La okupación de unas naves en el barrio de la Sagrera está paralizando los trabajos de desamiantado del tejado de los edificios y el posterior derribo del espacio donde se prevé la construcción de viviendas. Los vecinos y el AMPA de la escuela El Sagrer, situada enfrente de los espacios afectados, piden desde enero al Ayuntamiento de Barcelona que retire el amianto de la zona. Aseguran que las placas de material, en un estado precario, pone en riesgo la salud de la zona densamente poblada y de los niños de la escuela. 

A principios de marzo, un grupo de familias se instalaron en unas naves ubicadas en el número 29 y 31 de la calle Costa Rica. El espacio, vacío desde hace aproximadamente de un año, acogió oficinas y una iglesia evangélica. La empresa propietario del espacio cuenta desde hace unos días con el permiso para quitar las placas de fibrocimento y demoler el edificio. Con la okupación, la Asociación de Vecinos la Sagrera y los madres y padres de la escuela pública El Sagrer, que querían retirar el material en verano, temen que los trabajos se cancelen sin una fecha para su ejecución.

UN MATERIAL CANCERÍGENO

El amianto ha llenado durante décadas los tejados de Barcelona. El fibrocimiento, un material económico y resistente, se utilizó en muchas construcciones de la ciudad, así como en el resto de Cataluña y del estado. La fábrica Uralita de Cerdanyola del Vallès abrió los ojos a la sociedad sobre el peligro de este material tras conocerse que trabajadores primero, pero familiares y vecinos de la zona después, sufrieron enfermedades respiratorias y cáncer de pleura y pulmón tras inhalar durante años el polvo blanco.

 

Mónica Ponce, miembro del equipo directivo del AMPA del Sagrer, no confía en que este verano la empresa pueda retirar el material. "Lo vemos complicado. El Ayuntamiento ha dado los permisos, pero no pueden mover ficha hasta que consigan sacar a las familias", comenta. El tejado, cada vez más deteriorado, ocupa una superfície de unos 2.300 metros cuadrados



REUBICACIÓN DE LAS FAMILIAS

Susana B, vecina del barrio y farmacéutica, dio el grito de alerta cuando desde su balcón vio como algunas personas de la iglesia evangélica manipulaban directamente las placas de amianto al intentar reparar unas goteras y el aire acondicionado. 

"Pedimos protección contra el amianto y que reubiquen a las personas en otro sitio", pide esta mujer, que deja claro que no tiene ningún problema con los ocupantes. "Ellos serían los principales beneficiados de una reubicación", asegura. Entre cinco y diez personas viven en unas instalaciones que, aunque disponen de luz y agua, carecen de las condiciones de seguridad y salubridad de un hogar.

El problema del amianto en los tejados de estas naves llegó al Ayuntamiento de Barcelona el pasado enero cuando ERC y Junts per Catalunya se hacían eco de las demandas vecinales. El consejero del distrito de Sant Andreu de Esquerra, Carlos Escuredo, pidió al consistorio que tomara las medidas necesarias para retirar el amianto con el objetivo de "preservar la salud de los vecinos y los niños". 

URGENCIA

"El problema es que el material de estas naves está en muy mal estado y es urgente retirarlo", señala Escuredo. Si las placas se rompen el material queda suspendido en el ambiente y supondría un problema de salud para vecinos y los alumnos.  

Paca de fibrocemento rota en una de las naves okupadas de la calle Costa Rica, en la Sagrera / M.A



Cerca de estas naves, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) retira desde hace unas semanas el amianto del tejado del Taller Central de Material Móvil de Metro. Con 3.000 metros cuadrados de fibrocemente, es la instalación de TMB con una mayor cantidad de este peligroso material. Cuando se detectó amianto en el metro de Barcelona, el operador público desarrolló un plan integral de desamiantado en sus instalaciones. En la línea 4, destinará 117.000 en eliminar el material de una estación.

El Ayuntamiento de Barcelona señala que el distrito de Sant Andreu admitió el comunicado de derribo de la finca el 3 de julio. El texto recomienda que, por encontrarse cerca de una escuela, la demolición de las naves tenga lugar entre el 1 de agosto y el 7 de setiembre. En relación a los ocupantes, fuentes municipales aseguran que los servicios sociales "siempre que tienen conocimiento atienden a las personas vulnerables que así lo requieran".

SENSIBILIZACIÓN

Desde el AMPA de la escuela, a Ponce le preocupa que a diferencia del taller de TMB, en el caso de las naves es una empresa privada la encargada del desamiantado y que, por ello, el proceso se alargue sine die. "Nosotros pedimos al Ayuntamiento que sea proactivo y que obligue a la propietaria a acelerar el proceso para no interferir el próximo curso escolar", sostiene Escuredo.

Los vecinos de la Sagrera empezaron a tomar conciencia sobre el riesgo del amianto en sus edificios hace un año, al inicio de la segunda legislatura de Ada Colau. Entonces, el Consell de Barri trató el tema y las entidades empezaron a "sensibilizar" y a hacer "pedagogía", señala Jaume Matas, presidente de la asociación de vecinos.

Matas afirma que la entidad no están "ni a favor ni en contra" de los ocupantes. "Si hay una okupación es que alguna cosa ha fallado. La administración debería hacerse cargo de ellos y proporcionarles una vivienda o regularizarles", reclama el líder vecinal, que lamenta que estas personas estén "malviviendo" en estas naves.

Noticias relacionadas