Serra: "En Sant Andreu no queremos La Maquinista"
El presidente de la AAVV de Sant Andreu de Palomar critica el tráfico rodado en el barrio y el distrito
8 marzo, 2020 00:00Noticias relacionadas
Entre los barrios barceloneses en los que hay un mayor sentimiento de pertenencia, se encuentra Sant Andreu de Palomar. Sus vecinos están orgullosos de pertenecer a un territorio que, como explica el presidente de su asociación de vecinos, Santi Serra, reconocen como "pueblo". Precisamente este histórico de la zona no duda en presentar con orgullo a sus calles, sus vecinos y su historia pero, sin olvidar que existen reivindicaciones pendientes de respuesta.
¿Cómo nació la asociación de vecinos de Sant Andreu de Palomar?
La asociación nació en 1971, en época franquista, con Francesc Porret como presidente. Había una lucha bestial contra el fascismo en las universidades, la calle y en todas partes. Se habló entre los partidos que se tenía que salir, darse a conocer. Comenzamos a organizar la lucha vecinal a partir de la falta de servicios. En la democracia, los partidos que han gobernado han pensado que no pueden despreciar este tipo de organizaciones. Crecieron, nació la FAVB y aquí comenzó la lucha vecinal.
¿Cuáles son las principales problemáticas que tiene Sant Andreu?
Hay muchas. Una de ellas es el envejecimiento de la población, es un problema. Faltan más viviendas que equipamientos. Tenemos la zona de Casernes que está muy maltratada, porque hace 14 años que se aprobó el plan de Casernes de Sant Andreu con unos equipamientos, viviendas sociales, protegidas... Y aún está como está. El Consorci de la Zona Franca es el propietario y hace cosas que no son correctas. La lucha es constante. Somos una población muy envejecida, necesitamos que vengan jóvenes que, cuando vienen, se quedan. Comienzan a tener este sentimiento de pueblo cuando están viviendo aquí porque hay muchas entidades, hay un núcleo de población que admite a mucha gente, es como una hermandad.
La gente de Sant Andreu es muy acogedora. La prueba está en los niños que tenemos en la Casa Bloc, gente que ha inmigrado de antes también al mismo edificio, donde se les arreglaron unos espacios. Aquí son bien acogidos y, en su mayoría, se han integrado. Su lugar de pertenencia es Sant Andreu. Además, las personas que vienen de fuera se encuentran que hay grandes avenidas y llegan a un núcleo de población pequeño, un pueblo en medio de la ciudad, acogedor. Hay mucha calle pacificada, queremos un Sant Andreu para vivir, no para acumular negocios. Tenemos un problema, continúan pasando coches por la calle Gran de Sant Andreu que no deberían pasar. Los coches que salen por la Ronda Litoral, que vienen del Vallès o del Bages y entran en Barcelona y, en vez de coger la Meridiana, lo hacen desde la Ronda Litoral. Eso no puede ser, si tenemos una calle pacificada es para que los coches que entran en Sant Andreu duerman y se vayan a trabajar desde aquí, no para los que vienen de fuera que no hacen nada más que avanzar por la calle Gran y ya salen al centro de la ciudad.
Tenemos que seguir luchando. Siempre que hay elecciones municipales, nosotros preparamos un plan de actuación con prioridades. Antes de las elecciones llamamos a todos los partidos políticos, especialmente a los que están gobernando. Les presentamos el plan para que se lo estudien. Es cuestión de negociar.
¿Hay mucha diferencia entre lo que pedís y lo que os ofrecen?
Depende de los presupuestos. En el mandato pasado se priorizaron nuestras demandas, pero tenemos que contar con todo. Por eso desde el Ayuntamiento se hacen unas consultas en grupo en Sant Andreu para que las personas vayan apuntando lo que les gustaría que mejorasen. Por ejemplo, ahora estamos intentando hacer la recogida puerta a puerta. El Ayuntamiento y nosotros estamos de acuerdo, el vecindario también, pero tenemos miedo porque siempre hay algún desmadrado. Si tienes un puerta a puerta a unas horas determinadas pero un día lo tienes en al puerta de casa y otro día 50 metros más arriba, puede haber gente que por la pereza de caminar, lo deje en el suelo. Es cuestión de hablar con la gente.
