerte oposición vecinal y la presión política --especialmente de CiU, que cuando gobernó tampoco encontró un uso a la torre-- lograron que se paralizara el derribo y se llevó a cabo una compleja operación de ingeniería para salvarla de la piqueta para que aguantara las embestidas derivadas de la construcción del túnel del AVE. La obra costó unos cinco millones de euros.
FINALES DEL SIGLO XIII
La masía tiene su orígen a finales del siglo XIII o principios del siglo XIV, aunque algunas leyendas, como la del cor menjat de Joan Amades, sitúan en esta casa los amores de Dolça de Provença, mujer del conde Berenguer III, con un joven trobador en el siglo XII, explicaba en junio la periodista Cristina Palomar en Metrópoli Abierta.
La Torre del Fang, propiedad de familias adineradas, como los Galzeran de Gualbes, formaba parte hace siglos del núcleo de Sant Martí de Provençals. Fue una zona agrícola y de viñedos hasta mediados del siglo XIX, cuando se empezaron a construir algunas fábricas. En la guerra de 1714, las tropas borbónicas utilizaron la masía para bombardear Barcelona.
Desde 1852, el edificio convive con el tren. Justo al lado se construyeron algunas de las primeras vías ferroviarias de la ciudad y posteriormente las líneas hacia Francia. Más adelante, sobre 1918, el edificio lo compró Fomento y Contratas, que albergó allí sus oficinas. La zona se degradó enormemente cuando se ubicó allí, en 1947, el barrio chabolista de La Perona.
Además de la Torre del Fang, todo el entorno de la casa y el puente de Bac de Roda, construido entre 1986 y 1987 por Santiago Calatrava, están completamente olvidados por el gobierno de Ada Colau. Los comuns llevan casi tres años gobernando y no han hecho nada para recuperar la zona.
GRAFITIS EN EL PUENTE DE CALATRAVA
Todas las paredes están llenas de pintadas, desde los muros que hay junto a las vías, hasta la Torre del Fang y la parte interior de las paredes, las que dan al solar de la torre, que rodean las calles colindantes. Particularmente dejada está la parte de abajo del puente. Hace unos años se convirtió en un refugio de personas sin techo. Ahora, bajo el puente, se puede ver un colchón, cajas y botes de grafitis gastados. Cuesta encontrar un centímetro sin pintar, incluso están llenas de grafitis las columnas que aguantan la construcción de Calatrava.
También hay numerosas pintadas en los arcos metálicos del puente, a pie de la calle de Bac de Roda, y en los bloques de hormigón que hay junto a la instalación. Algunas de las pintadas fueron hechas en febrero del 2017, lo que significa que lleva al menos un año sin ser limpiado.
El pasado 26 de febrero, el PP también denunció el abandono de la Torre del Fang y todo su entorno. Fernández ha exigido a Colau dar un "uso social inmediato a la torre y convertirla en un nuevo equipamiento municipal para el distrito de Sant Andreu", antes de que se continue deteriorando. El PP ha presentado una iniciativa en el Ayuntamiento para iniciar la recuperación del equipamiento.
El que fuera concejal de Sant Martí por el PSC, Paco Narváez, ha explicado que en 2011, cuando abandonó el distrito, dejó un proyecto para que la Torre del Fang albergara un casal de barrio. Por aquel entonces, la gestión se llevaba desde Sant Martí.
A finales de diciembre, tras el primer artículo publicado por Metrópoli Abierta, el concejal del PDeCAT, Raimond Blasi, que fue el regidor de Sant Andreu en tiempos de Trias, escribió en las redes sociales que existía una propuesta para que albergara un centro de memoria histórica con entidades y distritos. Lo cierto es que en tiempos de CiU, la torre continuó degradándose.