Los vecinos y comerciantes de la Bonanova están en alerta por el polémico desalojo de los edificios okupados del Kubo y la Ruïna del próximo 30 de noviembre. Metrópoli ha salido a la calle para conocer la opinión del vecindario, aparentemente dividido en torno a la presencia de los antisistema en el barrio.
El Kubo y la Ruïna están en la calle de Sant Joan de la Salle número 6, en el corazón del barrio de Sant Gervasi-La Bonanova. La ubicación no es casual: los antisistema decidieron okupar en los edificios en esta zona a modo de reivindicación contra "la alta burguesía catalana", con mucha presencia en el barrio. Muchos vecinos optan por no exponer su opinión ante los micrófonos de los medios. Y es que este desalojo ha tensado un barrio donde suele reinar la calma. Es una de las zonas pudientes Barcelona, con el metro cuadrado al alcance de unos pocos y rodeado de consulados y colegios y universidades privados.
Los bloques pertenecen --en un 60%-- a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida popularmente como "el banco malo". En 2019, los colectivos anarquistas se instalaron en el Kubo y, tres años más tarde, en la Ruïna. No fue hasta marzo de este 2023 cuando recibieron la orden de desalojo del Kubo, una orden que no se pudo ejecutar por motivos de seguridad. Las autoridades temían que los okupas se aglutinaran en la Ruïna, de donde no podían echarlos al no haber una sentencia.
UN DESALOJO POLÉMICO EN LA BONANOVA
Ocho meses más tarde, ya hay orden de desalojo para la Ruïna: será mañana, 30 de noviembre, y se ejecutará junto a la del Kubo. El objetivo de los Mossos d'Esquadra es echar a los poco más de 15 antisistemas que viven en su interior, pero no va a ser tarea fácil. Los allanadores han convocado a todos los colectivos anarquistas a las 5:30 horas para salir en columna, llegar a las 6:00 horas y "resistir al desalojo", dicen en un comunicado en redes sociales. Además, se teme que a esta hora estén dentro de los edificios muchos activistas de izquierdas listos para resistir y complicar el desahucio a la policía.
Los comerciantes de la plaza no abrirán sus negocios el jueves. Algunos de ellos aseguran a este digital que han recibido un aviso de la policía catalana explicándoles que la luz y el agua van a estar cortadas hasta que consigan echarlos. "Tengo un restaurante y el jueves es el día que vienen más clientes. Lo he tenido que cancelar todo", dice Amaya, una de las afectadas.
Andrea --con un nombre anónimo-- es otra empleada de una tienda muy cercana al Kubo y la Ruïna y ha lamentado la falta de información en cuanto al desalojo, una desinformación que condiciona su jornada laboral y la del resto de comerciantes de la zona.
UNA DESOKUPACIÓN MUY COMPLICADA Y POLÉMICA
Gonzalo de Oro, líder de Vox en Barcelona, ha acudido este miércoles por la mañana a las inmediaciones de la Bonanova para mostrar su rechazo a los okupas del Kubo y la Ruïna. En declaraciones a Metrópoli, ha recalcado la importancia de que los anarquistas abandonen la finca para garantizar el bienestar de los vecinos. Preguntado por su posible presencia durante el desalojo, ha decidido no acudir para no dificultar el trabajo a los Mossos d'Esquadra, que se enfrentarán a una de las actuaciones más polémicas de los últimos años en la capital catalana.
Los vecinos, por su parte, tienen miedo de las represalias de los anarquistas, que han amenazado con hacer arder el barrio si la policía consigue echarlos. No sería la primera vez que provocan disturbios en la Bonanova. Hace unos meses, se viralizaron unas imágenes en las que disparaban con escopetas de balines y salían armados con bates y cascos de moto. Eugenia, una de las mujeres anónimas entrevistadas por este digital, explica que los okupas han lanzado objetos contra los vecinos en más de una ocasión y teme que mañana vuelva a pasar lo mismo.
Los Mossos d'Esquadra cortarán las calles adyacentes al Kubo y la Ruïna para evitar más complicaciones. El colegio la Salle, por su parte, ha pedido a los padres de los alumnos que eviten circular por la zona durante el desalojo y han cancelado las actividades extraescolares, ya que se prevé una jornada marcada por la violencia.