Enric Crespo, propietario de la Pescadería Anita del barrio del Congrés i els Indians

Enric Crespo, propietario de la Pescadería Anita del barrio del Congrés i els Indians SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Sant Andreu

Enric, el comerciante de Sant Andreu obligado a cerrar su pescadería de barrio: "Las obras nos han condenado"

Enric Crespo aprendió el oficio en la Pescadería Anita cuando tenía 19 años: el negocio era de sus entonces suegros y, cuando se jubilaron, pasó a sus manos hasta el día de hoy

Más sobre el sector: Cierre masivo de pescaderías en Barcelona

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Cuando Enric Crespo comenzó a trabajar en la Pescadería Anita "era alto, joven y tenía pelo". Lo dice a modo de chiste el protagonista de esta local historia. Pero la risa no le llega a los ojos: unos ojos que, tras 38 años de servicio, tienen que ser testigos del cierre de su histórico negocio (abierto en 1953), en el barrio del Congrés i els Indians del distrito de Sant Andreu.

Unas obras del Ayuntamiento de Barcelona en la calle Cardenal Tedeschini, donde se encuentra la pequeña pescadería, "condenaron la tienda" en octubre del 2024. La intención del consistorio era, en teoría, ampliar y renovar las aceras, priorizar el paso peatonal y mejorar la accesibilidad entre unas calles y otras.

Todo ello a costa de la pescadería de Enric, que comenzó a verse asediada por vallas, contenedores de obra y una acera totalmente levantada por la que sus fieles clientes, los más mayores, dejaron de pasar. "Ya no puedo sostenerme más, solo tengo gastos. Han matado mi negocio", lamenta entre lágrimas un castigado autónomo de barrio.

Enric Crespo, propietario de la Pescadería Anita del barrio del Congrés i els Indians

Enric Crespo, propietario de la Pescadería Anita del barrio del Congrés i els Indians SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Casi cuatro décadas de servicio

Enric recuerda sus inicios en la pescadería. El negocio, explica en conversación con Metrópoli, era de sus entonces suegros. Con ellos aprendió el oficio cuando tan solo tenía 19 años: "Me levantaba cada mañana con ellos, venía y me enseñaban", rememora el hombre.

Cartel de la antigua Pescadería Anita

Cartel de la antigua Pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Cuando los dueños se jubilaron, le ofrecieron la posibilidad de continuar con el legado y él no lo dudó. Desde entonces, corría el año 1987, han pasado 38 años.

Decoración vintage de la Pescadería Anita

Decoración vintage de la Pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

A lo largo de este tiempo, la pescadería ha sufrido modificaciones: tuvieron que ampliarla para adaptarse a las leyes vigentes y Enric intentó darle un toque especial decorando el espacio con toda clase de objetos vintage que atraían la atención de los más pequeños. "Detrás de cada niño viene una madre o un padre y en el rato que compran, los críos se entretienen mirando los teléfonos o la pecera y se están quietos", comenta Enric.

Decoración de la Pescadería Anita

Decoración de la Pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

"Pan para hoy, hambre para mañana"

En su caso, la pandemia no tuvo las fatales repercusiones que afectaron a miles de negocios en todo el país. "Fue mucho lujo", asegura Enric. "Este era el punto de encuentro de los vecinos del barrio cuando se permitió salir a comprar comida. Pero fue pan para hoy y hambre para mañana".

No se esperaba lo que se le vendría encima. "Hay meses que he tenido 1.200 euros de gastos. Le he tenido que pedir dinero a mi madre para hacerles frente". Los únicos días tranquilos del mes, de hecho, eran del 15 al 20 cuando había pagado todas las facturas: "A partir del 20 ya estaba sufriendo por los pagos". Una tensión que hizo que el hombre comenzara a tomar pastillas para poder dormir.

La Navidad más dura

Su peor momento llegó en la campaña de Navidad del año pasado. A los dos meses de que se iniciaran las obras, Enric comenzó a notar el impacto negativo. "Navidad es una época en la que siempre teníamos muchísimo éxito porque decorábamos la pescadería y llamábamos la atención", contextualiza el pescadero.

Sin embargo, ese diciembre no fue así. Tampoco enero y febrero, donde había tardes en las que cerraba el negocio sin ninguna ganancia --cuando en años anteriores lograba hacer de caja unos 300 o 400 euros--. "Me bajó el rendimiento un 40%", detalla Enric.

Carteles de las obras alrededor de la Pescadería Anita

Carteles de las obras alrededor de la Pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Fue su clientela más fiel la primera víctima: los ancianos y ancianas del modesto barrio que acudían a comprar las ofertas del día que Enric preparaba con esmero. "La calle parece ahora la franja de Gaza. Es imposible pasar con un andador", denuncia el afectado.

Exterior de la pescadería Anita

Exterior de la pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

"Imagen corporativa"

La estocada final fue cuando el Ayuntamiento obligó a Enric a retirar unos carteles que él había colgado en las vallas --con el permiso del jefe de obra-- para anunciar la pescadería. Los peces de "Buscando a Nemo" son los identificativos del negocio y así lo quiso aprovechar el propietario. Pero, al parecer, eso afectaba a la "imagen corporativa" consistorial, como así se le comunicó al autónomo.

En cuanto a iniciativas locales, tampoco estas salieron adelante: "Tenemos una plaza, la del Congrés, en la que podemos hacer muchas cosas para fomentar el comercio de barrio, pero el ayuntamiento no nos apoya nunca. Cuando queremos hacer algún evento, todo son problemas", denuncia el pequeño empresario. 

Carteles de la pescadería Anita

Carteles de la pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Una serie de trabas que acorralaron a la Pescadería Anita, dejándole sin más remedio que cerrar la persiana

El comercio local, muerto

Apoya a Enric la ex presidenta de la Unió de Botiguers Congrés Indians, Olga. Son conscientes de que el centro comercial La Maquinista está a solo tres kilómetros. Que la juventud se dirige a los ejes comerciales, como el de la calle Fabra i Puig donde hay vida y tiendas. Que el comercio de proximidad acaba cerrando más pronto que tarde. Pero lo de la pescadería, la única que quedaba en toda la calle, es una "injusticia".

"Podrían haber puesto todo el material de obra unos metros más allá, donde no hay tiendas y donde no molestan a nadie. De esta manera, tapan por completo el negocio y además eliminan 187 plazas de aparcamiento", explica Olga. "Este barrio no existe para el ayuntamiento. El nivel de inversión aquí es de los más bajos de toda Barcelona".

Un obrero frente a la pescadería Anita

Un obrero frente a la pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

"Ya no tengo nada que perder"

Padre de tres hijos, Enric no puede evitar que se le caigan las lágrimas cuando explica a este medio lo que supone para él, a nivel personal, el cierre de su negocio tras casi cuatro décadas de servicio. "Yo ya estoy, ya he chapado, la pescadería no la voy a salvar, pero seguiré haciendo cosas por mi barrio para que esto no pase más".

Interior de la pescadería Anita

Interior de la pescadería Anita SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Este sábado, 22 de marzo, será el último día en el que la pescadería abrirá sus puertas para los vecinos y clientes. Y el domingo, 30 de marzo, Enric organizará una despedida "por todo lo alto". Afortunadamente, no todo es malo: el propietario ha encontrado trabajo en un supermercado, aunque sabe que nunca más volverá a sentirse en horario laboral "como en casa".