El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha aceptado el recurso contencioso-adminitrativo contra el tanatorio de Sants interpuesta por Stop Tanatori. La plataforma vecinal ha informado del inicio de la tramitación a través de la redes sociales. El Ayuntamiento dispone ahora de 20 días para presentar la documentación requerida.
El polémico proyecto, que ha puesto en pie de guerra al barrio de Sants, recibió el aval del pleno el pasado mes de julio con los votos a favor de Barcelona en Comú y PSC -los dos partidos del bipartito municipal- y de Barcelona pel Canvi, la formación de Manuel Valls y Eva Parera.
EL HAPPY PARC CERRÓ POR LA SUBIDA DEL ALQUILER
La funeraria quiere abrir en la antigua fábrica Germans Client, situada en la calle de Comtes de Bell-Lloc. Durante 25 años, en este edificio funcionó el Happy Parc, el chiquipark más grande de Barcelona. Según la plataforma Stop Tanatori cerró porque no podía hacer frente a una subida del alquiler de 15.000 euros al mes.
Detrás de este proyecto está la funeraria San Ricardo, poco conocida entre los grandes operadores de la ciudad, como Mémora y Áltima. La remodelación ha necesitado de un Plan Especial Urbanístico Integral para recibir el aval municipal. Contará con cuatro velatorios y una sala de ceremonias. Recientemente, vecinos y Ayuntamiento han acordado que el futuro del solar contiguo al inmueble se decida mediante un proceso participativo.
OTROS TANATORIOS PROYECTADOS EN LA CIUDAD
Tras la modificación de la Ordenanza de servicios funerarios en 2017, a petición de la síndica de greuges de Barcelona, para permitir la entrada de nuevos operadores funerarios en la ciudad y abaratar los precios de los sepelios, son ya cuatro los proyectos de tanatorios que quieren abrir, entre ellos el del barrio de Sants.
Los otros tres son en Sant Andreu, donde las entidades vecinales ya se han posicionado en contra de una funeraria en las antiguas casernes; Nou Barris, donde Áltima proyecta otro tanatorio, junto a la masía de Can Valent, tras una permuta de terrenos con el Ayuntamiento, y en el complejo de una parroquia de la plaza de Ferran Casablancas de La Bonanova, aunque éste aun no tiene el aval del Arzobispado, propiedad del edificio, y no ha iniciado ninguna tramitación.