Jaume Collboni ha exigido este sábado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, poner coto al mercado de la miseria que, casi a diario, llena la plaza de Glòries y los alrededores del mercado de los Encants. Este top manta de productos sacados en su mayoría de los contenedores no es un fenómeno nuevo, pero desde finales del año pasado ha crecido notablemente. Ahora, ni siquiera con las obras de Glòries, la presencia de estos vendedores ha desaparecido.

"El gobierno de Colau practica una tolerancia mal entendida respecto a las actividades no reguladas de ocupación del espacio público", dice el líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. En opinión de Collboni, "se ha traspasado una línea roja que nunca se debería haber cruzado. Tenemos un problema de ciudad", afirma.

Collboni y la regidora Montserrat Ballarín se han reunido con comerciantes de los Encants y de las asociaciones de Glòries y su entorno. Los vendedores han transmitido al concejal socialista su preocupación por las afectaciones económicas, de convivencia y uso del espacio público que el mercado de la miseria conlleva. Según Collboni, se pueden provocar daños irreparables a unos negocios que ya han sufrido fuertes descensos de ventas por la crisis, la competencia online y las largas obras de Glòries.

GRUPO DE TRABAJO

El PSC presentará en la próxima Comisión de Economía y Hacienda una proposición para exigir que en el entorno de Glòries se haga cumplir la normativa y se busque una solución al mercado de la miseria. Collboni propondrá que, en 15 días, se forme un grupo de trabajo entre los diferentes agentes implicados para dar una solución al problema. El PSC defendera que se dote de los recursos necesarios el grupo de trabajo para que sea eficaz. 

La Guàrdia Urbana acotó el espacio para que los manteros pudieran instalarse / Asoc. Vendedores Encants



Hace unos días, Metrópoli Abierta ya avanzó la indignación de los comerciantes de los Encants por la permisividad con la que Colau actúa con los manteros. Numerosos vendedores ilegales se colocan delante de los Encants en una zona acotada por vallas municipales y junto a una furgoneta de la Guàrdia Urbana. "No puede ser que el Ayuntamiento corte calles, ponga vallas e incluso haya vigilancia policial para que se haga venta ilegal toda una mañana”, explicó un comerciante.

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