La situación de casi abandono que se vive en el parque de Diagonal Mar está alcanzando cotas inimaginables. La falta de vigilancia y la dejadez en la que se encuentran algunas de sus instalaciones son alarmantes. Ello ha provocado que uno de los parques llamado a ser una referencia de la ciudad esté viviendo un proceso de degradación inimaginable cuando los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue lo idearon.
Lo último que faltaba por ver es cómo los perros se dedican a perseguir, como si de una cacería se tratara, a los patos que, temporalmente, se instalan en el lago del parque. Buscan un lugar tranquilo en el que poder pasar el invierno y criar a sus polluelos.
Pero las imágenes no dejan lugar a dudas. Varios perros, ante la impasible mirada de sus propietarios, andan sueltos por el parque y se meten en las zonas verdes donde, en teoría, los patos encuentran cobijo para descansar.
Sin embargo, la presencia de los perros les obliga a abandonar su refugio. Es entonces cuando no les queda más remedio que escapar hacia el lago que, por suerte, tiene agua. Pero su huida no es tranquila ya que son localizados de nuevo por los perros, que no dudan en meterse en el agua para intentar dar alcance a los patos. Suerte para estos que en el agua son más rápidos que los perros.
PELIGROSO ESTRÉS
Este tipo de acciones de los perros provocan en los patos un enorme estrés, que acaba causándoles serios perjuicios. Las consecuencias de esta actividad de los perros es nefasta para las aves, que ya no perciben que el parque sea un lugar seguro para ellos. Eso puede llegar a provocar su huida de la instalación y, además, que en los próximos años no opten por regresar a la zona habida cuenta de los peligros con los que se pueden encontrar. Una situación perjudicial para que el parque continúe siendo un centro de atracción para algunas aves migratorias que pueden usarlo para descansar en sus largos viajes.
A todo esto hay que unir la muerte de siete patitos ocurrida hace apenas unos días ante la desidia de las autoridades responsables. Estos no mostraron ningún interés en salvaguardar la vida de los polluelos.
De hecho, un grupo de vecinos intentó ayudar a la familia de patos y dio la voz de alarma para que las administraciones tomaran las medidas oportunas para salvaguardar a las aves. Pese a ello, los vecinos denuncian que nadie se dignó a acercarse al recinto para intentar solventar la situación. Finalmente, las siete crías de pato murieron.