El barrio de Sant Andreu de Palomar rechaza el Puerta a puerta, el nuevo sistema de recogida de residuos implantado por el Ayuntamiento de Barcelona. Si hace unos días la protesta se hizo evidente en el consejo de barrio, interrumpido por grupos de vecinos, este jueves la manifestación ha tenido lugar en la plaza de Orfila, en la que se encuentra la sede del distrito. Más de 200 personas se han manifestado en contra del Puerta a puerta, una "imposición", al grito de "Fora Colau". En la plaza, el ambiente estaba caldeado. Una gran pancarta, en la que se podía leer Colau, trátanos como adultos. No al Porta a porta, presidía la concentración. Uno de los que la sujetaba era el concejal del PP, Josep Bou. "Ya está bien que nos toquen las bolas", ha dicho Bou. En Sant Andreu, había mucha rabia e impotencia.

La concentración vecinal ha concidido con la celebración de la audiencia pública del distrito. El acceso se ha restringido a una docena de personas, que se tenían que haber inscrito previamente. El espacio era minúsculo. Ciertamente, costaría encontrar un lugar más pequeño. Un férreo control por parte de agentes de la Guardia Urbana impedía la entrada de un grupo de vecinos y que se repitiera la escena de hace una semana en el consejo de barrio. A cuentagotas, la policía ha permitido que alguna persona puediera acceder para hacer una pregunta o expresar una reclamación. Un vecino, el señor López, se ha quejado de que la gente no haya podido entrar y ha dicho que habían vuelto los tiempos del "ordeno y mando", como pasaba "hace 30 o 40 años con el otro", en referencia al dictador Francisco Franco

ANCIANOS HACIENDO COLA PARA DEJAR LOS PAÑALES

Todas las opiniones recogidas por Metrópoli eran contrarias al Puerta a puerta. Montserrat Planes es vecina y exconsejera del PP en el distrito. Asegura que el nuevo sistema de recogida -que implica que los contenedores se retiran y los vecinos están obligados a dejar la basura en espacios y días concretos, y en recipientes homologados o bolsas reciclables- supone una vulneración de la intimidad de las personas y llena de porquería las calles. "A las 10 de la mañana he visto bolsas de ropa y plástico esparcidas por el paseo de Fabra i Puig".

Igual de contundente se muestra otra residente, Isabel Martino, preocupada especialmente por la recogida de los residuos sanitarios. En su casa, un anciano utiliza pañales. "Cada día acumulamos cinco pañales; los fines de semana son 10". Estos residuos se recogen una vez por semana en puntos concretos. "Es inviable tenerlos en casa". A Isabel le dio mucha pena la imagen de gente mayor haciendo cola en la plaza de las Palmeres esperando el camión de recogida para dejar sus pañales. "Es una falta de respesto. Son personas que han pasado una guerra y una posguerra", lamenta.  

GRITOS DE "MENTIDA" Y "FORA"

La audiencia pública, a la que ha asistido este medio, ha transcurrido con cierta normalidad. Ha estado presidida por los concejales Lucía Martín, edil del distrito, y Eloi Badia, regidor de Emergencia Climática y Transición Ecológica y responsable del desaguisado. El encuentro con los ciudadanos únicamente ha estado interrumpido casi al final de la manifestación cuando unos vecinos han aprovechado una de las ventanas laterales para hacer sonar una sirena y gritar "Mentida y "Fora". Los vecinos no se oponen al reciclaje, pero sí la forma cómo se hace.

Aunque se han tratado otras cuestiones, el Puerta a puerta ha sido el tema estrella. Claudia Casanova, una vecina, ha relatado un memorándum de quejas. Para ella hubiera sido más inteligente implantar contenedores inteligentes y ha reclamado que se amplíen los horarios de recogida. "Los pisos en Sant Andreu son pequeños, no pueden acumular residuos varios dias". La vecina también se ha quejado del mucho ruido que hacen los camiones por las noches y de falta de comunicación". Escuchen las quejas de los vecinos". En la calle, Milagros Santana ponía voz a los vecinos sin ascensor. "Tienen que bajar para dejar las bolsas y el cubo y luego volver a subir". La operación se repite cuando ha pasado el camión, "esta vez para recoger el cubo", ha dicho la vecina, que también ha lamentado la falta de privacidad. "Todo el mundo sabe qué has cenado y qué has bebido".

Protesta contra la nueva recogida de basura en Sant Andreu / CG



UN SEGUIMIENTO DEL 79%, SEGÚN BADIA

Badia y Martín han expresado las que a su parecer son las ventajas y cifras del Puerta a puerta y que, si no se producen cambios, se irá extendiendo a Barcelona. Según el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, un 79% de los vecinos de la zona donde se ha puesto en marcha el sistema ya participa. "El seguimiento es muy alto". Ha subrayado que el Puerta a puerta ya se hace en 235 municipios de Cataluña y que, a nivel económico, este sistema será más barato que el tradicional. Sobre la falta de información, criticada por distintos vecinos, Martín ha dicho que se han hecho reuniones con asociaciones de vecinos, comerciantes y entidades del barrio desde enero. También afirma que se han enviado 12.000 boletines informativos a casas, se han tenido encuentros con 931 comerciantes y se han resuelto dudas de unos 1.500 vecinos.  

Muy probablemente, las protestas contra el Puerta a puerta no acabarán aquí. En otoño, está previsto implantar la segunda fase, también en Sant Andreu del Palomar. Mientras, en el resto de Barcelona se lo miran a distancia y con recelo. Manuel Muñoz valoraba a Crónica Global que se ha "dialogado poco" y que el nuevo sistema "le pasará factura a Colau". Aunque todavía quedan dos años para las elecciones, cada vez hay más colectivos antiColau. De momento, el próximo 17 de junio hay otra manifestación, esta vez por el "lamentable" estado de la ciudad, en la plaza de Pablo Neruda, en el Eixample. 

Concentración en Sant Andreu de Palomar contra la recogida de basuras puerta a puerta / PABLO MIRANZO

   

Concentración en Sant Andreu de Palomar contra la recogida de basura / PABLO MIRANZO

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