Indignación vecinal por la "insuficiente" y "pésima" limpieza del edificio de Can Fabra en el barrio de Sant Andreu. Los vecinos de la antigua fábrica, reconvertida en una promoción de viviendas públicas de alquiler, han estallado contra el servicio que les ofrece el Institut Municipal de l'Habitatge i Rehabilitació de Barcelona (IMHAB): "Está todo hecho una mierda y la situación es insostenible", han explicado algunos de los afectados a Metrópoli.
En plena ola de calor durante los meses de verano, la deficiencia se hizo más palpable: una plaga de cucarachas invadió el complejo. Una circunstancia que, sumada a la acumulación de polvo y suciedad, ha hecho estallar a los residentes.
CUOTA DE 50 EUROS AL MES
Lo que más indigna al grupo de vecinos es la cuota mensual que pagan por mantener el edificio limpio: "Nos cobran 50 euros para que vengan a limpiar, en teoría, los pasillos, los rellanos, el ascensor... En definitiva, los espacios comunes. Y aquí no pasa nadie", han asegurado a este medio. Es más, han explicado que se les debe dinero: "El dinero que te cobran de más te lo devuelven, pero prorrateado y tardan un buen tiempo".
En las imágenes cedidas, se aprecia que una capa de polvo cubre gran parte del suelo: "Como mucho barren las entradas principales y poco más", han denunciado los residentes.
"DIFICULTADES DE MANTENIMIENTO"
Ante la multitud de incidencias interpuestas en el IMHAB, el personal del Ayuntamiento de Barcelona reconoció una "dificultad" existente en el mantenimiento del edificio de Can Fabra. En un comunicado dirigido a los vecinos, el consistorio intentó reconfortarlos anunciándoles que, tras el seguimiento de la limpieza en julio, se reforzaría el turno: se limpiaría dos días semanalmente en vez de uno. "Dadas las circunstancias de la finca en las zonas comunitarias con espacios abiertos al exterior tapados por rejas y no por paredes cerradas, la entrada de polvo, polen y suciedad de la calle es constante", admitió la jefa del Departament de la Zona Nord de Gestió, Contractes i Comunitats.
Las quejas se elevaron también al gestor del distrito de Sant Andreu, Roger Oliver, pero de nada sirvió. El vecindario niega que exista este refuerzo: "Ni han venido más ni se ha hecho ningún seguimiento. Ellos solo cobran", han dicho.
PREMIOS EUROPEOS
Los residentes no se explican cómo en "un proyecto en un edificio histórico, ganador de unos cuantos premios de arquitectura, no pase nadie a limpiar desde hace dos meses". De hecho, Can Fabra fue galardonado en el 2021 con los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo, conocidos usualmente como Premios FAD. Uno de los galardones más antiguos y prestigiosos de Europa en el ámbito de la arquitectura, el interiorismo y la ciudad, y el paisaje.
El proyecto de Can Fabra fue reconocido por la capacidad, tal y como hizo gala el Ayuntamiento, de reconvertir una antigua fábrica en vivienda social rehabilitando y conservando el patrimonio industrial y estableciendo, no sólo viviendas individuales, sino vertebrando un espacio colectivo que crea comunidad . Del proyecto también se destacó la apuesta por la sostenibilidad y la integración con el entorno utilizando la madera en sus estructuras, un material con un impacto ambiental muy bajo que se convierte también en un envoltorio térmico por el edificio. «Coherencia técnica y atención climática completan un proyecto riguroso, que teje una reflexión coherente sobre el pasado, el presente y el futuro de la ciudad», valoró el jurado.
En las viviendas se invirtieron 6,3 millones de euros y, en su día, se aseguró que la intención del Ayuntamiento era ampliar esta oferta en los próximos años en el marco de un programa similar a los que tienen Reikiavik o Melbourne.