Una chica se hace una sesión fotográfica para promocionar una pequeña marca de ropa deportiva. Solo unos metros más allá, duerme un sintecho. Este es el contraste que ofrece la zona del Fòrum (Sant Martí) de Barcelona desde hace un par de meses.
LUGAR INFRAUTILIZADO
El Fòrum se construyó en su momento para albergar un gran evento con pretensiones mundiales bajo una importante operación urbanística. Pero a día de hoy es un lugar infrautilizado, que en la cotidianeidad presenta un aspecto casi desértico, a excepción de algún que otro viandante. El atractivo arquitectónico del espacio atrae a menudo empresas que quieren grabar sus campañas publicitarias, pero al ser un lugar poco transitado, recientemente también ha atraído a personas que se han visto forzadas a vivir en la calle.
TIENDAS DE CAMPAÑA
Según ha explicado a Metrópoli Abierta Marc González, un vecino de la zona, hay gente malviviendo por los alrededores del Museu Blau del Fòrum desde octubre. “Al principio se instalaron dos o tres, pero ahora ya hay bastantes y se ha hecho como un mini asentamiento. Cada semana hay una tienda de campaña más”, apunta. Por ahora hay instaladas seis tiendas de campaña, además de varios colchones. Diversas personas pasan las noches en este espacio del que han hecho su hogar provisional. Un “hogar”, en el que guardan sus maletas, bicis, mesillas, sillas, e incluso cuadros.
SANT MARTÍ
Según los últimos datos municipales, en Barcelona hasta 397 personas viven en 77 asentamientos repartidos por la ciudad. Precisamente, el distrito que concentra más asentamientos es el mismo que alberga el Fòrum, Sant Martí; aunque fuentes municipales apuntan a este medio que han descendido desde el inicio del mandato. El elevado número de chabolas que reúne se explica por la gran cantidad de solares y viejas fábricas abandonadas, sobre todo en el área del 22@, por lo que no es de extrañar que una zona con poca actividad en el día a día como es el Fòrum se haya convertido en un nuevo asentamiento.
PERFIL
El perfil de las personas que duermen alrededor del Museu Blau es diverso. Simeglis Cuntars, de origen lituano, tiene 50 años y hace dos que vino a vivir a Barcelona. Hasta hace poco trabajaba de albañil y vivía en un apartamento en rambla de Prim (Sant Martí). Pero desde hace cosa de un mes duerme en la calle. Tiene poco más que un colchón, unas mantas, y un libro para matar las horas. “Antes vivía en un piso igual que cualquiera, esto no es África, es Barcelona, pero sin trabajo y sin dinero no puedo pagar un alquiler de 350 euros al mes”, explica a este medio.
A unos cuantos metros de Simeglis, un joven de 27 años que ha preferido mantener el anonimato yace en un banco. Parece aturdido y no recuerda con precisión desde cuándo vive en la calle, pero según explica, su situación familiar y la falta de empleo le han empujado a esta situación. “A los 20 años estaba en la universidad estudiando una carrera, ahora tengo 27 y no he trabajado en la vida”, explica. “Además, si me pongo en contacto con los servicios sociales me volverán a meter en la cárcel”, añade.
SUCIEDAD
Estas son tan solo dos de las historias que hay detrás de las personas que están viviendo en el Fòrum, pero los diferentes utensilios que se acumulan en la zona dejan constancia de que hay otras. “Si no tienen otro sitio donde dormir a mi no me hacen ningún daño, pero entonces que alguien venga a limpiar la suciedad que generan, porque hacen sus necesidades aquí y nadie viene a limpiarlo”, lamenta González.
ACCIÓN MUNICIPAL
Requerido por Metrópoli Abierta sobre este nuevo asentamiento, fuentes del Ayuntamiento de Barcelona se han limitado a decir que “los equipos de derechos sociales trabajan cada día para atender las diferentes casuísticas que se presentan en el espacio público”.
Desde 2013, Barcelona cuenta con la Oficina del Pla d’Assentaments Irregulars (OPAI), que se encarga de gestionar esta problemática y ofrecer atención social a la gente que vive en estas condiciones. Según datos municipales, desde el 2018 el número de personas que pasan por esta situación se ha reducido aproximadamente en un centenar.
VIVIENDA SOCIAL
No obstante, decenas de personas siguen viviendo en la calle, plasmando la falta de vivienda social que las entidades sociales no dejan de reclamar, y que la tragedia ocurrida recientemente en una nave industrial okupada en Badalona ha vuelto a poner sobre la mesa.