Agentes de la Policía Nacional con una persona detenida / POLICÍA NACIONAL

Agentes de la Policía Nacional con una persona detenida / POLICÍA NACIONAL

Sucesos

Tráfico de seres humanos en Badalona: cuatro detenidos por prostituir a 18 mujeres

La investigación comenzó el pasado 14 de agosto de 2025, cuando una llamada de auxilio encendió todas las alarmas en la comisaría de Sant Adrià de Besòs

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La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Urbana de Badalona, ha desmantelado una red criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres en dos pisos-prostíbulo de la ciudad.

La operación, bautizada como “Operación Tabira”, se ha saldado con la detención de cuatro personas acusadas de delitos tan graves como trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución coactiva, pertenencia a organización criminal, detención ilegal y agresión sexual, entre otros.

Imagen de archivo de la Policía Nacional

Imagen de archivo de la Policía Nacional Policía Nacional

En los registros realizados, los agentes intervinieron más de 42.000 euros en efectivo, dos cajas fuertes, armas blancas y contundentes como una destral y dos bates de béisbol, además de drogas, documentación y varios dispositivos electrónicos. Un arsenal destinado a mantener el control y la intimidación sobre las víctimas.

Una llamada desesperada

La investigación comenzó el pasado 14 de agosto de 2025, cuando una llamada de auxilio encendió todas las alarmas en la comisaría de Sant Adrià de Besòs.

Al otro lado del teléfono, una mujer en estado de shock aseguró que estaba retenida en un piso de Badalona junto a una amiga, donde un hombre armado estaba agrediéndola sexualmente.

Minutos después, agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Urbana llegaron al lugar. Allí se encontraron a varias mujeres en la puerta del inmueble, muchas de ellas en situación irregular en España.

Las dos víctimas de la llamada ya habían sido trasladadas al hospital para recibir atención médica.

Engañadas con falsas ofertas de trabajo

Los testimonios de las mujeres, recogidos más tarde bajo protección, destaparon el horror. Ambas habían sido captadas con falsas promesas de empleo en su comunidad de origen.

Creían que venían a Barcelona a trabajar en un bar, pero acabaron encerradas en un piso de Badalona y obligadas a prostituirse.

Agente de la Policía Nacional en una imagen de archivo

Agente de la Policía Nacional en una imagen de archivo EFE

El control era absoluto: tres hombres se turnaban día y noche para vigilar a las 18 mujeres que vivían en el piso, mostrando armas de fuego para intimidarlas. La organización se quedaba con un tercio del dinero que ellas obtenían en cada servicio.

Pisos vigilados y víctimas controladas

La investigación permitió identificar tanto a la mujer que había engañado a las víctimas como a dos de los hombres que vigilaban los pisos. Uno de ellos, reconocido por las mujeres en fotografías, estaba a cargo de la vigilancia permanente.

Además, los agentes localizaron un segundo piso-prostíbulo en Badalona, gestionado por la misma red. Con toda la información sobre la mesa, la Policía Nacional y la Guardia Urbana coordinaron los registros simultáneos que acabaron con la detención de los cuatro sospechosos.

El botín de la red criminal

En el interior de los inmuebles, los investigadores encontraron pruebas claras de la explotación:

  • Más de 42.000 euros en metálico.

  • Dos cajas fuertes para guardar las ganancias.

  • Una destral y dos bates de béisbol para intimidar.

  • Drogas listas para su distribución.

  • Documentación y aparatos electrónicos vinculados a la actividad criminal.

Los detenidos se enfrentan ahora a un amplio abanico de cargos que reflejan la dureza de los hechos: trata de seres humanos, prostitución coactiva, pertenencia a organización criminal, detención ilegal, tenencia ilícita de armas, agresión sexual y delito contra la salud pública.

Una herida abierta en la ciudad

La operación pone de relieve una realidad incómoda: la explotación sexual sigue presente en áreas urbanas como Badalona, donde organizaciones criminales aprovechan la vulnerabilidad de mujeres en situación irregular para lucrarse.

El caso también plantea preguntas sobre la protección de estas víctimas y la necesidad de reforzar los mecanismos de detección y apoyo. “La trata de personas no solo es un delito contra la libertad, sino una forma de violencia extrema contra mujeres que llegan engañadas y atrapadas en una red sin salida”, recuerdan fuentes policiales.

Con estas detenciones, la Policía Nacional y la Guardia Urbana han dado un golpe a una red que mantenía a 18 mujeres bajo control.

Pero el eco de la llamada desesperada que destapó el caso sigue resonando como un recordatorio de la fragilidad y el riesgo que viven muchas de ellas en las grandes ciudades.