El gobierno de Ada Colau suele actuar tarde, y casi siempre la reacción se produce cuando ya ha recibido críticas por todos lados. Si hace unos días, el regidor del Eixample, Gerardo Pisarello, cambió de opinión y decidió que abriría la playa del Eixample tras las críticas de vecinos, ERC y PSC, este domingo se ha producido un nuevo capítulo de esta manera tan particular que tienen los comuns.
Tras días y días de reprimendas por permitir la venta irregular en Glòries, la Guàrdia Urbana se ha desplegado y ha impedido a los vendedores del top manta de Glòries, conocido como el mercado de la miseria, instalarse en los aledaños de los Encants. El operativo policial ha llegado apenas 24 después de que el concejal socialista, Jaume Collboni, reclamara poner coto al mercado. Pero que nadie se engañe. En cuestión de días, volverán.
Alrededor de una decena de patrullas de la Guàrdia Urbana, un operativo muy superior al habitual, ha tomado los Encants. A lo largo de esta semana, los comerciantes de los Encantts se han quejado de la tolerancia municipal y de que incluso el mercado ilegal de productos sacados de los contenedores se instalaba en una zona acotada por el Ayuntamiento, aunque fuentes municipales niegan que se haya actuado con permisividad.
DIFICULTAD DE PASO
Ante el despliegue policial, los vendedores irregulares han optado por abandonar los Encants e instalarse junto a la Farinera de Clot y la acera de la Diagonal más próxima al centro comercial de Glòries. Hacia las 10.00 horas, el número de mantas iba en aumento y era difícil que los peatones pudieran andar por la zona.
Sin embargo, a media mañana, los agentes han recibido órdenes de desmantelar todo el mercado. La habitual persecución del gato y el ratón, tan típica de estas situaciones, se ha vuelto a ver de nuevo en Glòries. Con posterioridad, los servicios municipales de limpieza han tenido bastante trabajo en dejar impoluta la zona de la suciedad dejada por los vendedores mientras huían de los agentes.
El mercado de la miseria de Glòries no es un fenómeno nuevo. Hace años que dura. Sin embargo, a finales del 2017 creció notablemente y era habitual ver, casi a diario, a cientos de vendedores. Ahora, con la puesta en marcha de nuevo de las obras de la plaza, el mercado se ha ido colocando frente a los Encants y en las explanadas que quedan libres de los trabajos. Este domingo se han ido, pero acabarán volviendo.