Así es la pesadilla de vivir frente a la sala Razzmatazz
Desde la asociación de vecinos aseguran que este local es el principal foco de conflictos que hay en esta zona del Parc i la Llacuna del Poblenou
17 diciembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Los vecinos del Triángulo Golfo están agotados de los múltiples problemas que tienen en el barrio. Según explican ellos mismos a Metrópoli, en los últimos años, la situación se ha vuelto completamente insostenible y señalan directamente a la sala Razzmatazz como "el epicentro de sus problemas". También han lamentado la actitud de Ada Colau y sus "promesas incumplidas".
Jero vive en Pere IV desde hace 25 años y, a pesar de que no vive en la misma calle en la que está ubicada la polémica discoteca, sufre de primera mano las consecuencias del ocio nocturno de la zona. Estas consecuencias han sido especialmente duras después del confinamiento. Los jóvenes han cogido la costumbre de hacer botellones en la calle en vez de beber en los bares, hecho que intensifica aún más los problemas del Parc i la Llacuna del Poblenou, fuertemente azotado por la contaminación acústica y el incivismo.
SOS TRIÁNGULO GOLFO
"Ha aumentado muchísimo la afluencia de gente. Es una locura bajar a la calle: está todo lleno de borrachos que chillan, se orinan y lo ensucian todo", lamenta este miembro de la asociación SOS Triángulo Golfo, que engloba las calles de Zamora, Badajoz y Pere IV. Según explica este vecino, en las últimas semanas, se está haciendo una prueba de baldeo para que no haya tanta gente haciendo botellones en la calle.
Esta prueba consiste en limpiar las calles de Pamplona y Àlaba para dispersar a los grupos que, en ese momento, estén bebiendo en la vía pública, una prueba que, según Jero, "ha sido un fracaso absoluto". El motivo es que, cuando vienen los servicios de limpieza, las personas se van de la calle, pero se aglutinan en otras que dan a las habitaciones en las que los vecinos intentan descansar.
"MALA GESTIÓN"
"Agradecemos la intención, pero la próxima vez, tendrían que hacer caso a los vecinos. Somos las víctimas las que conocemos cómo funciona el Triángulo Golfo, que ya advertimos de que esta prueba no serviría de nada", lamenta este hombre, que ha aprovechado la ocasión para denunciar públicamente la "mala gestión" que está haciendo el Ayuntamiento de Barcelona ante este conflicto.
"La mitad de la calle de los Almogàvers está pacificada por una escuela, pero este trozo de calle pública es el 'parking privado' de Razzmatazz y se utiliza para hacer entrar y salir autobuses. Están privatizando el espacio público para ponerlo al servicio del ocio nocturno y esto lo hemos denunciado públicamente los vecinos. Estamos sufriendo indefensión aprendida y estamos deshumanizados", concluye Jero.
OCIO NOCTURNO
Sira Díez vive, desde hace más de 20 años, en una calle de Razzmatazz y coincide con este vecino de Pere IV: "La calle de los Almogàvers es intransitable porque está colonizada por esta discoteca y tenemos que dar muchas vueltas para volver a incorporarnos en la calle de Marina". Díez asegura que esta discoteca mueve todo el ocio nocturno del Triángulo Golfo y que los botellones empiezan en función de la hora a la que empiecen los conciertos o las entradas a la sala.
MENTIRAS DE COLAU
Esta mujer explica que los vómitos, las peleas, los gritos y los cánticos se han convertido en el pan de cada día en el Triángulo Golfo y que les está costando la salud, tanto mental como física: "Es una tortura no poder dormir. Hay gente que se tiene que medicar y que se ve obligada a dormir en los trasteros por el ruido que hay en la calle. La única opción que nos dan es irnos del barrio. Todas las promesas de Colau han sido una mentira tras otra y esto es la selva, está completamente fuera de control".
Según el testimonio de esta mujer, los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona tienen miedo de enfrentarse a los jóvenes, ya que faltan efectivos y no tienen los medios suficientes para afrontar estas situaciones sin poner en riesgo su integridad física.
Díez, igual que Jero, ha denunciado el "abandono institucional" que siente por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Explica que no les han ofrecido soluciones reales y que no cumplen con lo prometido. "Nos mienten en la cara y nos tratan como a ciudadanos de tercera. No estamos en contra del ocio nocturno, pero queremos soluciones reales", dice la vecina.
RAZZMATAZZ SE DEFIENDE
Desde Razzmatazz lamentan que la asociación SOS Triángulo Golfo solo ha asistido una vez a las reuniones que hacen con el Ayuntamiento, Guardia Urbana, Mossos d'Esquadra y servicios de limpieza. Esta discoteca cuenta con agentes cívicos, puntos lilas y vigilantes de seguridad que trabajan para garantizar que no se generen problemas a los vecinos de la zona. No obstante, los vecinos del Triángulo Golfo creen que estas medidas no son suficientes y que no eliminan el problema: "No hacen nada, para que haya estas figuras, que no haya nadie".
SERVICIOS DE MEDIACIÓN
"El Ayuntamiento está poniendo servicios de mediación para que no se hagan botellones. Los resultados indican que vamos en buena dirección y que se han reducido muchísimo. Nos sorprende que echen la culpa a Razzmatazz cuando siempre se había dicho que el problema principal eran los botellones", lamenta Lluis Torrents, el gerente de la sala.
Torrents ha remarcado que entiende a los vecinos y que tienen todo el derecho a poder dormir tranquilamente, pero que las empresas de ocio nocturno también tienen derecho a trabajar y que tienen todas las licencias necesarias para poder desarrollar su actividad: "Es la administración la que tiene que reorganizar urbanísticamente la ciudad para que no se generen incompatibilidades".
PROBLEMA COMPLEJO
El gerente de Razzmatazz considera que el diálogo es indispensable y más en este problema tan complejo, pero ha asegurado que la situación está muchísimo mejor ahora que hace 22 años, una opinión que no comparten los vecinos del Parc i la Llacuna del Poblenou, que se manifestaron hace poco más de un mes para visibilizar los problemas de este barrio de Sant Martí.