Antes hablabas de las entradas por carretera al barrio. ¿Hay problemas de movilidad en Sant Andreu de Palomar?
El problema que tenemos de movilidad es, para mí, provisional. Cuando esté la segunda fase de la calle Gran de Sant Andreu ya ejecutada, no tendremos el problema. Los coches se evaporan. Si entran aquí a 50 y pones un cartel de que no pueden ir a más de 10 y la preferencia es de los viandantes, estos coches ya no pasarán por aquí, buscarán otro espacio. Eso es lo que intentaremos hacer. Necesitamos tener un buen estudio de movilidad para buscar alternativas. Tenemos que evitar que los coches circulen por la ciudad. Hay una conexión impresionante de transporte público, estamos bien comunicados. No queremos a los coches.
¿Cómo se puede gestionar esto teniendo un centro comercial como La Maquinista?
Es un problema. Y tenemos también un problema con el comercio de barrio. Uno de los objetivos de la pacificación de Gran de Sant Andreu es que la gente pueda pasear, mirar los escaparates, se pueda comunicar cara a cara. Eso es lo que queremos, lo otro no lo necesitamos para nada. Al contrario, es lo que nos trae problemas de movilidad de coches. Además, La Maquinista no nos aporta nada. Es una empresa que no es de aquí, que todo sus beneficios se los lleva fuera, no sé donde paga impuestos y, además, maltrata a los trabajadores. Les hace trabajar sábados y domingos y, en vez de pagarles doble, les dan fiesta el lunes. Esa no es manera, de eso se aprovechan.
¿El pequeño comercio del barrio está en crisis?
Yo diría que no. Les ves con alegría. Sí que abren y cierran muchos locales debido al alquiler. El eje comercial está haciendo un trabajo muy bueno para estas cosas, trabajan muy bien. Ellos tienen unos planes de ayuda al comercio, pero el tema de los alquileres es muy complicado.
¿Cómo ve el vecindario la implantación de la zona 30?
Está implantada, pero los coches van como quieren. No van a 30. Creo que puede ser eficiente, pero en la práctica no hay ningún coche que vaya a 30. La Guardia Urbana se tendría que poner las pilas. Hay personas incívicas.
Sant Andreu de Palomar es un barrio con riqueza patrimonial. ¿Cómo trata el Ayuntamiento este patrimonio?
De aquella manera. Tenemos el Centre d'Estudis Ignasi Iglesias, que están muy atentos a este tema. Gracias a ellos estamos manteniendo bastante bien el patrimonio de Sant Andreu. Tenemos a los amigos de la Fabra i Coats que están trabajando desde el primer día en museisticar toda la zona. Queremos buscar una historia fabril de lo que fue Sant Andreu.
Barcelona ha declarado la emergencia climática. ¿Faltan zonas verdes?
Estamos intentando que las haya. Se está acabando una en Casernes, una zona verde bastante importante. El problema es que se cuenta como zona verde hasta los carriles de hierba que hay en el tranvía. Nosotros Gran de Sant Andreu lo hemos pacificado como hemos podido y hemos puesto jardines, pero muchos coches se detienen y no deberían hacerlo. Además, cuando se edifica siempre queda un espacio verde, como las que se harán en la zona de Colorantes de protección oficial. Pero la administración es muy lenta, hay proyectos que se van retrasando.
¿La inseguridad que vive la ciudad ha llegado al barrio?
Aquí no, lo normal de otras zonas. En la asociación de vecinos nos reunimos dos o tres veces al año con los Mossos y Guardia Urbana. Sabemos que han estafado en algún edificio porque han llamado haciéndose pasar por trabajadores y engañan a los vecinos que ya son mayores. Estamos avisando constantemente de eso, pero mucha gente se olvida o no se mira los folletos informativos. También estamos intentando que los vecinos de los edificios se comuniquen, que se ayuden, para evitar hurtos en la vivienda. Por la calle... La gente tiene que ser un poco prudente. A mi en lo que me insisten mucho los Mossos y la Urbana es en que la gente denuncie, aunque sea una tontería. Si no denuncian, las estadísticas se echan a perder. Respecto a los hurtos con tirones la gente ya se acostumbra para procurar llevar la bolsa en un lugar en el que no te puedan pegar un tirón. Pacificar la calle también nos da una ventaja respecto a los hurtos, no pueden entrar en coche. Aquí van a pie y en parejas. Cuando se dan cuenta que la policía los ve, uno de ellos ya se marcha antes de que le identifiquen.
Tenemos una ventaja. Estamos constantemente comunicados con los comerciantes y la policía, algo que es muy importante. Siempre hay hurtos, pero si tratas de evitarlos serán menos.
¿Hay mucho sentimiento de pertenencia por parte de los vecinos de Sant Andreu de Palomar?
Sí, total. Esta semana se celebró el 50 aniversario de la inauguración del campo de fútbol del Sant Andreu, el Narcís Sala. La gente que va al fútbol no está demasiado politizada. En el coloquio de ayer habían antiguos jugadores del equipo y veías que esos jugadores, aunque no fueran de Sant Andreu, habían sentido una pertenencia de pueblo. Hablaban de pueblo.
Ramón Maria Calderé, que había sido del Barça y había jugado en el Sant Andreu, dijo que al venir de joven iba al Narcís Sala con otros compañeros a ver a quienes eran sus ídolos. Todos los jugadores que habían hablaban de pueblo. José Miguel Morales, que todavía está jugando y que militó en el Sant Andreu más años que nadie, también hablaba de pueblo.
Además somos un pueblo riquísimo en entidades de todo tipo, siempre hemos intentado ir a una.
¿Los vecinos están contentos con los equipamientos?
Tenemos, pero queremos más. Faltaría, por ejemplo, una piscina, pero desde el Ayuntamiento dicen que por la cantidad de vecinos ya hay suficientes. En la Trinitat hay una, en Fabra i Puig hay otra, y otra en el Onze de Setembre que se tiene que rehabilitar. En el pabellón deportivo de Casernes también hemos pedido una, y nos dicen que no puede ser.
Hace semanas que se han superado los 100 cortes en la Meridiana. ¿Ha habido algún vecino que se haya quejado a la asociación de vecinos?
No. Ni en la asociación de vecinos ni en ninguna parte. Es más, tengo entendido que es mentira que los comerciantes estén perdiendo facturación porque esto se hace desde las 8 de la tarde hasta que se acaba. No molestan a nadie. Sí hay algún trabajador de Sant Andreu que coge el metro para volver a casa, estos pueden tener problemas según donde suban al autobús. Tienen que cambiar de parada, pero nada más.
¿Cómo valora el anterior mandato de Colau para Sant Andreu de Palomar y su distrito?
Creo que han sido bastante positivos para el distrito. Al principio estuvo un poco... de aquella manera. Después ya empezó a funcionar, se comenzaron a hacer cosas. Por ejemplo, se ha abierto toda la Fabra i Coats, el museo, a Gran de Sant Andreu. Así se visualiza. Hemos recuperado cosas, ha habido presupuesto, hemos hecho trabajo. En el mandato de ahora volvemos a estar como antes, nos dicen que las cosas ya se llevarán a cabo en su momento. Comencemos a licitar cosas. Casernes, la clínica Sant Jordi, cuya antigua masía pasará a ser un equipamiento para el barrio, que hagan las gestiones con Adif para que la estación antigua pase a ser un equipamiento. Son cosas que se tienen que ir trabajando, y nosotros hemos estado constantemente repitiéndolas. Tenemos la mala suere de que la concejal que hay no es de aquí, pero tenemos un buen consejero técnico con el que nos vemos constantemente.
¿Cómo ves el futuro del barrio y el distrito?
Si las infraestructuras que estamos montando ahora siguen su curso y se acaban, le veo futuro. La lucha vecinal continuará y, además, comienza a salir gente joven activista. El distrito y Barcelona no se pararán. Estoy seguro.